El secreto del retrato olvidado en el Retiro
Un vecino desvela la historia de una pintura de la esposa de Casares Quiroga
La historia culmina hoy en A Coru?a, pero hab¨ªa comenzado en Madrid 70 a?os atr¨¢s, donde vivi¨® los episodios principales de su laborioso despliegue. Es la historia de un lienzo, m¨¢s precisamente un retrato al ¨®leo pintado en los albores de la d¨¦cada de 1930 por un pintor que, como el personaje femenino que representaba, permaneci¨® en el anonimato durante muchos a?os.
Ahora, el secreto ha sido desvelado y el cuadro se ha salvado gracias a la tenacidad de un ciudadano, experto en restauraci¨®n, y a una conjunci¨®n feliz de circunstancias. El lienzo, de 150 por 91 cent¨ªmetros, representa a una dama elegantemente vestida con un atuendo de fiesta, negro y con bordados plateados. Mira al frente y en sus ojos parece esconderse un enigma indescifrado.
El matrimonio lo dej¨® abandonado en su piso al acabar la Guerra Civil
El relato comienza cuando el vistoso cuadro, enmarcado en pasta negra, queda abandonado en un piso vac¨ªo de la calle de Alfonso XII, n¨²mero 50, al finalizar la Guerra Civil en 1939. Algunos inquilinos ilustres han huido al exilio, pero el silencio se adue?a del pasado y nadie parece saber nada. Transcurren 30 a?os.
Las escorrent¨ªas subterr¨¢neas del cercano parque del Retiro, que bombean agua hacia las calles aleda?as, llevan a los inquilinos del inmueble a revisar la resentida cimentaci¨®n del edificio. Entonces, el retrato de la dama es descubierto junto a la sala del ascensor. Nadie se atribuye su propiedad. Por ello, Jos¨¦ Antonio Buces, hijo de la due?a de una de las viviendas, tras realizar infructuosas indagaciones, decide rescatarlo. Buces, que cuenta entonces con 20 a?os, va a comenzar a estudiar restauraci¨®n art¨ªstica en el cercano Cas¨®n del Buen Retiro. El lienzo reci¨¦n hallado le atrae sobremanera, por la belleza de su hechura y la elegancia de la dama retratada. No est¨¢ en mal estado, se dice, pero presenta dos orificios hechos presuntamente a conciencia en las inmediaciones del rostro de la mujer representada.
As¨ª, tras restaurarlo, instala el cuadro en el comedor de su casa y un d¨ªa invita a cenar a dos amigos, Rosa Su¨¢rez Incl¨¢n y Jos¨¦ Ignacio S¨¢enz D¨ªez. Rosa es sobrina de Pilar Ducassi, inquilina de Alfonso XII, n¨²mero 52, desde antes de la guerra, cuando se llamaba calle de Niceto Alcal¨¢ Zamora. De Ducassi, Buces obtiene la primera respuesta a sus m¨²ltiples preguntas: "Ella, la dama del lienzo, era la esposa de Santiago Casares Quiroga".
Gloria P¨¦rez Corrales, hija de un militar cacere?o republicano y de una cigarrera coru?esa, era desde 1920 la esposa de Santiago Casares Quiroga, presidente del Gobierno de la Rep¨²blica entre el 13 de mayo de 1936 y el 19 de julio de aquel mismo a?o, cargo que simultane¨® con el de ministro de la Guerra en los albores de la contienda civil. Leal a Manuel Aza?a hasta el final y tambi¨¦n al doctor Juan Negr¨ªn, se exili¨® a Londres al acabar el conflicto.
Gloria y Santiago tuvieron una hija, Mar¨ªa Victoria. Gloria sirve como confidente en la confecci¨®n de las listas electorales y el republicano Manuel Guzm¨¢n la propone como candidata a diputada a Cortes, invitaci¨®n que no acepta. Durante los primeros meses de la guerra, trabaja en hospitales de campa?a. A mediados de octubre de 1936, Casares lleva a las dos a Barcelona y de all¨ª pasan al exilio en Francia. En la capital gala se instalan en el hotel Paris-New York y en 1946 Gloria muere v¨ªctima de un c¨¢ncer de est¨®mago en Par¨ªs. Jos¨¦ Antonio Buces es pertinaz y reconstruye lo sucedido. Averigua que el matrimonio Casares vivi¨® primero en la calle de Alfonso XI, cerca del Ministerio de Marina, donde el ministro y dirigente de Izquierda Republicana sesionaba. Luego se cambiaron a la de Alfonso XII, donde colgaron el retrato hasta que el desenlace de la contienda llev¨® al ministro al exilio londinense y a ella, a Par¨ªs. All¨ª su hija Mar¨ªa Casares llegar¨ªa que con el tiempo a ser gran actriz de la escena francesa y europea.
Con ella Jos¨¦ Antonio Buces intent¨® ponerse en contacto en Par¨ªs. Tras numerosas gestiones, su prop¨®sito fracas¨®. Mar¨ªa falleci¨® y el retrato de su madre permanec¨ªa en Espa?a. Mediado 2007, a trav¨¦s de un periodista amigo, Buces entra en contacto con Isabelo Herreros, dirigente de Izquierda Republicana, que posee una tenacidad documental extraordinaria. As¨ª, localiza una peque?a fotograf¨ªa, en blanco y negro, del misterioso lienzo en el Archivo del Reino de Galicia. "Se daba por desaparecido", explica Herreros. En cuanto al autor del cuadro, descubren que fue Luis Mosquera (La Coru?a, 1899-Madrid, 1987), acad¨¦mico de Bellas Artes y afamado retratista. Tras la contienda, lleg¨® a retratar a Francisco Franco y a Josemar¨ªa Escriv¨¢ de Balaguer, m¨¢ximo dirigente del Opus Dei.
Herreros informa a Buces de que existe en A Coru?a una fundaci¨®n municipal reci¨¦n creada que lleva el nombre de Casares Quiroga. Buces puede ver as¨ª cumplido su deseo de devolver el retrato de Gloria P¨¦rez. La entrega del lienzo se consuma hoy en la capital coru?esa. La memoria es, por encima de todo, justicia.
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