Rock s¨®lo para menores
M¨¢s de 5.000 adolescentes se desfogan en el primer festival para los que no han cumplido los 18 a?os
Mar¨ªa, Beatriz y Roc¨ªo, las tres de 16 a?os, est¨¢n a 10 metros de la puerta de metal que da acceso a la pista del Palacio de Deportes. Acaban de entregar sus entradas (40 euros cada una) y caminan d¨¢ndose codazos, pero contienen la carrera. Cuando tiran del pomo, escuchan la m¨²sica y ya no pueden m¨¢s. Salen disparadas a las primeras filas, a juntarse con j¨®venes de su edad al grito de "?de puta madre, guayyyy!". Desfogue total. Esa puerta de metal divide dos mundos: fuera, el que todos conocemos; dentro, s¨®lo para ellos, los menores de 18 a?os. Anoche se celebr¨®, ante unos 5.000 j¨®venes, el Under 18 (por debajo de 18) Festival, el primero de este tipo que se realiza para menores.
El espect¨¢culo era inusual: en las barras no se serv¨ªa nada de alcohol
Estaba permitida la entrada a mayores de edad, pero hab¨ªa pocos
El cartel era del gusto de la chavaler¨ªa: los grupos espa?oles Falling Kids, Pignoise y Despistaos; los mexicanos Motel; los estadounidenses Panic At The Disco, y las estrellas, los canadienses Simple Plan.
Por supuesto, estaba permitida la entrada a mayores de edad, pero hab¨ªa pocos. ?El perfil? Chicas de 15, 16 o 17 a?os, tambi¨¦n chavales de esa edad (pero en minor¨ªa ante ellas), pocos padres y alguna treinta?era ejerciendo de t¨ªa enrollada. El espect¨¢culo era inusual en una concentraci¨®n rockera. En las barras, nada de alcohol. "No podemos servirles cerveza sin alcohol, porque s¨®lo tenemos de una marca que tiene un grado", informaba una camarera. As¨ª las cosas, lo que triunfaba era el mini de Coca-Cola.
Detr¨¢s de este concierto emerge un debate que cada d¨ªa es m¨¢s comentado. Primero est¨¢ la ley, aprobada por la Comunidad de Madrid en 2002, que dice: "Queda prohibida la entrada a menores de 18 a?os en bares especiales, as¨ª como en salas de fiesta, de baile, de discotecas y establecimientos similares en los que se venda o facilite el consumo de bebidas alcoh¨®licas".
Las voces en contra de la normativa se levantan desde todos los ¨¢mbitos: grupos, promotores y, sobre todo, p¨²blico. Una an¨¦cdota que ilustra la situaci¨®n. Cuando Pereza actu¨® en La Riviera hace dos a?os, muchos menores se quedaron con la entrada en la mano. Los porteros fueron inflexibles. Leiva, cantante de Pereza, se enter¨® del foll¨®n de la puerta y grit¨®: "Es una mierda que los dejen fuera". Y en esto lleg¨® Johnny Cifuentes, de Burning, que estaba invitado al concierto para cantar un tema con el d¨²o. "Iba con mi hija adolescente porque le encanta Pereza. Pero no me dejaban entrar. Fue incre¨ªble: yo ten¨ªa que actuar y estaba en la puerta con un tipo que me dec¨ªa que con la ni?a, no", dijo. Tuvo que salir el manager de Pereza para resolver la situaci¨®n. Johnny cant¨® su tema y su hija lo vivi¨® entre bambalinas.
Pero hay grietas que la ley no tapona. Por ejemplo, el pasado junio, El Canto del Loco actu¨® en el Palacio de Deportes, y Pereza, en Las Ventas, y ah¨ª se daba el c¨®ctel que demoniza la ley: se expend¨ªa alcohol y los menores campaban a sus anchas. ?Por qu¨¦ en unos recintos s¨ª y en otros no? M¨®nica, una joven madrile?a de 16 a?os que estaba anoche en el Under 18 Festival, aporta una soluci¨®n: "Lo sensato ser¨ªa que dejasen entrar a todo el mundo y que pidieran el carnet en la barra". ?lvaro de Benito, voz de Pignoise, se apuntaba, en los camerinos, a esta corriente: "Est¨¢n impidiendo que los j¨®venes accedan a la cultura. Es indignante. Que les dejen entrar en las salas. Luego hay mil f¨®rmulas para que no consuman all¨ª alcohol, como ponerles una pulserita". Dani, el cantante de Despistaos, grit¨® en el escenario: "Vamos a dedicar este concierto a la autoridad incompetente que no os deja acceder a la cultura".
Los chavales, por un d¨ªa, gozaron a sus anchas. Al final, el piso vac¨ªo de gente mostraba un espect¨¢culo m¨¢s de multicine que de concierto de rock: palomitas desperdigadas, botellas de agua de pl¨¢stico, alg¨²n yogur y esos dichosos tubos de pl¨¢stico que se han puesto de moda y a los que denominan aplaudidores. Estos cr¨ªos...
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