El precio del crudo: factor de crisis
Todas las instituciones internacionales y la mayor¨ªa de los analistas econ¨®micos coinciden en se?alar el intenso crecimiento del precio del crudo como un factor determinante de la crisis internacional, llegando a calificarlo como amenaza para la econom¨ªa global. La dif¨ªcil predicci¨®n de lo que ocurrir¨¢ en el corto plazo convierte el precio del crudo en una variable fundamental a la hora de definir la posible duraci¨®n de la crisis internacional y muy especialmente de la espa?ola.
Con motivo de la XIX Conferencia Mundial del Petr¨®leo celebrada en Madrid se han revelado diversas posturas a la hora de diagnosticar las causas de un crecimiento tan intenso y r¨¢pido como el que padecemos. Como recordatorio y sin entrar en detalles, el precio del crudo Brent en junio de 2007 era de 71 d¨®lares por barril y un a?o despu¨¦s sobrepasa los 140 d¨®lares, con un crecimiento en un a?o superior al 100%. El objetivo de este art¨ªculo es resumir las diferentes causas y ofrecer alguna opini¨®n sobre las expectativas de futuro.
La OPEP ha cifrado en 850.000 barriles diarios el aumento de la demanda a causa de la "especulaci¨®n"
El primer problema para hacer un diagn¨®stico es la falta de transparencia en la informaci¨®n. No en vano uno de los objetivos fijados por el Fondo Monetario Internacional es precisamente el de mejorar la transparencia y los datos sobre el mercado del petr¨®leo. Indudablemente existe un desajuste en los mercados entre la oferta de crudo y la demanda que provoca el aumento del precio. Pero debe considerarse no s¨®lo la demanda de los mercados tradicionales (para el consumo y el almacenaje) sino tambi¨¦n la de los mercados de futuros en los que invierten los grandes fondos y en los que no es necesario trasladar f¨ªsicamente el petr¨®leo. Con los datos publicados por Bloomberg, con fecha del 31 de junio de 2008, la oferta mundial total alcanzaba los 87,6 millones de barriles diarios, mientras que la demanda ha sido de 85 millones, con crecimientos en 12 meses del 3% en la oferta y 1% en la demanda.
Respecto a la oferta, los que pod¨ªan aclarar la situaci¨®n (OPEP y resto de productores) insisten en reflejar que el nivel de producci¨®n es adecuado y que est¨¢n haciendo esfuerzos inversores por aumentarlo. En el corto y medio plazo, hay posibilidades de aumentar dicha oferta: el incremento anunciado por Arabia Saud¨ª, los nuevos yacimientos de Brasil y Rusia, y el anuncio de Irak de abrir sus yacimientos a la puja de las compa?¨ªas petrol¨ªferas internacionales. Como punto negativo hay que se?alar las amenazas de Ir¨¢n de entorpecer el transporte del crudo.
En cuanto a la demanda, los dirigentes de las compa?¨ªas petrol¨ªferas se empe?an en achacar todo el aumento al crecimiento de las econom¨ªas emergentes. Sin negar esta evidencia, creo que s¨®lo debe considerarse en cuanto han aumentado su demanda en el ¨²ltimo a?o que es cuando se ha producido el intenso repunte de los precios. El an¨¢lisis de la demanda global exige considerar tambi¨¦n el crecimiento de los pa¨ªses desarrollados, as¨ª como la demanda para almacenamiento, en previsi¨®n precisamente de la continuidad en la escalada de precios. Pero como he comentado al inicio del art¨ªculo, otro factor es la demanda de los mercados de futuros, puramente especulativos y faltos de una regulaci¨®n adecuada. La OPEP ha cifrado en 850.000 barriles diarios el aumento de la demanda a causa de la llamada "especulaci¨®n".
En este momento, en el que los mercados financieros y burs¨¢tiles presentan incertidumbres, los inversores/especuladores se lanzan a los mercados de materias primas (petr¨®leo y alimentos) con la esperanza de obtener mayores ganancias, distorsionan el mercado, presionan los precios al alza y generan lo que se ha llamado la "burbuja petrol¨ªfera", calificada de da?ina por el ministro de industria espa?ol.
Tambi¨¦n respecto a las expectativas se han mostrado opiniones opuestas. Los hay que apuestan porque seguir¨¢ la escalada de los precios del crudo (b¨¢sicamente analistas de mercado) y los hay que, apoy¨¢ndose en las medidas que pueden tomar los pa¨ªses ayudados por los productores con mayores inversiones en el sector, consideran que esta escalada no puede continuar y prev¨¦n una cierta estabilizaci¨®n de los precios del crudo en niveles altos, en torno a los 135 d¨®lares por barril. Cuesti¨®n dif¨ªcil (casi imposible) de determinar y que se convierte en una variable estrat¨¦gica para la evoluci¨®n de la inflaci¨®n y por tanto de los tipos de inter¨¦s de los pr¨®ximos a?os.
En la UE se est¨¢ estudiando el problema y las diversas alternativas. No es buena idea lo solicitado por algunos de la reducci¨®n de los precios a trav¨¦s de reducci¨®n de impuestos ya que esto consigue el efecto contrario al deseado. Y como ha se?alado el comisario Almunia va en contra del Compromiso de Manchester de 2005.
Ante esta situaci¨®n, ?qu¨¦ se puede hacer desde un pa¨ªs como Espa?a, con nula producci¨®n de petr¨®leo y un alto grado de dependencia? En el corto plazo, dise?ar y aplicar pol¨ªticas incentivadoras del ahorro energ¨¦tico que al menos reduzcan el ritmo de crecimiento de la demanda, invertir en tecnolog¨ªas que lleven a ese ahorro e incentivar el transporte p¨²blico. De momento, los ciudadanos ya est¨¢n provocando una reducci¨®n en el consumo de gasolina y gasoil. A medio y largo plazo tambi¨¦n deber¨¢ reestructurase la producci¨®n de electricidad, aunque es escasa la dependencia del petr¨®leo y m¨¢s elevada la del gas. El desarrollo de energ¨ªas renovables est¨¢ en el camino correcto, pero no es suficiente. Deber¨ªa abrirse el debate de la energ¨ªa nuclear siendo conscientes de que compramos energ¨ªa a Francia, producida por nucleares, sin obtener sus ventajas y compartiendo los riesgos por proximidad geogr¨¢fica. Pero ¨¦ste es un tema a tratar en otra ocasi¨®n.
La escalada del precio del crudo no tiene una sola causa (crecimiento de la demanda en China o la especulaci¨®n de los mercados a futuros). Deben considerarse todas y establecer una estrategia a corto y largo plazo. Cuando los problemas son complejos, no cabe esperar soluciones m¨¢gicas, pero s¨ª deben ponerse en marcha soluciones que aunque sean parciales nos encaminen en la direcci¨®n correcta.
Carmen Alcaide es economista y ex presidenta del INE.
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