Ceuta y Melilla: 2012, fecha de caducidad
El Gobierno socialista se jacta de mantener las mejores relaciones con Marruecos desde la independencia, pero tanta amistad no sirve para empezar a resolver los acuciantes problemas pendientes entre vecinos
Las relaciones con Marruecos son las mejores que han existido en la historia de Espa?a", se jactaba, a principios de mes, el diputado socialista Salvador de la Encina, encargado de poner orden en el convulso PSOE de Ceuta. La frase es un leitmotiv de los socialistas espa?oles. Y, sin embargo, la viabilidad econ¨®mica de la ciudad donde naci¨® este diputado est¨¢ amenazada a corto plazo por la paulatina apertura comercial de Marruecos, que acabar¨¢ dando al traste con el contrabando.
Este desaf¨ªo es uno de los m¨²ltiples asuntos pendientes entre vecinos, pero no figur¨® en la agenda de la conversaci¨®n con Mohamed VI, el viernes, en Oujda. El di¨¢logo, cuando se entabla entre ambas capitales, tampoco da frutos en temas cruciales como la delimitaci¨®n de zona econ¨®mica en aguas entre Marruecos y Canarias. Mientras no se fijen los l¨ªmites, el Gobierno seguir¨¢ sin autorizar a Repsol a efectuar prospecciones petroleras junto a las islas orientales. ?De qu¨¦ sirve mantener con el vecino la relaci¨®n m¨¢s amigable desde su independencia, en 1956, si -con la excepci¨®n de la inmigraci¨®n clandestina- no se resuelven varios litigios primordiales?
Espa?a deber¨ªa proponer a Rabat sanear la relaci¨®n de ambas ciudades con su entorno marroqu¨ª
Urge que Ceuta disponga de una aduana comercial con Marruecos para exportar legalmente
Mucho antes de llegar al poder, en 2004, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero hizo una apuesta sin precedentes por Marruecos. Por eso viaj¨® a Rabat en 2001, en plena crisis hispano-marroqu¨ª; por eso, la diplomacia espa?ola alienta la iniciativa auton¨®mica marroqu¨ª para resolver el conflicto del S¨¢hara y Marruecos es el principal beneficiario de la ayuda espa?ola al desarrollo. Abundan los ejemplos de las atenciones espa?olas con su vecino meridional.
Mohamed VI, el rey de Marruecos, correspondi¨® a Zapatero, y no s¨®lo ensalzando en sus telegramas de felicitaci¨®n sus "elevadas cualidades pol¨ªticas y humanas". Lleg¨® a desplegar a su Ej¨¦rcito en octubre de 2005 para proteger a Ceuta y Melilla, dos ciudades que reivindica, de los asaltos de los subsaharianos.
No en balde, cuatro a?os antes, el monarca hab¨ªa explicado a Zapatero en Rabat que no se preocupara por Ceuta y Melilla porque no eran sus prioridades. Mohamed VI no es menos nacionalista que su padre, Hassan II, pero s¨ª m¨¢s pragm¨¢tico. Se ha volcado en el desarrollo del norte de su reino que su padre castig¨® por considerarlo rebelde. Con sus nuevos puertos, zonas francas, autov¨ªas y, en 2016, el primer tren de alta velocidad africano, el Marruecos septentrional es el que m¨¢s ha cambiado. De ese rey tan bien predispuesto, la diplomacia espa?ola no sabe sacar partido.
Margarita L¨®pez Almedariz, la presidenta de la C¨¢mara de Comercio melillense, lo advierte con frecuencia: "Ceuta y Melilla tienen fecha de caducidad: 2012". Dentro de cuatro a?os, Rabat concluir¨¢ su desarme arancelario frente a la Uni¨®n Europea y el contrabando carecer¨¢ de sentido.
El contrabando, que en ambas ciudades llaman p¨²dicamente "comercio at¨ªpico", es uno de sus motores econ¨®micos. Las exportaciones irregulares de Melilla a Marruecos alcanzaron en 2006 los 440 millones de euros, seg¨²n la Delegaci¨®n del Gobierno. No existen estimaciones tan recientes para Ceuta, pero su consejero de Econom¨ªa, Luis Carreira, calcul¨® en 2005 que ascend¨ªan a 500 millones. Los 140.000 ceut¨ªes y melillenses venden en Marruecos mercanc¨ªas por valor de la mitad de las exportaciones espa?olas a China. Si se suman esas ventas a las exportaciones legales, Espa?a es el primer socio comercial de Marruecos, por delante de Francia.
Melilla tiene una peque?a baza que jugar para sortear el reto del desarme arancelario marroqu¨ª. Posee una aduana comercial con Marruecos porque Rabat quiso mantenerla tras la independencia para exportar minerales del Rif a trav¨¦s del ¨²nico puerto que exist¨ªa entonces en la zona. Los intercambios legales a trav¨¦s de Beni Enzar, la aduana local, crecen cada a?o.
Ceuta est¨¢ condenada. Carece de frontera comercial con Marruecos. Por eso, por ejemplo, los 72 todoterrenos que el Ministerio del Interior espa?ol don¨® a Marruecos en 2006 no pudieron ser entregados a trav¨¦s del puesto fronterizo del Tarajal. Todo lo que transita por all¨ª es puro contrabando. La aplicaci¨®n por Marruecos del arancel com¨²n "podr¨ªa contribuir a la desaparici¨®n del comercio at¨ªpico", vaticinaba en enero el economista Joaqu¨ªn Aranda en un informe encargado por las Cortes.
