Historia de una expectaci¨®n frustrada
Se esperaba tanto... Se esperaba la locura colectiva, la pasi¨®n desatada, el dramatismo, los corazones encogidos, el toreo deslumbrante, la apoteosis... Pues no hubo nada de eso. Lo que hubo, por el contrario, fue un torero valiente y tan responsable como pesado. Busc¨® Tom¨¢s el triunfo con fe, y como no lo encontraba, sigui¨® y sigui¨® buscando, y por poco si nos dan las doce. No llegamos a tanto, pero las dos faenas fueron largas y premiosas, aburridas, sin momentos cumbres ni ligaz¨®n. De verdad, de verdad, un pesti?azo impropio de Jos¨¦ Tom¨¢s.
Ser¨¢ cierto que todos los d¨ªas no se puede crear una obra de arte. Y ayer no era el d¨ªa. Hab¨ªa transcurrido m¨¢s de un mes del zambombazo de las Ventas, y se le esperaba como a un dios revivido. Se esperaba, sin duda, que se instalara en la gloria de los elegidos. Pero, no. Jos¨¦ Tom¨¢s es un genio del toreo, pero un hombre como los dem¨¢s.
Toros
Toros de Victoriano del R¨ªo, desiguales de presentaci¨®n, blandos, sosos y nobles.
Manolo S¨¢nchez: estocada trasera (ovaci¨®n); media baja y 11 descabellos (silencio.)
Jos¨¦ Tom¨¢s: -aviso- pinchazo y estocada ca¨ªda (ovaci¨®n); -aviso- estocada, -segundo aviso- (oreja).
Francisco Marco: estocada -aviso- (oreja); cuatro pinchazos -aviso-, dos pinchazos y estocada (palmas).
Plaza de Cuatro Caminos. 23 de julio. Lleno de "no hay billetes".
Y un torero moderno, tambi¨¦n. De lo contrario, no se entender¨ªa que su primer toro fuera un soso novillote impresentable, una raspa indecorosa que m¨¢s que mu dec¨ªa miau. Santander no es Madrid, pero no se debe reaparecer con semejante becerrote, aunque no sea m¨¢s que por dignidad torera.
Hac¨ªa viento en la plaza, y Tom¨¢s, no se sabe si por tal motivo, nunca dio la impresi¨®n de sentirse a gusto ni suelto con los enga?os. Un mediocre quite por chicuelinas dio paso en su primero a una labor de muleta valiente, de aguante, pero de pases aislados. Falt¨® limpieza, falt¨® alegr¨ªa, falt¨® ligaz¨®n, y sobraron tandas y m¨¢s tandas, y m¨¢s enganchones y probaturas. Son¨® un aviso antes de entrar a matar y todo qued¨® en un quiero y no puedo.
Tampoco hubo emoci¨®n en el quinto, un toro regord¨ªo de 628 kilos, basto y soso, que no colabor¨®, y all¨¢ que anduvo Tom¨¢s intent¨¢ndolo una y otra vez sin encontrar el camino del ¨¦xito. No se le puede negar su entrega ni su decisi¨®n, pero s¨ª su capacidad para resolver los problemas de sus oponentes. Y, por encima de todo, que no se puede ser tan pesado. Volvi¨® a sonar otro aviso antes de perfilarse con el estoque, y a¨²n traz¨® una ajustadas manoletinas que, al fin y a la postre, le bastaron para conseguir una inmerecida oreja.
Total, que la expectaci¨®n se torn¨® en frustraci¨®n; que Tom¨¢s es un dios humano y ayer se levant¨® con el pie izquierdo.
Le acompa?aban en el cartel Manolo S¨¢nchez y Francisco Marco. Al primero, un diestro ya veterano, se le pas¨® el arroz hace tiempo, y ahora se ve obligado a aceptar un papel de humilde telonero que ni siquiera lleg¨® a justificar. Es la duda permanente, y su toreo, por decir algo, es fr¨ªo y desangelado.
S¨ª quiso decir Marco, falto de rodaje, pero muy motivado. Recibi¨® a su segundo de rodillas en la puerta de chiqueros y derroch¨® toda la tarde m¨¢s voluntad que acierto. En la vuelta al ruedo le tiraron un bonito de unos cinco kilos, seg¨²n los expertos vecinos. Ojal¨¢ no sea ¨¦sa la mejor recompensa que reciba por su entrega.
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