Arroz a la berlusconi
Vayamos por partes. Le llamo ¡°arroz arrisotado¡± porque en esto del risotto hay mucho talib¨¢n purista que a la menor te salta a la yugular como un boquer¨®n en celo. Que si no lleva parmesano, que si el arroz no es carnaroli y pijadas de esas. Se ve que como el arroz es italiano les sale el Berlusconi chulo y prepotente que llevan dentro. Te invitan a su casa a probar su risotto y te tratan como el pol¨ªtico italiano a los inmigrantes rumanos. No te cuento si el que hace el risotto eres t¨².
Pues bien, esta receta va a ser nuestra venganza. La de los torpes de cuchar¨®n, la de los sin papeles de la cocina. Y con escarnio a?adido, pues la receta se hace con arroz del de vasito de pl¨¢stico (?toma herej¨ªa!) y en 10 minutos. Y sin tener ni idea de cocina. Y con el arroz en su punto perfecto. ?C¨®mo os qued¨¢is Berlusconcillos? Eso s¨ª, esta venganza, al contrario de la habitual que es fr¨ªa, es mejor tomarla caliente.
Ingredientes
Para un comensal
- 2 vasitos de arroz blanco
- 8 gambones congelados
- 2 alcachofas
- 1 vaso de vino blanco
- 1 cebolla
- 2 dientes de ajo
- Piment¨®n
- Sal
- Mantequilla
- Aceite de oliva virgen extra
Instrucciones
Cocemos los gambones en un cazo mediano con no mucha agua (para que el caldo nos quede sustancioso) y sal. Congelados como vienen. Esperamos que vuelva a hervir el agua y enseguida estarán.
Colamos el caldo y lo reservamos. Abrimos los vasitos de arroz, lo deshacemos con las manos en un bol (viene compactado) y lo cubrimos con el caldo de los gambones. Picamos el ajo y la cebolla y los ponemos a dorar con un poco de aceite.
Añadimos las alcachofas troceadas y las dejamos hacerse un poco también.
Es el momento de añadirle una cucharadita de pimentón, darle una vuelta rápida y agregar un chorreón de vino blanco. Dejamos que se evapore el alcohol (aprovechando para inspirar profundamente, que da un puntito) y echamos el arroz con el caldo.
Cuchara de madera en ristre, vamos removiendo y agitando un poco la sartén para que el líquido se vaya evaporando. Cuando veamos que el arroz se está quedando seco, le añadimos algo más de caldo y mezclamos con la cuchara hasta que veamos que el arroz está jugoso, pero prácticamente sin caldo.
Retiramos del fuego y le añadimos una cucharadita o dos de mantequilla, que iremos removiendo lentamente para que se vaya deshaciendo y mezclando bien con el guiso.
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