Kirchner manda en Argentina, pero ?cu¨¢l de los dos?
La derrota parlamentaria de Cristina Fern¨¢ndez en el conflicto agrario reaviva el debate sobre el reparto real de funciones en el 'matrimonio presidencial'
Nadie imagin¨® al ex presidente argentino, N¨¦stor Kirchner (2003-2007), amodorrado en el sof¨¢ familiar de la Quinta de Olivos, ensimismado en la melancol¨ªa y las a?oranzas, resignado a la quietud pol¨ªtica y al acatamiento. Nunca lo imaginaron en una jubilaci¨®n temprana quienes lo vieron acaudillando las manifestaciones callejeras de apoyo a su esposa, la presidenta, Cristina Fern¨¢ndez. "?Viva la patria! ?Viva el general Per¨®n! ?Viva Eva Per¨®n!", grit¨® Kirchner esta semana en la Plaza del Congreso de Buenos Aires, un d¨ªa antes de que el Senado rechazara el nuevo impuesto gubernamental a las exportaciones agr¨ªcolas, el caballo de batalla nacional desde la ruptura de hostilidades del pasado 11 de marzo entre el Ejecutivo y el agrarismo. Inesperadamente, el voto del vicepresidente, Julio Cobos, disidente de la Uni¨®n C¨ªvica Radical (UCR), dio la victoria a la oposici¨®n. La derrota del oficialismo ha animado el debate sobre las consecuencias pol¨ªticas de la cohabitaci¨®n gubernamental y el reparto de roles entre los c¨®nyuges del matrimonio m¨¢s poderoso de Argentina.
"El que manda es Kirchner, y no su mujer", afirma Eduardo Menem
"?Ac¨¢ la presidenta soy yo, co?o!", dijo Cristina a su marido, seg¨²n 'Perfil'
Los Kirchner perdieron la batalla parlamentaria m¨¢s importante pese a haber apostado, para ganarla, por la presi¨®n, el activismo callejero y la liturgia del peronismo bronco: el bombo, la matraca y los piquetes frente al hemiciclo. La pareja fracas¨® en la votaci¨®n del impuesto y atraviesa horas de frustraci¨®n y amargura, sobrepasada por la fractura del Partido Justicialista (PJ, peronista) y por sus tropiezos durante los avatares de la gobernabilidad. Un a?o atr¨¢s de la crisis del jueves, cuando era previsible el triunfo de Cristina Fern¨¢ndez en las elecciones del 28 de octubre del 2007, el analista Joaqu¨ªn Morales aconsejaba al matrimonio suscribir un contrato de convivencia en el poder porque N¨¦stor Kirchner, l¨ªder del PJ, "est¨¢ acostumbrado a mandar, y de manera brutal, desde hace 20 a?os".
El ex senador Eduardo Menem, hermano del ex presidente Carlos Menem, atrincherado, desde la derecha, en una de las facciones peronistas enfrentadas al Gobierno, adivin¨® los t¨¦rminos del contrato: "El que manda en el pa¨ªs es N¨¦stor Kirchner y no su mujer. ?l toma las decisiones, ¨¦l tiene el protagonismo, ¨¦l toma las decisiones de patotear [presionar con piquetes]". La presidenta, en la opini¨®n del destacado opositor, "s¨®lo cumple un papel protocolar: ac¨¢ hay un solo poder, autoritario, que es el modelo de Kirchner, basado en hechos de violencia". Los violentos piquetes que paralizaron las actividades de Aerol¨ªneas Argentinas parec¨ªan sintonizar con la estrategia oficial de intervenir la compa?¨ªa adquirida hace siete a?os por el grupo Marsans y vendida este jueves al Estado, seg¨²n sospecha un empresario espa?ol con intereses en el pa¨ªs. "Lo mismo est¨¢n tratando de hacer con otras inversiones espa?olas, entre ellas las de Repsol, forzando las cosas, cambiando las reglas de juego seg¨²n les convenga. La pareja ha vapuleado la seguridad jur¨ªdica".
El matrimonio vapule¨® muchas cosas en un pa¨ªs acostumbrado al estrellato de las parejas presidenciales, encarnadas en Evita Duarte (1919-1951) y el general Juan Domingo Per¨®n (1895-1974). Uno de los ¨¦mulos m¨¢s radicales del pr¨®cer gaucho es N¨¦stor Kirchner, azote de los militares genocidas, intransigente, proclive al menosprecio del discrepante y encuadrado en el peronismo nacionalista e izquierdista de los sesenta, seg¨²n diversos analistas. Manda mucho desde su despacho en el elitista barrio de Puerto Madero, muy cerca de la Casa Rosada, residencia de los presidentes argentinos. El poder, las complicidades sindicales, empresariales y pol¨ªticas, los resortes acumulados durante su mandato confluyeron en la fren¨¦tica organizaci¨®n de concentraciones y en el cabildeo con ministros, gobernadores, empresarios y dirigentes justicialistas.
"?Cu¨¢l ser¨¢ la reacci¨®n de la presidenta ahora?", despu¨¦s de la derrota parlamentaria, se pregunta Carlos Malamud, analista de la p¨¢gina web Infolatam. "?Llamar¨¢ al silencio a su marido, que ha tenido en los ¨²ltimos meses un papel ultraprotag¨®nico y ha llegado a eclipsarla?". Cristina Fern¨¢ndez, tenida por m¨¢s dialogante y negociadora, pero tambi¨¦n temperamental y soberbia, ha negado en todo momento ser la convidada de piedra. "?Ac¨¢ la presidenta soy yo, co?o!", espet¨® supuestamente a su marido el 28 de junio de este a?o, durante una discusi¨®n en su casa de El Calafate, provincia de Santa Cruz, seg¨²n public¨® el diario porte?o Perfil. La opini¨®n p¨²blica tendr¨¢ que percibirla al mando, gobernando, porque el manejo, a cuatro manos, del conflicto agropecuario consumi¨® su imagen: la popularidad de la presidenta cay¨® del 56% en enero, durante el arranque de su mandato, al 20% actual.
"Hoy nos encontramos con un peronismo dividido. De un lado Kirchner y sus seguidores, y del otro todos aquellos que en alg¨²n momento fueron derrotados por el entonces poder efectivo y que hoy esperan cobrar venganza", agrega Malamud. Para este analista, el modelo de conducci¨®n pol¨ªtica de los Kirchner se ha agotado y en el futuro nada ser¨¢ igual. Deber¨¢ cambiar la prepotencia y el autoritarismo atribuidos a la pareja presidencial, el nacionalismo antiguo e intervencionista de algunas decisiones, y el caudillismo agitador de un hombre al¨¦rgico a la modorra del sof¨¢ familiar, apodado en ¨¢mbitos period¨ªsticos "el ex presidente en funciones".
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