El ¨¢ngel de la guarda tambi¨¦n pasa miedo
El pastor Humberto Zubir¨ªa se llev¨® un buen susto en el encierro de ayer
Humberto Miguel Zubir¨ªa, de 34 a?os y vecino de Carcastillo (Navarra), vio venir ayer de frente un par de cuernos como cuchillos que le pasaron silbando las orejas. Un toro de la ganader¨ªa de Fuente Ymbro qued¨® rezagado y embisti¨® contra este pastor de los encierros de San Ferm¨ªn, propin¨¢ndole un cabezazo con el testuz a pocos metros del callej¨®n de la plaza. Durante un escalofriante segundo, el flequillo qued¨® atrapado entre las vallas del recorrido y la imponente cornamenta. Despu¨¦s sali¨® despedido hacia la derecha y se levant¨® del suelo sin mirarse, como suele decirse de los toreros valientes. No tard¨® mucho en agarrar su vara para dirigir de nuevo al toro hacia el callej¨®n.
"Me he visto cazado", declaraba despu¨¦s. Parec¨ªa un milagro verle sonriente y sin apenas rasgu?os en el rostro. "Cuando me di cuenta de que no ten¨ªa cornada termin¨¦ de hacer mi trabajo, que consiste en lograr que los toros lleguen a la plaza lo antes posible". Carnicero de profesi¨®n y corredor en Sanfermines desde los 16 a?os, es pastor desde hace seis. "Tambi¨¦n nos encargamos de enchiquerar vacas en la plaza, bajar los bueyes a los corrales del Gas, dirigir el encierrillo de la noche, embarcar los sobreros... Nosotros conocemos el terreno de los toros, sabemos si van a galopar hacia arriba o a la izquierda. La vara que llevamos sirve de respeto para el animal y tambi¨¦n para dar un toque de vez en cuando a los malos corredores, esos que pretenden pegarse desde atr¨¢s".
Precisamente ayer, algunos incautos arrollaron a los pastores y se echaron literalmente a los lomos del ¨²ltimo toro de la manada al final del tramo de la calle de Estafeta. El morlaco se dio la vuelta como diciendo: "Aqu¨ª estoy yo, dejen de tocarme el rabo". Y a partir de entonces, caos asegurado. Unos pasitos para delante, otros para atr¨¢s. Y si puedo, suelto alg¨²n derrote; por ejemplo, a Humberto. Una vez en la plaza, los dobladores se lucieron llevando al rezagado hacia los corrales con el capote en una mano y a toda velocidad. As¨ª culmin¨® un encierro que se polong¨® durante tres minutos y 44 segundos.
Tres minutos antes, otro de los Fuente Ymbro propinaba una espectacular voltereta a un tipo con pantal¨®n corto en la curva de Mercaderes con Estafeta. El olor de las bestias avanz¨® pegado al lado izquierdo de la calle, donde el californiano de 22 a?os, W.M.D., recibi¨® a la altura del n¨²mero 37 una cornada de 12 cent¨ªmetros en el trasero con un pron¨®stico grave.
Humberto, el pastor, tiene una explicaci¨®n sencilla para el espanto: "Lo de esta ma?ana ha sido un percance. Hay que asumir el riesgo que aqu¨ª se corre".
Cuatro retransmite los encierros cada d¨ªa a partir de las 7.25.
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