Obama ofrece apoyo incondicional a Israel
El candidato dem¨®crata garantizar¨¢ la seguridad frente a Ir¨¢n y el terrorismo - El senador s¨®lo dedic¨® una de las 14 horas de su visita al presidente palestino
En una gira cargada de simbolismo, Barack Obama roz¨® ayer la apoteosis con un largo recorrido por lugares como el Museo del Holocausto, en Jerusal¨¦n, donde se preserva la memoria del exterminio del pueblo jud¨ªo, o la Muqata, en Ramala (Cisjordania), donde tambi¨¦n se recuerda el acoso sufrido por el pueblo palestino.
Entre unos y otros, Obama reparti¨® dosis de la esperanza y el optimismo que llenan su candidatura presidencial. Pero a todos dej¨® claro, con palabras y gestos, que su prioridad es Israel, que su aliado ser¨¢ Israel y que est¨¢ firmemente comprometido con la seguridad de este pa¨ªs frente a los viejos y los nuevos enemigos, el terrorismo palestino o Ir¨¢n.
"Ir¨¢n debe entender que EE UU observa sus planes nucleares como una amenaza"
"Estoy aqu¨ª para reafirmar las relaciones especiales entre Israel y Estados Unidos, mi compromiso permanente con la seguridad de Israel y mi esperanza de poder servir como un socio a la altura, bien sea como senador o como presidente", dijo Obama tras su entrevista con el presidente israel¨ª, Simon Peres.
Su reuni¨®n, poco despu¨¦s, con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, concluy¨® sin un solo comentario de ninguno de los dos. Ni una triste nota de prensa surgi¨® del encuentro, del que se tiene constancia s¨®lo por los fot¨®grafos a los que se permiti¨® el acceso a la sala, puesto que la caravana de Obama entr¨® y sali¨® de Ramala -sin hacer cola en el puesto de control militar en el que los palestinos pierden varias horas cada d¨ªa- con la fugacidad de Bienvenido Mister Marshall.
De las 14 horas, aproximadamente, que Obama invirti¨® en su visita a Israel, sin contar el breve descanso, dedic¨® poco m¨¢s de una a los palestinos. Puede decirse que ese breve espacio es m¨¢s que lo que otros pol¨ªticos estadounidenses de primera fila, entre ellos el candidato republicano, John McCain, hab¨ªan hecho antes. Y as¨ª lo quer¨ªan ver ayer dirigentes palestinos del ala moderada, como Saeb Erekat, el jefe de las negociaciones con Israel, que se esforz¨® en relatar a la prensa el ¨¦xito de la entrevista entre Abbas y Obama porque el candidato presidencial se hab¨ªa comprometido a ser "un socio constructivo" en el proceso de paz.
Quiz¨¢ eso sea suficiente para los palestinos si Obama llega a la Casa Blanca. Pero esta visita no era para hacer avanzar el proceso de paz. Entre otras cosas porque, como repiten cada d¨ªa los asesores que viajan con Obama, el candidato no est¨¢ aqu¨ª para tomar decisiones pol¨ªticas que s¨®lo le corresponden al presidente. ?ste es un viaje para emitir signos y dejar mensajes encubiertos. En este sentido, hay que anotar tanto el hecho de que Obama no visitase la tumba de Yasir Arafat, situada a unos pocos metros del lugar en el que se reuni¨® con Abbas, como la indiferencia mostrada en las calles por la poblaci¨®n de Ramala.
No era esa indiferencia, facilitada por las estrictas medidas de seguridad, un gesto de hostilidad con el candidato. Al contrario, la gente confiesa que prefiere que ¨¦l gane las elecciones. Pero no se hacen ilusiones de que esa victoria signifique un cambio apreciable para la vida cotidiana de la poblaci¨®n en los territorios ocupados. Obama casi lo reconoci¨® al final del d¨ªa en una conferencia de prensa: "Hay que asumir que la paz no va a llegar de la noche a la ma?ana".
