La lucha feroz por Atapuerca
El hombre compet¨ªa con leones, osos y panteras hace medio mill¨®n de a?os en la sierra burgalesa - Unos 20 f¨®siles arrojan nuevas pistas sobre la vida prehist¨®rica
Atapuerca est¨¢ cambiando la visi¨®n de la prehistoria y del lugar que ocupaba el hombre en ella, seg¨²n los cient¨ªficos responsables de la excavaci¨®n. El hallazgo de f¨®siles de hom¨ªnidos mezclados con restos de feroces leones, osos, perros y panteras revela que los primeros eran seres robustos y que estaban organizados como para competir con ellos por el dominio del territorio y por la supervivencia.
Los cient¨ªficos suman ahora nuevos restos sobre los que cimentar la reconstrucci¨®n de la historia. Acaban de sorprenderse con cuatro fragmentos de cr¨¢neo de los hom¨ªnidos que vivieron en la Sierra de Atapuerca (Burgos) hace 500.000 a?os. "Son huesos delgados, seguramente de ni?a o de ni?o", dice Juan Luis Arsuaga, co-director de la excavaci¨®n. Y han aparecido juntos en el yacimiento de la Sima de los Huesos. Todo apunta a que estos restos, que ayer a¨²n estaban incrustados en el sedimento, son del mismo individuo. No son el ¨²nico bot¨ªn de la campa?a de 2008. En total, se han descubierto una veintena de f¨®siles humanos, algo excepcional que en cualquier otro yacimiento del mundo tendr¨ªa una repercusi¨®n hist¨®rica.
Una falange de 1,2 millones de a?os puede llevar hacia un esqueleto
En la sima hay restos de leones muy corpulentos, hasta de 300 kilos
En otro de los yacimientos del entorno, en El Elefante, donde el a?o pasado se encontraron un trozo de mand¨ªbula y un diente de hace 1,2 millones de a?os, es decir, de los europeos m¨¢s antiguos conocidos, la sorpresa de 2008 ha sido un hueso de mano, una falange, de esa misma antig¨¹edad. La pieza no se ha presentado a¨²n oficialmente y en la excavaci¨®n se intenta mantener el secreto hasta dentro de unos d¨ªas. Lo que est¨¢ claro es que el peque?o f¨®sil indica que puede haber muchos m¨¢s. Quiz¨¢ un esqueleto entero.
"Estamos excavando ahora en una zona de la Sima donde hay menos f¨®siles humanos, pero hay que hacer esta labor ordenadamente, nivelando todo el fondo de la cueva para ir documentando paso por paso", explica Ignacio Mart¨ªnez, uno de los paleont¨®logos, especialista en la Sima de los Huesos. En su camiseta negra se despliega una bandera pirata. Se puede leer: "Por los huesos, claro". Es el emblema del equipo.
La Sima de los Huesos exhibe una riqueza apabullante de f¨®siles humanos. Varios miles de ellos, de al menos 28 individuos, se han descubierto en menos de dos d¨¦cadas. "Tenemos 15 cr¨¢neos distintos, tres muy completos y el resto fragmentado. El de la ni?a o el ni?o que aflora este a?o debe hacer el n¨²mero 16". Arsuaga est¨¢ pendiente de El Jefe, apodo de otro de los cr¨¢neos: "Deb¨ªa ser un machote cachas, con una vida muy movida, porque tiene marcas de muchas heridas. Estos individuos eran muy fuertes, tanto hombres como mujeres, capaces de imponer respeto a los descomunales leones".
En la Sima, efectivamente, han aparecido restos de dos leones tambi¨¦n de hace medio mill¨®n de a?os. Son piezas de dentici¨®n, un trozo de cr¨¢neo, huesos de las zarpas y grandes garras, que investiga ahora Nuria Garc¨ªa: "Eran muy corpulentos, de unos 300 kilos, mayores que los actuales".
Atapuerca ha sorprendido a la comunidad cient¨ªfica internacional no s¨®lo por la riqueza de f¨®siles humanos, sino por todos los vestigios del pasado que se van descubriendo y que permiten empezar a reconstruir c¨®mo eran y c¨®mo viv¨ªan. Jos¨¦ Mar¨ªa Berm¨²dez de Castro, otro co-director de Atapuerca, mostraba ayer el yacimiento llamado Galer¨ªa, donde se han encontrado vestigios de un periodo comprendido entre 300.000 y 120.000 a?os. "No viv¨ªan en esta cueva pero la utilizaban: era una trampa natural para los animales y los humanos entraban, com¨ªan los tejidos blandos y cortaban las patas de los animales muertos", explic¨®. "Se llevaban los jamones para com¨¦rselos en otro lado, pero es curioso que en los huesos restantes hemos encontrado marcas de bocados de c¨¢nidos. Cabe pensar que los perros estaban ya cerca de los humanos, hace muchos miles de a?os, y luego acabaron domesticados". Aqu¨ª ha aparecido este a?o un hacha de mano de s¨ªlex.
Tres de los grandes yacimientos de Atapuerca son cuevas cortadas por una trinchera que se hizo hace un siglo para tender un ferrocarril. Gracias al corte vertical de las oquedades del terreno afloran ahora varios metros de tierra cuajada de restos de plantas y animales, incluidos hom¨ªnidos y sus herramientas prehist¨®ricas. Uno de los cortes m¨¢s famosos es El Elefante. All¨ª aparecieron el a?o pasado los dos primeros fragmentos de hom¨ªnido de hace 1,2 millones de a?os, los m¨¢s antiguos por ahora de Europa Occidental, y este a?o el hueso de la mano.
"El nivel m¨¢s moderno, el superior, es de hace unos 150.000 a?os, pero el del fondo corresponde a 1,5 millones de a?os; aunque no hemos encontrado f¨®siles humanos de esa antig¨¹edad", explica Berm¨²dez de Castro. "Esto es ya una factor¨ªa cient¨ªfica que est¨¢ trabajando con un protocolo del siglo XXI", afirma Eudald Carbonell, el tercer co-director de Atapuerca. En la campa?a de este a?o, de mes y medio de duraci¨®n y a punto de concluir, han trabajado por turnos 253 personas, incluidos varios j¨®venes de EE UU, Holanda, Alemania y Francia.
La mayor concentraci¨®n (medio centenar) de paleont¨®logos y arque¨®logos, incluidos restauradores, trabaja en otra de las cuevas expuestas por la trinchera: la Gran Dolina. All¨ª se encontraron, en 1994, los primeros f¨®siles de Homo antecessor, una especie humana nueva, de hace m¨¢s de 850.000 a?os. Con el tiempo han salido m¨¢s de un centenar de restos humanos, de al menos seis individuos diferentes. Los f¨®siles van al laboratorio, se limpian y se examinan a fondo. As¨ª, por ejemplo, se descubri¨® que algunos de los f¨®siles humanos de la Gran Dolina ten¨ªan marcas de corte como las de otros huesos animales descarnados por los hom¨ªnidos para devorarlos. Cuando este hallazgo se public¨®, a finales de los noventa, supuso un bombazo. "Sabemos que era canibalismo gastron¨®mico", recordaba ayer Berm¨²dez de Castro. "Pero tambi¨¦n creo que era una forma de canibalismo demogr¨¢fico". Los huesos humanos con esas marcas son de ni?os, explica, y posiblemente hab¨ªa una intenci¨®n de debilitar a las poblaciones de los grupos competidores en un territorio muy rico.
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