Ant¨®n no sue?a con ladrillos
El presidente de los constructores de A Coru?a no descarta volver a la docencia
"Espero que ninguno de mis tres hijos se dedique a la construcci¨®n". ?Tan feo pinta el futuro del ladrillo para que Ant¨®n Arias, representante de los constructores de la provincia de A Coru?a -lo fue de los gallegos desde el 2001 al 2005- se pronuncie de esta manera sobre el futuro de sus v¨¢stagos? "Es que yo tampoco quer¨ªa dedicarme a este negocio. Me hab¨ªa encaminado hacia la universidad, pero acept¨¦ involucrarme temporalmente en Arias Hermanos Construcciones por compromiso con la familia. Llevo ya 25 a?os con esa decisi¨®n temporal y no descarto volver a la docencia y a la investigaci¨®n en un futuro".
El consejero delegado y director general de esta empresa con 250 trabajadores, 130 fijos, orientada a la obra p¨²blica, desmonta el arquetipo del constructor aquejado de incontinencia y sin escr¨²pulos. "El 20% de todo lo que se ha construido en los ¨²ltimos a?os ha sido con car¨¢cter especulativo. No hab¨ªa mercado para 700.000 viviendas al a?o y esta empez¨® a perder el atractivo como refugio para la inversi¨®n".
"No creo que los pisos bajen, los promotores no tirar¨¢n los precios"
"Espero que el modelo de Paco el Pocero tenga los d¨ªas contados"
?Son historia modelos como el de Paco el Pocero y su macrourbanizaci¨®n de Sese?a (Toledo)? "Esperemos que los d¨ªas de esta f¨®rmula est¨¦n contados y se hagan promociones m¨¢s equilibradas. La masificaci¨®n de forma artificial, crear urbanizaciones con 13.500 viviendas en tierra de nadie, ha pasado a la historia. Es como lo de hacer aparcamientos por todas partes. El modelo de las ciudades tiene que ir hacia la restricci¨®n del uso del coche. Tienen que ser ciudades m¨¢s habitables".
El metro cuadrado de vivienda m¨¢s caro de Galicia se paga en A Coru?a. El pellizco puede ascender a los 8.000 euros. "A m¨ª me resulta incomprensible, pero era la ley del mercado. En este momento han alcanzado el precio de equilibrio. No creo que vayan a bajar m¨¢s porque el promotor preferir¨¢ esperar a tirar el precio. Claro que habr¨¢ gente que pueda aguantar m¨¢s que otra, pero hace a?os cualquiera acced¨ªa a la promoci¨®n y hoy en d¨ªa hay detr¨¢s una estructura empresarial muy fuerte".
En su mesa de trabajo se amontonan los peri¨®dicos del d¨ªa. Todos coinciden en que la econom¨ªa no consigue cicatrizar este golpe inesperado. "Es cierto que ha llegado sin avisar. Hace a?o y medio nadie se lo esperaba. Hay crisis y no hay que tener ning¨²n miedo a reconocerlo. Es algo peri¨®dico y hay que extraer lecciones positivas. A pesar de la incertidumbre y de todos los indicadores negativos, si afrontamos la situaci¨®n con realismo, va a resultar un tropiezo positivo para no cometer los mismos errores en el futuro". En el punto de mira de los constructores gallegos aparece el emergente mercado del Este, Am¨¦rica Latina, ?frica "y Portugal, que era un mercado muy cerrado. Hemos transformado en 25 a?os nuestras infraestructuras. A corto plazo estos pa¨ªses empezar¨¢n a demandar lo mismo porque tienen las mismas necesidades y nuestras empresas tienen algo que aportar". Lo har¨¢n las que cuenten con musculatura para dar el salto, porque en Galicia hay registradas m¨¢s de 10.000 constructoras, de las cuales la mayor parte son tres personas con pico y pala.
"Yo pens¨¦ que como era una entrevista de verano ¨ªbamos a hablar de waterpolo", advierte Ant¨®n Arias al comprobar que la conversaci¨®n toca roca. "Comenc¨¦ en ese deporte en el Club Nataci¨®n Coru?a. Nadar resultaba muy aburrido y nos pasamos al waterpolo. En Madrid, durante la carrera, jugu¨¦ en el Canoe y ahora los veteranos tenemos un equipo, la Asociaci¨®n Coru?esa de Waterpolo. Somos 25 miembros".
No desea que sus hijos contin¨²en una saga que principi¨® su abuelo, sue?a con ciudades respetuosas con el medio ambiente, juega al waterpolo y durante la carrera sus inclinaciones pol¨ªticas se escoraron hacia la izquierda. Parece m¨¢s bien el l¨ªder de una ONG. "Yo creo en una sociedad que respete los derechos", asegura. Por cierto, ?qu¨¦ culpa tienen los constructores en el fe¨ªsmo? "El gusto est¨¢ vinculado a cada persona".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.