Al otro lado del muro construido por Israel, los gestos de afecto fueron, sin embargo, abundantes y muy significativos, dejando aparentemente atr¨¢s las reservas iniciales que exist¨ªan en este pa¨ªs respecto a un hombre de raza negra que lleva Hussein como segundo nombre. Despu¨¦s de una serie de entrevistas con toda la panoplia de la clase pol¨ªtica israel¨ª, tanto del Gobierno como de la oposici¨®n, en una sala del hotel King David rodeada de pancartas de apoyo al ilustre invitado, Obama, tocado con el cl¨¢sico yarmulka jud¨ªo, rindi¨® homenaje a los m¨¢rtires del Holocausto, a los que honr¨® no s¨®lo como v¨ªctimas, sino como "s¨ªmbolos del esp¨ªritu humano", de la capacidad del hombre "para renacer de la tragedia y rehacer nuestro mundo".
No se qued¨® todo en el recuerdo solidario de aquella espantosa p¨¢gina de la historia. Obama quiso refrendar que est¨¢ al lado de Israel para hacer frente a los peligros de hoy en d¨ªa. "Estados Unidos tiene que respaldar siempre el derecho de Israel a defenderse contra los que amenazan a su pueblo", dijo el candidato en la peque?a ciudad de Sderot -otro s¨ªmbolo-, en la frontera con Gaza, ante una pila -otro s¨ªmbolo- que reun¨ªa algunos de los 2.000 cohetes disparados contra ella por Ham¨¢s en los ¨²ltimos cuatro a?os.
La mayor amenaza, sin embargo, contra este pa¨ªs no es hoy Ham¨¢s sino Ir¨¢n, cuyo presidente, Mahmud Ahmadineyad, repite casi a diario su deseo de borrar a Israel del mapa. En la conferencia de prensa celebrada en Sderot, Obama fue particularmente contundente en las advertencias a Ir¨¢n, hasta el punto de no tener escr¨²pulos de situarse en el mismo nivel que George Bush. "Ir¨¢n debe entender que, bien sea con una Administraci¨®n Bush o con una Administraci¨®n Obama, Estados Unidos contempla sus intenciones nucleares como una amenaza global", manifest¨®.
Sin excluir del todo, seg¨²n ¨¦l mismo dijo, "la pol¨ªtica del palo y la zanahoria", el candidato dem¨®crata a?adi¨® que negociar¨ªa con Ir¨¢n siempre que ese pa¨ªs renuncie a sus intenciones nucleares "y sin retirar de la mesa ninguna opci¨®n".
Obama ven¨ªa a Israel para convencer a los votantes norteamericanos que dudan de su firmeza frente a los enemigos de Estados Unidos y que mantienen reservas sobre sus condiciones como comandante en jefe. A ellos se estuvo dirigiendo indirectamente la mayor parte del d¨ªa. Pero tambi¨¦n quer¨ªa dar satisfacci¨®n a los ciudadanos que buscan una v¨ªa de hacer pol¨ªtica internacional sin tener que recurrir tan frecuentemente al uso de la fuerza.
A ellos se dirigi¨® cuando, intentando preservarse como un futuro intermediario cre¨ªble para la paz si resulta ganador en noviembre, pidi¨® a Israel un esfuerzo para el di¨¢logo. "Creemos rotundamente que los intereses de seguridad de Israel se ven mejor salvaguardados si llega a un acuerdo de largo plazo con los palestinos", declar¨®.
Obama matiz¨® una declaraci¨®n anterior suya en apoyo a la indivisibilidad de Jerusal¨¦n como capital de Israel, y dijo que segu¨ªa creyendo que "Jerusal¨¦n debe ser la capital de Israel" y que, aunque no le parec¨ªa buena idea "partirla por la mitad", el estatuto final deb¨ªan decidirlo las dos partes negociadoras.
Su acto final del d¨ªa fue el encuentro con el primer ministro israel¨ª, Ehud Olmert. Teniendo en cuenta las dificultades pol¨ªticas por las que atraviesa el personaje, esa postergaci¨®n quiz¨¢ fuese el ¨²ltimo mensaje de la jornada.
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