?Descafeinado?

Tiene algo, y el que lo niegue es porque nunca ha pasado por all¨ª. El Tourmalet tiene algo que lo hace especial. No es ni el m¨¢s duro, ni el m¨¢s largo, ni tiene rampas imposibles, en todo esto los hay peores. Pero impone. O¨ªr su nombre asusta, y no digo nada tenerlo delante y ver la pancarta de D¨¦but de col 17.7 km GPM desde tu bicicleta: eso es ya para echarse a temblar.

A m¨ª me dijo Menchov que este a?o los Pirineos estaban muy descafeinados. "Este a?o la carrera se gana en los Alpes; en los Pirineos s¨®lo hay dos etapas y no creo yo que ocurran grandes cosas", me confes¨® despu¨¦s de inspeccionar el recorrido. Me alegro de que se equivocase. O quiz¨¢ no, quiz¨¢ tenga raz¨®n. Porque ganar, al margen de Piepoli la etapa, nadie ha ganado gran cosa. Pero perder, algunos s¨ª que han perdido bastante. Porque a gente como Alejandro Valverde y Cunego, la carrera se les ha ido ya de las manos, a nada que los dem¨¢s sepan reaccionar a tiempo para que no se repita un caso Pereiro.

Si lo de ayer era un descafeinado, ansioso estoy por ver lo que nos espera en los Alpes. Porque yo ayer vi una de esas etapas que merecen un espacio en mi memoria. El c¨®ctel ya promet¨ªa. Primero por la fecha, porque en el Tour no puede haber nunca un 14 de julio -fiesta nacional conmemorativa de la Revoluci¨®n francesa- tranquilo. Despu¨¦s por el recorrido, porque el Tourmalet nunca defrauda. Adem¨¢s, en v¨ªsperas de una jornada de descanso, con lo que las ganas de poner toda la carne en el asador iban a ser mayores. Y por si fuera poco, con llegada en Hautacam, una llegada en la que, por hache o por be, siempre han pasado cosas importantes.

Y no s¨®lo eso, tambi¨¦n las circunstancias promet¨ªan. Vista la pasividad de ciertos equipos en la jornada previa, todo hac¨ªa indicar que el d¨ªa ser¨ªa movido. El ataque de Ricc¨° en el Aspin fue portentoso, pero... ?Por qu¨¦ nadie reaccion¨® para minimizar las p¨¦rdidas? La respuesta la tuvimos ayer nada m¨¢s darse la salida: porque guardaban las fuerzas para el d¨ªa siguiente.

Los franceses salieron a por todas, y la subida al Tourmalet hac¨ªa presagiar un festival, con un Di Gregorio especialmente entonado. Pero se encontr¨® con que dos equipos salieron dispuestos a dar el golpe de Estado, el CSC y el Saunier, y contra ellos hab¨ªa poco que hacer. Las estrategias funcionaron y los motores tambi¨¦n, especialmente los de Voigt y Cancellara. Los amarillos terminaron ganando la etapa con Piepoli y Cobo, porque se puede decir que ganar, ganaron ambos. Los daneses, de patrocinador americano, te¨®rico l¨ªder espa?ol y co-l¨ªder luxemburgu¨¦s, no tuvieron quiz¨¢ una cosecha tan sabrosa -se quedaron con Schleck a un solo segundo del maillot amarillo de Evans-, pero hicieron tambalear los cimientos de la carrera. Y mientras, Evans y Menchov se fortalecieron y salieron beneficiados de la batalla, especialmente el primero, que se visti¨® de amarillo en el ¨²ltimo suspiro.

En fin, que teniendo en cuenta que era un descafeinado, no estuvo nada mal. Pero eso s¨ª, para los Alpes yo ya me voy pidiendo un expreso doble para Alpe d'Huez.