Los modestos tambi¨¦n hacen jazz
Los conciertos gratuitos llenan las plazas en el 'otro festival' de Getxo
Con cabezas de cartel como The Manhattan Transfer, Arturo Sandoval o John McLaughlin, el festival de Jazz de Getxo de este a?o se ha acercado m¨¢s que nunca a sus hermanos mayores de Vitoria y San Sebasti¨¢n. Pero, adem¨¢s de los grandes conciertos del Biotz Alai, en las plazas y las calles del barrio se respira tambi¨¦n mucho y muy buen jazz.
Una marching band de Nueva Orleans se instala en el centro de la plaza
"La verdad es que el festival tiene muy buena aceptaci¨®n en el barrio"
La gente que sub¨ªa las escaleras del metro de Algorta el pasado martes por la tarde se ve¨ªa transportada en el tiempo y el espacio. Desde los bares y burdeles del barrio rojo de Nueva Orle¨¢ns, el jazz Dixieland cruzaba el Atl¨¢ntico para hacer las delicias de un p¨²blico m¨¢s bien familiar en el coraz¨®n de Algorta. En el escenario, la Gumbo Jazz Band, repasando los or¨ªgenes del g¨¦nero con su mezcla de gospel, blues y ragtime. En la audiencia, abuelos y nietos, curiosos y mucha gente disfrutando del buen d¨ªa en la plaza. En la lista del sexteto catal¨¢n no faltaron cl¨¢sicos del g¨¦nero, como el archiconocido When the saints go marching in. ?scar Font, l¨ªder del grupo, se muestra "sorprendido, en el buen sentido, por habernos encontrado un p¨²blico tan familiar. Esper¨¢bamos m¨¢s entendidos", se?ala. Este es el primer a?o en el que el festival acoge el Espacio Dixie, lugar de encuentro para el jazz m¨¢s cl¨¢sico. "Es indispensable que se programen este tipo de espacios, para acercar el jazz a un p¨²blico general que no es fan de los grandes virtuosos", declara ?scar. "No soy un gran aficionado, s¨®lo soporto el Dixie", comenta un espectador una vez acabado el concierto. Asegura que no ir¨¢ a ver a ninguno de los grandes programados en el festival.
Son ya las siete y media y la acci¨®n se traslada a tan solo unas manzanas, a la plaza del Getxo Antzokia. M¨¢s gente y m¨¢s mezclada. El p¨²blico familiar sigue al pie del ca?¨®n, aunque empiezan tambi¨¦n a aparecer entendidos y amantes de un jazz m¨¢s free, que siguen atentos y aplaudien cada solo proveniente del escenario. Tocando, el Javier Pereiro Quartet, joven formaci¨®n gallega. La plaza, llena. Padres con carritos de beb¨¦s y madres haciendo bailar a sus ni?os a un ritmo m¨¢s bien sincopado. Al fondo, en las escaleras de la parroquia de San Nicol¨¢s, chavales jugando al f¨²tbol y no tan chavales disfrutando de un helado o una cerveza. Despu¨¦s de poco m¨¢s de una hora de m¨²sica, el p¨²blico despide al grupo de pie y con grandes aplausos. Pero no todos est¨¢n tan satisfechos. "Un poco fr¨ªos me han parecido", comenta Pedro, entusiasta del jazz y ¨¦l mismo ex bater¨ªa de un grupo aficionado. "No han jugado con el tempo demasiado. Yo es que soy de un estilo m¨¢s cercano a Bill Evans", alega. No iba al concierto de esa noche, pero "a ver a McLaughlin, s¨ª, seguro".
La gente va dispers¨¢ndose, los chavales retoman el f¨²tbol y los bares empiezan a llenarse. Proveniente de no se sabe d¨®nde se oye algo de m¨²sica. Una marching band, que toca al aire libre y, en marcha, se instala en el centro de la plaza. Enseguida se forma un corro a su alrededor, suena Hit the road Jack y la gente se anima a bailar. Los responsables de la m¨²sica son seis chicos de Nueva Orle¨¢ns, que cuando se juntan a tocar forman la To Be Continued Brass Band. Darren, de 19 a?os, a cargo del bombo, asegura que ama Espa?a. "Es una gozada traer a estos chicos hasta aqu¨ª", declara Gorka, responsable de que la banda est¨¦ en Getxo. "Son excelentes m¨²sicos provenientes de barrios conflictivos, que ven en la m¨²sica una estupenda v¨ªa de escape". Despu¨¦s de una pausa siguen su marcha con direcci¨®n al Biotz Alai, donde pronto comenzar¨¢ el concierto principal y el concurso de bandas.
Son las nueve y media y el Tutusaus Septet sale puntual al escenario con la sala no del todo llena. Su actuaci¨®n entra dentro del concurso de grupos, una de las se?as de identidad del Getxo Jazz. Rebeca y Borja no entienden mucho de esta m¨²sica, pero viven cerca y el Ayuntamiento les ha dado entradas para compensar por los ruidos de esta semana. "La verdad es que el festival tiene muy buena aceptaci¨®n en el barrio", aseguran.
En el escenario la actuaci¨®n termina y la sala acaba de llenarse a la espera del concierto principal. Ya es de noche, y el I?aki Salvador Noneto aparece en escena; ahora empieza otro festival.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.