Los P¨¦lissier, los Petterson, los Schleck

En una muestra vac¨ªa de nihilismo dan¨¦s, Bjarne Riis despreci¨® el maillot amarillo. "Ah¨ª est¨¢, en una caja en el trastero. Pueden venir a cogerlo cuando quieran", dijo el director del CSC cuando confes¨® que se hab¨ªa dopado para ganar el Tour de 1996 -no fueron a buscarlo: de hecho, el Tour le rehabilit¨® y devolvi¨® su nombre al palmar¨¦s-. ?Qu¨¦ pensar¨ªa, pues, Riis ayer por la ma?ana viendo a Frank Schleck posando con el amarillo entre las manos; viendo a su padre, a su hermano? ?Qu¨¦ pensar¨ªa Johnny Schleck, que ni duerme, con el leoncito entre sus brazos, si su hijo dejara que el maillot cogiera polvo en un cart¨®n entre recuerdos olvidados? ?Qu¨¦ pensar¨ªa Andy, el hermano menor y, sin embargo, el que lleva la voz cantante en los asuntos de la familia?

El liderato de Frank Schleck es un asunto de familia, lo que tampoco es tan raro en la historia del Tour. Lo extra?o es que los dos sean tan buenos; o, m¨¢s a¨²n, que incluso sea mejor el que no va de l¨ªder. Es, as¨ª, el momento para desempolvar los nombres de los hermanos Petterson -Gosta, Sture, Tomas y Erik-, que en los a?os 60 se convirtieron en el pavor de la contrarreloj de 100 kil¨®metros en cuartetos -medallas ol¨ªmpicas en Tokio y M¨¦xico, dos Mundiales para los cuatro- y que culminaron con la victoria de Gosta, el mayor, en el Giro de 1971.

Hay que excavar m¨¢s para llegar a los hermanos P¨¦lissier, la m¨¢s famosa fratr¨ªa -perfectamente retratada por Albert Londres en su m¨ªtico art¨ªculo Los forzados de la ruta-: Henri, Francis y Charles. S¨®lo el primero, el mayor, gan¨® el Tour, en 1923, pero el segundo se convirti¨® en el gran brujo de la Par¨ªs-Burdeos y en director de Jacques Anquetil, y el peque?o gan¨® ocho etapas en el Tour de 1930.