Preguntas y respuestas
Definitivamente, la representaci¨®n ha terminado por sustituir a los contenidos en la pol¨ªtica vasca. Casi todo sucede seg¨²n estaba escrito en el libreto, y cada instituci¨®n y cada personaje act¨²a y dice lo que le corresponde hacer o decir, aunque esto no tenga mucho que ver con lo que realmente se pretende. Lo importante es la actuaci¨®n en s¨ª, aparecer convincente en el papel elegido para intentar conmover al respetable y ganar su voluntad. Para conseguirlo no se duda en utilizar con profusi¨®n los recursos del teatro, desde la ret¨®rica a la escenograf¨ªa.
Como ya llevamos varios a?os de funci¨®n ininterrumpida, resulta dif¨ªcil que la obra ofrezca alguna sorpresa argumental, por lo que hay que fiarlo todo al gesto, al tono, al adjetivo. Sustancia apenas ha habido en esta semana en la que se ha pasado otra p¨¢gina del gui¨®n. Se ha publicado la ley sobre la consulta tras una entretenida espera de medio mes, se han presentado los recursos del Gobierno central y el PP, y el Tribunal Constitucional la ha suspendido de forma cautelar como era de carril. Todo conforme estaba escrito, incluidos los gestos de los protagonistas: contenidos y circunspectos los recurrentes, agraviados y solemnes los recurridos, como corresponde al papel de v¨ªctimas que el lehendakari Ibarretxe y su Gobierno han elegido como m¨¢s propicio a sus intereses.
La representaci¨®n ha sustituido a los contenidos en la pol¨ªtica vasca
Sin embargo, el pasado domingo se produjo un hecho que, proyectado sobre la representaci¨®n, descubre algunos de los ¨¢ngulos menos de la escena. El Gobierno vasco dio a conocer los resultados del Soci¨®metro, la encuesta peri¨®dica que realiza para conocer la opini¨®n de los ciudadanos acerca de diversas cuestiones. Y coincidi¨® que en esta ocasi¨®n tocaba preguntar, entre otros asuntos, sobre la gran decisi¨®n que se intuye tras el derecho de decidir aunque se evite decirlo. Pues bien, el Soci¨®metro volvi¨® a manifestar lo que vienen expresando ¨¦sta y otras consultas desde que se realizan: que el porcentaje de ciudadanos que desean abiertamente la separaci¨®n del Pa¨ªs Vasco de Espa?a se sit¨²an entre el 20% y el 30%. Pero esta entrega de julio aportaba dos notas especialmente inoportunas para el lehendakari. En plena exaltaci¨®n del derecho del pueblo vasco a decidir libremente su futuro, resulta que el apoyo a la opci¨®n independentista alcanza su nivel m¨¢s bajo (22%) desde 2001, precisamente, cuando Ibarretxe empez¨® a experimentar con el soberanismo. El otro aspecto adverso de la encuesta es que s¨®lo una cuarta parte (26%) de los simpatizantes de su partido respaldan sin ambages la independencia de Euskadi, mientras que el 44% lo har¨ªa dependiendo de las circunstancias; por ejemplo, del coste que la secesi¨®n tuviera para su actual calidad de vida.
Conociendo el lehendakari, como conoce, la realidad sociopol¨ªtica de la comunidad aut¨®noma, llama la atenci¨®n que lance contra sus detractores preguntas ret¨®ricas que se volver¨ªan muy inc¨®modas si se las hiciera ¨¦l mismo con ligeros cambios. Aceptado que es bueno consultar directamente a los ciudadanos y que no hay que tener miedo a "o¨ªr lo que dicen los vascos", cabe interrogarse por qu¨¦ entonces, puestos a hacer un refer¨¦ndum consultivo, no se plantea formular una pregunta clara e inequ¨ªvoca.
Esos argumentos, y sobre todo el del miedo, regresan como un bumer¨¢n cuando se analiza la insustancialidad (s¨®lo aparente en el caso de la segunda pregunta) de lo que se pretende someter a consulta. Porque si se proclama el supuesto derecho de decisi¨®n-autodeterminaci¨®n, y se est¨¢ dispuesto a ir hasta el final, ?por qu¨¦ no preguntar sin medias tintas si se quiere o no ser independiente? Seguramente, porque ni le interesa al lehendakari ni la consulta tiene el cometido de conocer la opini¨®n de los ciudadanos. La respuesta ya la sabe Ibarretxe sin necesidad de convocar para que responda en las urnas al conjunto del cuerpo electoral, algo que si no es un refer¨¦ndum consultivo se le parece bastante. Para eso est¨¢n el Soci¨®metro y otras encuestas.
No. La consulta fue desde su origen el instrumento estrat¨¦gico elegido como m¨¢s conveniente para conservar el poder, y sus promotores van a intentar hacer de su anulaci¨®n el resorte victimista para tratar de ganar las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas. Todo seg¨²n lo previsto. Hasta entonces est¨¢ asegurada la representaci¨®n, sin que tenga mucho que decir el p¨²blico. Unos ciudadanos que, cuando entienden lo que se les pregunta, responden que sienten como principales problemas el paro y las condiciones laborales (47%) y la vivienda (46%; Soci¨®metro de julio), y que en su inmensa mayor¨ªa (72%; Soci¨®metro de marzo) afirma tener "poco o ning¨²n" inter¨¦s por la pol¨ªtica. Qui¨¦n lo dir¨ªa viendo el panorama.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.