Israel canjea presos por cad¨¢veres
Hezbol¨¢ entrega los cuerpos de dos soldados capturados antes de la guerra de 2006 - El Gobierno de Olmert deja en libertad a los ¨²ltimos cinco prisioneros libaneses
La segunda guerra de L¨ªbano, la primera que Israel padeci¨® en territorio propio en sus 60 a?os de historia, ha concluido. Dos a?os y cuatro d¨ªas despu¨¦s del estallido b¨¦lico provocado por la captura de dos soldados israel¨ªes a manos de Hezbol¨¢, el Gobierno de Ehud Olmert y la milicia chi¨ª completaron ayer el delicado canje de sus cad¨¢veres y los de otros militares hebreos por prisioneros libaneses. Un intercambio que provoc¨® la desaz¨®n m¨¢s profunda en Israel y un goce desmedido en el pa¨ªs ¨¢rabe.
La incertidumbre sobre si los militares segu¨ªan vivos se mantuvo hasta ayer
Bajo un sol de justicia, Rosh Hanikra, un enclave militar fronterizo entre Israel y L¨ªbano, fue tomado por el Ej¨¦rcito israel¨ª, que bautiz¨® la operaci¨®n de canje "Y los muchachos volvieron". El complejo procedimiento dur¨® 10 horas. Incluy¨® la devoluci¨®n de 199 cuerpos, la mayor¨ªa de palestinos muertos en las ¨²ltimas d¨¦cadas, y la liberaci¨®n de cuatro milicianos de Hezbol¨¢ y de Samir Kuntar -el terrorista condenado a cuatro cadenas perpetuas por el asesinato de cuatro personas en la ciudad israel¨ª norte?a de Nahariya en 1979-. La milicia chi¨ª entreg¨® los cuerpos de Ehud Goldwasser y Eldad Regev, los reservistas capturados en julio de 2006, y restos de otros uniformados.
Las vicisitudes que han rodeado el canje dan para escribir una enciclopedia: viajes sin cesar del mediador alem¨¢n Gerhard Konrad; dos votaciones del Gobierno; consultas a los rabinos del Ej¨¦rcito; manifestaciones para exigir el canje; entrevistas de los parientes de los soldados con el primer ministro, Ehud Olmert; el rechazo de los servicios de inteligencia y de los familiares de las v¨ªctimas a la liberaci¨®n de Kuntar, y la posici¨®n favorable del Ej¨¦rcito, cuya prioridad es rescatar a sus soldados, vivos o muertos.
Hezbol¨¢ atac¨® la frontera varias veces antes del fat¨ªdico 12 de julio de 2006. Con un solo objetivo: la captura de israel¨ªes para forzar un intercambio. El primero de la lista era el druso Kuntar. Ayer regres¨® a su tierra natal. Vivo. Goldwasser y Regev tambi¨¦n volvieron. En ata¨²des negros. La incertidumbre sobre la suerte de los soldados se mantuvo hasta el final. Hasan Nasral¨¢, l¨ªder carism¨¢tico de Hezbol¨¢, ha hecho sufrir lo indecible a los israel¨ªes.
El dolor, la rabia y la frustraci¨®n se palpaban ayer en Israel. La opini¨®n p¨²blica soporta mal la liberaci¨®n de Kuntar, aunque apoyaba el canje con tal de rescatar a los soldados. La clase pol¨ªtica a?ad¨ªa otros motivos. Si la comisi¨®n oficial que investig¨® el desempe?o del Gobierno durante la contienda b¨¦lica describi¨® un panorama desolador, los avatares de la posguerra demuestran que Israel sali¨® tocado del conflicto.
Son inmensa mayor¨ªa los analistas pol¨ªticos israel¨ªes que califican el episodio de ayer de triunfo rotundo de Hezbol¨¢. Olmert prometi¨®, al desencadenar los devastadores ataques a¨¦reos sobre los pueblos chi¨ªes meridionales de L¨ªbano, que la guerra s¨®lo se detendr¨ªa cuando Goldwasser y Regev regresaran a casa y cuando Hezbol¨¢ fuera desarmada. El alto el fuego se proclam¨® el 14 de agosto de 2006, merced a la resoluci¨®n 1.701 de Naciones Unidas. Pero los militares siguieron en poder de Hezbol¨¢. Y lo que resulta m¨¢s relevante: la milicia chi¨ª, lejos de entregar las armas, ha aumentado sustancialmente su arsenal. "La resoluci¨®n 1.701 fue un fracaso. No funcion¨® y nunca funcionar¨¢", declar¨® el lunes el ministro de Defensa, Ehud Barak.
La guerra, que caus¨® una enorme destrucci¨®n en el sur de L¨ªbano y en las infraestructuras de todo el pa¨ªs y m¨¢s de 1.000 muertos libaneses -la mayor¨ªa, civiles- y 160 israel¨ªes -la cuarta parte, ciudadanos que sufrieron el lanzamiento de 4.000 cohetes Katiusha-, se observa hoy como una decisi¨®n sumamente precipitada.
Y las preguntas brotan de nuevo desde hace d¨ªas. ?Por qu¨¦ Olmert se embarc¨® en una guerra que result¨® un fiasco, para despu¨¦s acabar negociando? Los expertos albergan pocas dudas. A punto estuvo de caer el primer ministro cuando la comisi¨®n de investigaci¨®n emiti¨® su dur¨ªsimo dictamen oficial sobre la guerra. Ahora, contra las cuerdas, afectado por un may¨²sculo esc¨¢ndalo de corrupci¨®n, Olmert ha acelerado el canje. Habl¨® ayer de la "obligaci¨®n moral" de recuperar a los soldados. Se antoja demasiado tarde. Nadie apuesta a que el rescate le servir¨¢ para salvar su carrera pol¨ªtica.
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