Fannie, Freddie y t¨²
Y ahora, la nueva etapa de nuestra aparentemente interminable crisis financiera. Esta vez ocupan los titulares Fannie Mae y Freddie Mac, con serias advertencias de quiebra inmediata. ?Hasta qu¨¦ punto debemos estar preocupados?
Pues bien, voy a ser la voz de la discordia: el temporal en torno a estas dos entidades hipotecarias se ha exagerado. Seguramente, Fannie y Freddie necesitar¨¢n que el Gobierno acuda al rescate. Pero, como ya est¨¢ claro que ese rescate se va a hacer, sus problemas no tendr¨¢n consecuencias negativas para la econom¨ªa.
Adem¨¢s, aunque Fannie y Freddie son unas instituciones con problemas, no tienen la culpa del l¨ªo en el que nos encontramos.
He aqu¨ª los antecedentes: Fannie Mae -la Asociaci¨®n Nacional Federal de Hipotecas- se cre¨® en los a?os treinta para facilitar la adquisici¨®n de viviendas mediante la compra de las hipotecas a los bancos, con lo que se liberaba un dinero que pod¨ªa utilizarse para hacer nuevos pr¨¦stamos. Fannie y Freddie Mac, que hace pr¨¢cticamente lo mismo, financian hoy la mayor¨ªa de los pr¨¦stamos hipotecarios que se llevan a cabo en Estados Unidos.
No podemos dejar caer a Fannie y Freddie. Son m¨¢s importantes que nunca para la econom¨ªa
Los argumentos contra Fannie y Freddie empiezan por su condici¨®n peculiar: aunque son compa?¨ªas privadas, con accionistas y beneficios, son "empresas patrocinadas por el Gobierno", creadas por una ley federal, lo cual significa que gozan de privilegios especiales.
El m¨¢s importante de estos privilegios est¨¢ impl¨ªcito: es la convicci¨®n de los inversores de que, si Fannie y Freddie est¨¢n en peligro de quiebra, el Gobierno federal acudir¨¢ al rescate.
Esta garant¨ªa impl¨ªcita significa que los beneficios est¨¢n privatizados pero las p¨¦rdidas est¨¢n socializadas. Si a Fannie y Freddie les va bien, sus accionistas cobran los beneficios, pero si las cosas van mal, Washington paga la factura. Cara, ganan ellos, cruz, perdemos nosotros.
Estas apuestas marcadas pueden animar a correr riesgos peligrosos, porque los inconvenientes son problema de otros. El cl¨¢sico ejemplo de c¨®mo puede ocurrir eso es la crisis de las entidades de ahorro y pr¨¦stamo en los a?os ochenta: los propietarios ofrecieron tipos de inter¨¦s elevados para atraer numerosos dep¨®sitos garantizados por el Gobierno federal y luego, en definitiva, apostaron con ese dinero. Cuando muchas de sus apuestas salieron mal, las autoridades federales tuvieron que hacerse cargo. Arreglar la situaci¨®n acab¨® costando a los contribuyentes m¨¢s de 100.000 millones de d¨®lares.
Pero hay que decir una cosa: Fannie y Freddie no tuvieron nada que ver con la explosi¨®n de pr¨¦stamos de alto riesgo de hace unos a?os, una explosi¨®n al lado de la cual el desastre de las entidades de ahorro no fue nada. Es m¨¢s, Fannie y Freddie, despu¨¦s de haber tenido un r¨¢pido crecimiento en los a?os noventa, desaparecieron casi por completo del escenario durante el apogeo de la burbuja inmobiliaria.
En parte se debi¨® a que las autoridades, ante los esc¨¢ndalos de contabilidad en las compa?¨ªas, establecieron l¨ªmites provisionales para Fannie y Freddie que restringieron su capacidad de pr¨¦stamo precisamente cuando los precios de las viviendas empezaban a dispararse. Adem¨¢s, tampoco emit¨ªan ninguna hipoteca basura, porque no pueden: la definici¨®n de un pr¨¦stamo basura, o de alto riesgo, es precisamente un pr¨¦stamo que no cumple el requisito, impuesto por ley, de que Fannie y Freddie s¨®lo compran hipotecas emitidas a prestatarios que hayan dado unas entradas sustanciales y hayan aportado minuciosas pruebas documentales de sus ingresos.
Por tanto, fueran cuales fueran los malos incentivos creados por la garant¨ªa federal impl¨ªcita, se han visto compensados por el hecho de que Fannie y Freddie ten¨ªan y tienen estrictamente regulados los riesgos que pueden asumir. Podr¨ªa decirse que la experiencia de Fannie y Freddie prueba que la regulaci¨®n funciona.
Ahora bien, en ese caso, ?c¨®mo han acabado en esta situaci¨®n?
La respuesta est¨¢, en parte, en el enorme tama?o de la burbuja inmobiliaria y la dimensi¨®n de la ca¨ªda de los precios que est¨¢ produci¨¦ndose ahora que se ha pinchado esa burbuja. En Los ?ngeles, Miami y otros lugares, cualquiera que pidiera prestado dinero para comprar una casa en el momento de apogeo del mercado tiene seguramente un capital negativo en este momento, aunque inicialmente diera una entrada del 20%. El resultado es el aumento de los impagos incluso en pr¨¦stamos que se atienen a las directrices de Fannie y Freddie.
Adem¨¢s, a Fannie y Freddie, aunque tienen muy regulados sus pr¨¦stamos, no se les ha exigido que aportasen suficiente capital, es decir, dinero recaudado mediante la venta de acciones, y no mediante los pr¨¦stamos. Eso significa que la m¨¢s m¨ªnima ca¨ªda en el valor de sus activos puede dejarles en una situaci¨®n complicada, con una deuda mayor de lo que poseen.
Es verdad que nos encontramos ante un verdadero esc¨¢ndalo pol¨ªtico: ha habido advertencias repetidas de que la escasa capitalizaci¨®n de Fannie y Freddie representaba riesgos para los contribuyentes, pero los directivos de las dos compa?¨ªas compraron el proceso pol¨ªtico y contrataron sistem¨¢ticamente a personajes influyentes de ambos partidos. No obstante, las maquinaciones pol¨ªticas de Fannie y Freddie, aunque eran peligrosas, no fueron un factor importante en la aparici¨®n de nuestros problemas actuales.
Pese a todo, ?no llama la atenci¨®n que los contribuyentes tengan que acabar rescatando estas instituciones? La verdad es que no. Estamos atravesando una grave crisis financiera y dichas crisis casi siempre acaban con alg¨²n tipo de rescate del sistema bancario por parte de los contribuyentes.
Y hay que dejar una cosa clara: no podemos dejar que Fannie y Freddie vayan a la quiebra. Con la ca¨ªda de los pr¨¦stamos basura, son hoy m¨¢s importantes que nunca para el mercado de la vivienda y la econom¨ªa en general.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia. ? 2008 New York Times News Service.
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