Beneficios penitenciarios
Existe un consenso entre los mandel¨®logos, y el mismo Nelson Mandela lo comparte, de que sus 27 a?os en la c¨¢rcel fueron la clave de su espectacular ¨¦xito pol¨ªtico. Mandela evit¨® una guerra civil anunciada y logr¨® unir al pueblo m¨¢s dividido del mundo. Se gan¨® la lealtad no s¨®lo de los negros surafricanos, sino de los blancos que durante d¨¦cadas los hab¨ªan oprimido bajo el sistema cruel de discriminaci¨®n racial conocido como el apartheid, "la separaci¨®n". Los negros, a cuya causa hab¨ªa dedicado su vida, lo coronaron rey cuando sali¨® de la c¨¢rcel, en 1990; en 1995, apenas un a?o despu¨¦s de que se hubiera convertido en el primer presidente negro de su pa¨ªs, la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n blanca tambi¨¦n se hab¨ªa rendido al que durante d¨¦cadas percibieron como el terrorista m¨¢s temible de la tierra.
El Mandela que entr¨® en la c¨¢rcel en 1962 no podr¨ªa haber hecho lo mismo. Militante enfurecido, acababa de fundar el ala armada del Congreso Nacional Africano. S¨®lo conceb¨ªa el antagonismo sin cuartel. La c¨¢rcel lo templ¨®. Le demostr¨® que la guerra no era la soluci¨®n y le ense?¨® cu¨¢les ser¨ªan las armas capaces de vencer al enemigo. Seg¨²n el bi¨®grafo oficial de Mandela, su viejo amigo ingl¨¦s Anthony Sampson, el preso pudo "tomar distancia y verse como otros le ve¨ªan... aprendi¨® a empatizar y persuadir, y a extender su influencia y su autoridad no s¨®lo sobre los dem¨¢s presos, sino tambi¨¦n sobre sus carceleros".
Hoy sus antiguos carceleros, hombres blancos de extracci¨®n ruda, lo veneran. Como tambi¨¦n le veneran los ministros del ¨²ltimo Gobierno del apartheid, los jefes de los antiguos servicios de inteligencia, los generales de extrema derecha que en un momento se plantearon seriamente movilizar a un IRA, o a una ETA, surafricana contra la nueva democracia.
Mandela se los gan¨® a todos y por eso es reconocido hoy, con sus 90 a?os reci¨¦n cumplidos, como el gigante pol¨ªtico de nuestro tiempo. La dif¨ªcil lecci¨®n para los pigmeos pol¨ªticos que lo rodean en el mundo de hoy es que para llegar a su altura a ellos tambi¨¦n les convendr¨ªa pasar unos a?os de maduraci¨®n en la c¨¢rcel. El precio ser¨ªa alto, pero la recompensa ser¨ªa un mundo mejor.
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