La muerte del ex presidente N¨¦stor Kirchner deja un vac¨ªo de poder en Argentina
El marido de la actual presidenta, Cristina Fern¨¢ndez, ha fallecido a los 60 a?os en un hospital de El Calafate, en el sur de Argentina, v¨ªctima de un infarto.- El f¨¦retro viaja hacia la Casa Rosada, frente a la que comienzan a reunirse miles de partidarios del pol¨ªtico
La inesperada muerte el mi¨¦rcoles del ex presidente N¨¦stor Kirchner, v¨ªctima de un infarto masivo, abre muchas interrogantes en el panorama argentino, dominado desde hace casi ocho a?os por la fuerte personalidad de este pol¨ªtico peronista, capaz de crear un movimiento que lleva su propio apellido: el kirchnerismo. Su esposa, la actual presidenta de la Rep¨²blica, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner, har¨¢ frente ahora a un momento muy delicado, no solo en lo personal, sino tambi¨¦n en cuanto a su propio papel pol¨ªtico. Su mandato finaliza en 2011 y debe decidir r¨¢pidamente si contin¨²a durante estos meses con la l¨ªnea de fuerte confrontaci¨®n que ven¨ªa desarrollando junto a su esposo, si realiza algunos cambios en su estrategia, y si quiere optar a la reelecci¨®n o prefiere dejar paso a otro miembro del Partido Justicialista, que su marido controlaba muy directamente, pero que ella no domina. Le espera un calendario muy apretado, al que deber¨¢ hacer frente pese al dolor por la muerte de un compa?ero con quien compart¨ªa desde hace m¨¢s de 35 a?os no solo su vida conyugal y dos hijos, sino tambi¨¦n un fuerte ideario y un largo recorrido pol¨ªtico.
Kirchner, de 60 a?os, falleci¨® en su domicilio familiar en la ciudad de El Calafate, en donde iba a ser censado, y estaba acompa?ado por su esposa cuando sufri¨® lo que sus m¨¦dicos calificaron de "muerte s¨²bita". Miles de personas aguardan ya en la plaza de Mayo la llegada de los restos del ex presidente a lo largo del jueves. Junto al cuerpo viajar¨¢n hasta Buenos Aires Cristina Fern¨¢ndez, adem¨¢s del hijo de la pareja, M¨¢ximo. Su hija, Florencia, deber¨¢ desplazarse desde Nueva York. Los restos ser¨¢n velados en la Casa Rosada. A Kirchner se le enterrar¨¢ el viernes en su localidad natal, R¨ªo Gallegos.
El fallecimiento de N¨¦stor Kirchner caus¨® una verdadera conmoci¨®n en Argentina, que estaba, adem¨¢s, completamente paralizada para llevar adelante el importante censo poblacional. Obligados a permanecer en casa hasta las ocho de la tarde (una de la madrugada espa?ola), con caf¨¦s, restaurantes, tiendas y todo tipo de locales cerrados a cal y canto, millones de argentinos se pegaron a las radios, a las televisiones, a las versiones digitales de los diarios y a los tel¨¦fonos para conocer los detalles de lo ocurrido y expresar su inquietud y emoci¨®n.
El pol¨ªtico fallecido, que lider¨® la recuperaci¨®n de Argentina tras la terrible crisis de 2001, contaba con un fuerte respaldo entre los sectores populares de la poblaci¨®n, organizaciones de derechos humanos y todo tipo de movimientos c¨ªvicos y se prev¨¦ que a primeras horas de la noche todos esos sectores coincidan en la calle, en una especie de descarga emocional.
Los portavoces de la oposici¨®n se declararon inmediatamente "impactados" y transmitieron su p¨¦same a Cristina Fern¨¢ndez. "Estamos a su disposici¨®n", dijo el radical Julio Cobos, que es vicepresidente de la Republica, aunque mantiene rotas sus relaciones con los Kirchner desde el llamado conflicto del campo.
La fuerte personalidad del ex presidente, embarcado siempre en mil batallas, le hizo rechazar los cuidados m¨¦dicos que le propon¨ªan sus doctores y estar en primera l¨ªnea hasta los ¨²ltimos d¨ªas. Asombr¨®, por ejemplo, que al poco tiempo de sufrir un incidente coronario, el pasado mes de septiembre, apareciera en un mitin de las juventudes peronistas y que pocas semanas mas tarde acompa?ara a la presidenta en una enorme concentraci¨®n sindical.
