El inesperado
El or¨¢culo me ha vuelto a fallar. Acechaba el maillot de l¨ªder Cancellara, y no lo hizo mal por cierto, aunque quiz¨¢ un punto por debajo de lo que se esperaba de ¨¦l, el m¨¢s especialista de entre todos los especialistas en un recorrido del g¨¦nero. Vi¨¦ndole rodar, parec¨ªa que iba a pulverizar todos los registros. Pocos corredores son capaces de trasladar al espectador la sensaci¨®n de fuerza que imprimen en cada pedalada; ¨¦l es uno de ellos. Es imponente en el aspecto y efectivo en el esfuerzo. Pero ayer no fue su mejor d¨ªa, eso hay que reconocerlo.
Pero tambi¨¦n hab¨ªa otros que acechaban con el cuchillo afilado. Unos los esperados, como Millar -otro especialista-, o Evans y Menchov, los mejores de entre los favoritos. Y otros inesperados, al menos para m¨ª que, aunque esperaba que lo hiciesen bien, nunca hubiese pensado verlos tan arriba: Schumacher y Kirchen, primero y segundo en la etapa respectivamente.
Yo donde s¨ª que me esperaba algo de Schumacher era en el pasado Campeonato del Mundo de Stuttgart. All¨ª fue tercero -si no recuerdo mal, acompa?ando en el podio a Bettini y a mi ex compa?ero Alexander Kolobnev, AK 47, el arma autom¨¢tica de fabricaci¨®n rusa m¨¢s difundida por los ej¨¦rcitos de medio mundo-, aunque adem¨¢s de por el resultado, fue a¨²n m¨¢s noticia por los extra?os sucesos que ocurrieron con ¨¦l en la noche siguiente. Que si un accidente fantasma, que si unos valores hem¨¢ticos anormales... no s¨¦ yo, ¨¦l sabr¨¢ lo que pas¨®. Y esperaba tanto de ¨¦l por lo que le vi hacer en la Vuelta unas semanas antes. Invariablemente, despu¨¦s de terminar cada etapa, cog¨ªa su bicicleta y se hac¨ªa unos kil¨®metros extra. No es nada f¨¢cil hacer eso, lo aseguro, hace falta ser muy duro... y tener las cosas muy claras. La Vuelta era para ¨¦l un mero entrenamiento de cara a ese Mundial que corr¨ªa en casa. As¨ª que en carrera le ve¨ªas hacer series en momentos determinados pasando a medio pelot¨®n cara al aire haciendo esfuerzos in¨²tiles. ?In¨²tiles? '?D¨®nde va ese, me dijo un corredor un d¨ªa?'. 'A Stuttgart', le dije, 'a ganar el Mundial'. Al final, no gan¨®, pero no se puede decir que anduviera muy lejos.
Pero ayer fue un ganador inesperado, y no s¨®lo por ganar, sino por los segundos que les meti¨® a los especialistas. Estuvo sublime, lo mismo que el luxemburgu¨¦s Kirchen, que adem¨¢s de up-finisher y pseudo escalador, es ahora contrarrelojista, de ah¨ª que vista el maillot de la regularidad con una amplia renta de puntos.
Y despu¨¦s de las sorpresas, las decepciones. Una fue Valverde, sobre todo teniendo en cuenta sus ¨²ltimos resultados en la especialidad y el estado de forma por el que atraviesa. Y otra el propio l¨ªder, al que parece ser que nadie le explic¨® eso de que el maillot amarillo te da alas. O ser¨¢ que el slogan se ha quedado anticuado desde que una conocida bebida energ¨¦tica se apropi¨® de ¨¦l. Puede ser. Podremos comprobarlo estos d¨ªas con Schumi.
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