Tras las retinas del Tercer Mundo
Una fundaci¨®n trata la salud visual de 12.300 pacientes en ?frica y Suram¨¦rica
La pobreza no escapa a la din¨¢mica de los pa¨ªses subdesarrollados. La vista, tampoco. El 90% de las personas con discapacidad visual residen en pa¨ªses pobres, seg¨²n la Organizaci¨®n Mundial de la Salud. La buena noticia es que siete de cada 10 casos tienen cura. La mala, que la m¨¢s b¨¢sica prevenci¨®n o tratamiento quedan demasiado lejos de su alcance.
Ojos del Mundo, fundaci¨®n catalana creada en 2001, trabaja para reducir esta brecha que ataca a una poblaci¨®n predestinada a la miseria. Con un presupuesto de 1,3 millones de euros, la entidad trat¨® en 2007 a 12.350 personas de entre ?frica y Suram¨¦rica.
"Una simple pomada evita tragedias", explica Andr¨¦s M¨¹ller, oftalm¨®logo vasco vinculado a la fundaci¨®n desde 2004. Y eso que las tragedias crecen como la mala hierba en Mozambique, pa¨ªs en el que M¨¹ller supervisa los proyectos de la fundaci¨®n. Basta con un simple rasgu?o en una zona cercana a la retina; la insalubridad y la falta de medios hacen el resto. As¨ª se explica que haya millares de adolescentes ciegos y sin ingresos: j¨®venes que suman a su pobreza la incapacidad de trabajar por falta de visi¨®n.
"Un ciego en Espa?a lo pasa mal. En el Tercer Mundo es un cad¨¢ver", detalla N¨²ria Ramon, directora de la fundaci¨®n. Esta crudeza contrasta con la facilidad para revertir la lesi¨®n visual. "Es tan simple ayudarles", dice Ramon. Habla de las gafas que hicieron llorar a una mujer de El Alto, municipio boliviano de casi un mill¨®n de habitantes sin apenas oftalm¨®logos. "Ya puedo coser otra vez", gritaba emocionada la paciente. Una nevera para conservar medicamentos, por ejemplo, alivi¨® miles de ojos en Rabuni, ciudadela de adobe que acoge refugiados del S¨¢hara argelino.
En 2007, Ojos del Mundo consolid¨® su labor en estas tres zonas. Pero su principal objetivo es fomentar la formaci¨®n de personal nativo. "No deben depender de nosotros", subraya Ramon. "Que sepan reconocer cu¨¢ndo una c¨®rnea necesita asistencia. Son gestos muy simples que salvan ojos", a?ade M¨¹ller. En 2007, la fundaci¨®n realiz¨® 29 programas de formaci¨®n. El centenar de asistentes repiten a su vez lo aprendido en talleres que organizan para los aldeanos del lugar. "El objetivo es crear una cadena de ense?anza. Por poco que aprendan, el cambio es enorme", destaca M¨¹ller.
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