Posible fallecimiento del kirchnerismo
Con su muerte puede morir tambi¨¦n el movimiento conocido como kirchnerismo, un importante sector peronista, que ocupa el poder desde 2003 y que ha protagonizado una considerable recuperaci¨®n econ¨®mica y social del pa¨ªs. Sus cr¨ªticos, incluso algunos de quienes le acompa?aron en sus primeros a?os, le han acusado siempre de basar ese crecimiento en un fuerte subsidio al consumo y en descuidar el fortalecimiento de las instituciones democr¨¢ticas, as¨ª como de estar obsesionado por el control de los medios de comunicaci¨®n. Sus partidarios, por el contrario, acentuaban el alcance de su pol¨ªtica de derechos humanos y los mecanismos de protecci¨®n social, como el aumento de las pensiones o la asignaci¨®n universal por hijo, implantada durante el mandato de Cristina Fern¨¢ndez. El mundo de los negocios, molesto por lo que consideraba un fuerte intervencionismo directo de Kirchner y por la manipulaci¨®n de datos estad¨ªsticos oficiales, reaccion¨® con calma (aunque en la bolsa norteamericana los bonos argentinos subieron m¨¢s de un 10%).
Lo que es indudable es que Kirchner no abandon¨® la escena pol¨ªtica cuando cedi¨® en 2007 el bast¨®n presidencial a su propia esposa, sino que ha mantenido hasta ahora una fuerte presencia e influencia. Como presidente del Partido Justicialista, N¨¦stor Kirchner sigui¨® representando una important¨ªsima fuente de poder, con una versi¨®n autoritaria, hasta el extremo de que en muchas ocasiones fue criticado por "pasar por encima" de la presidenta y de que la oposici¨®n lleg¨® a acusarse de actuar como una "pareja presidencial". Se supon¨ªa, incluso, que ser¨ªa de nuevo candidato peronista para las presidenciales de 2011, aunque dos recientes incidentes vasculares coronarios empezaron a sembrar dudas.
Aunque es demasiado pronto para adelantar movimientos, est¨¢ claro que la desaparici¨®n de N¨¦stor Kirchner cambia completamente el panorama, especialmente en cuanto al control del Partido Justicialista se refiere. Los peronistas se encuentran ya divididos entre los llamados oficialistas o kirchneristas y los federales, muy cr¨ªticos con lo que consideran giro populista del matrimonio. Cristina Fern¨¢ndez debe demostrar no solo voluntad de seguir al frente, sino tambi¨¦n imponer su control personal sobre el sector peronista que dominaba su esposo y que, quiz¨¢s, est¨¦ ya mirando a otros posibles candidatos. De hecho, desde el ¨²ltimo incidente coronario de N¨¦stor Kirchner, en septiembre pasado, muchos peronistas hab¨ªan empezado a hablar como posible sucesor de Daniel Scioli, gobernador de la poderosa provincia de Buenos Aires, y hasta ahora mismo amigo de la pareja Kirchner.
Velatorio en la Casa Rosada
Los argentinos velar¨¢n al ex presidente N¨¦stos Kirchner a partir del jueves al mediod¨ªa (hora local) en la Casa Rosada, seg¨²n confirm¨® el mi¨¦rcoles el ministro de Trabajo argentino, Carlos Tomada. El ex dirigente ser¨¢ enterrado el viernes en R¨ªo Gallego, su ciudad natal y en la que Kirchner desarroll¨® pr¨¢cticamente toda su carrera pol¨ªtica hasta convertirse en el primer pol¨ªtico de la naci¨®n.
El f¨¦retro con los restos del ex presidente ya est¨¢ viajando hacia la capital argentina en un avi¨®n que ha despegado desde la sure?a localidad de El Calafate hacia las cinco de la madrugada (hora espa?ola) y que est¨¢ previsto que aterrice sobre las ocho de la ma?ana. El traslado estuvo precedido de una ceremonia ¨ªntima en la residencia familiar de El Calafate, encabezada por la presidenta, Cristina Fern¨¢ndez, acompa?ada de sus hijos, M¨¢ximo y Florencia -que lleg¨® en las ¨²ltimas
horas procedente de Estados Unidos-, de familiares y un reducido grupo de amigos y miembros del Gabinete.
Tras las exequias en Buenos Aires, el f¨¦retro ser¨¢ trasladado de nuevo a la provincia de Santa Cruz. El de Kirchner ser¨¢ el primer velatorio de un presidente argentino que se celebre en la Casa Rosada. Hasta ahora todos ten¨ªan lugar en el Congreso de la naci¨®n, donde, en realidad, ya se hab¨ªan preparado para recibir los restos del ex mandatario peronista.
Tomada inst¨® a todos sus compatriotas a que acompa?en a la familia en las honras f¨²nebres. "Aunque nada de lo que hagamos va a poder reparar este inmenso dolor, debemos acompa?ar a nuestra presidenta, a los hijos del ex presidente y a toda su familia", afirm¨® el ministro.
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