Los empresarios ceut¨ªes lo pidieron por escrito al Ministerio de Exteriores. Juan Vivas, el presidente de Ceuta, abord¨® el asunto en dos ocasiones con Zapatero. La ciudad reclama al Gobierno que abra una negociaci¨®n con Rabat para que pueda disponer de una aduana comercial. S¨®lo as¨ª ser¨¢ econ¨®micamente viable. El Ejecutivo ni siquiera ha sondeado a Rabat sobre su predisposici¨®n a dialogar sobre este tema.
M¨¢s all¨¢ de apoyar esta aspiraci¨®n ceut¨ª, el Gobierno deber¨ªa aprovechar la ocasi¨®n para hacer un planteamiento global a Rabat sobre la inserci¨®n "positiva" de ambas ciudades en su entorno marroqu¨ª, tratando, de paso, de sacar el m¨¢ximo partido de la nueva pol¨ªtica de vecindad que pone en marcha la Uni¨®n Europea. Puede lograrse sin renunciar a la soberan¨ªa espa?ola y sin que Rabat desista de reivindicarlas.
Ahora, las ciudades aut¨®nomas est¨¢n informalmente insertadas, pero su papel dista mucho de ser beneficioso. "La econom¨ªa informal penaliza la aparici¨®n de una econom¨ªa saneada", se quejaba Driss Benhima cuando dirig¨ªa la instituci¨®n marroqu¨ª encargada del desarrollo del norte. El contrabando genera, por ejemplo, 45.000 puestos de trabajo directos y otros 400.000 indirectos en Marruecos, seg¨²n la C¨¢mara de Comercio Americana de Casablanca, pero son "empleos basura" de los miles de porteadores que cruzan a diario la frontera. "Cada empleo en el contrabando causa la p¨¦rdida o la no creaci¨®n de 10 empleos legales", sostiene la c¨¢mara. La banca melillense atrae, por poner otro ejemplo, las ganancias del tr¨¢fico de droga.
Insertarlas positivamente es tratar de que desempe?en un papel similar al que el Hong Kong brit¨¢nico jug¨® en su d¨ªa con su hinterland chino. Es adecentar y agilizar unas inmundas fronteras terrestres por las que entran a empujones 34 millones de personas -90% marroqu¨ªes- al a?o. Es potenciar tambi¨¦n esa actividad de servicios que ya proporcionan las urgencias y maternidades de sus hospitales cuando atienden cada a?o a miles de marroqu¨ªes. Es ofrecer, adem¨¢s, becas para que j¨®venes marroqu¨ªes estudien en sus centros de ense?anza como ya hacen unos pocos en la Escuela de Negocios Hispanomarroqu¨ª de Melilla.
Ceuta carece de aeropuerto, y el de Melilla es tan peque?o, que no puede acoger aviones medianos. Para aterrizar en ¨¦l es necesario penetrar en el espacio a¨¦reo marroqu¨ª. ?Por qu¨¦ no proponer a Rabat la construcci¨®n de un aeropuerto conjunto entre Ceuta y Tetu¨¢n, entre Melilla y Nador? Basta con inspirarse de los modelos aeroportuarios de Gibraltar o del francosuizo de Basilea-Mulhouse. Hasta 1969, Melilla y Nador compartieron aeropuerto, el de Tauima, gestionado de manera similar al gibraltare?o. Hay tantas cosas por hacer.
Espa?a y Marruecos colaboran, a veces, de manera sorprendente, dejando de lado sus suspicacias nacionalistas, pero lo hacen a escondidas. Los helic¨®pteros de la Guardia Civil de Melilla penetran, por ejemplo, cada noche en el espacio a¨¦reo marroqu¨ª en busca de concentraciones de subsaharianos con el conocimiento de Rabat. Los Mirage F-1 marroqu¨ªes violan, a veces, el espacio a¨¦reo canario, sin que el Estado Mayor del Aire se inmute.
Nunca un jefe de un Gobierno democr¨¢tico espa?ol ha reafirmado con tantos gestos la soberan¨ªa de Espa?a sobre ambas ciudades. Fue el primero en atreverse a visitarlas como presidente en 2006 -26 a?os despu¨¦s de que lo hiciera Adolfo Su¨¢rez-. Organiz¨® en oto?o el primer viaje de los Reyes provocando dos meses de tirantez con Rabat; anunci¨® incluso, en 2004, en un discurso en el Senado, su intenci¨®n de mencionarlas en la Constituci¨®n, pero la reforma que barajaba no prosper¨®. En el congreso del PSOE, Zapatero se comprometi¨®, por ¨²ltimo, a desplazarse de nuevo a esas ciudades durante esta legislatura.
A ceut¨ªes y melillenses acaso les resulte m¨¢s ¨²til que el Gobierno vaya m¨¢s all¨¢ de los meros gestos simb¨®licos y de las declaraciones rimbombantes sobre la amistad bilateral. Es hora de que el socio m¨¢s pr¨®spero dise?e una relaci¨®n con su vecino en la que ambas ciudades contribuyan al desarrollo de su entorno y se inserten sanamente en ¨¦l. La aduana comercial para Ceuta es una urgente prioridad. Mohamed VI ha antepuesto el desarrollo a la revindicaci¨®n territorial. Es probable que est¨¦ dispuesto a escuchar nuevas propuestas espa?olas.
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