"Todos vivimos algo que nunca debimos vivir"
La entrevistada se inclina un poco hacia el interlocutor con un brillo de s¨²plica en la mirada:
-Me gustar¨ªa que escribiese sobre la persona que soy hoy.
Veamos. Anne Perry (Black- heath, Reino Unido, 1938), metro ochenta de estatura, inquisitivos ojos claros y hablar pausado, es hoy una de las grandes firmas de la novela negra mundial. Creadora de las series de los detectives victorianos Thomas Pitt y William Monk, Perry se distingue por la destreza con la que describe el v¨ªa crucis emocional de sus personajes, a los que suele colocar en situaciones l¨ªmite. "Es ah¨ª donde se ve realmente de qu¨¦ estamos hechos". Rechaza la comparaci¨®n con Agatha Christie. "Sus novelas son puzzles muy buenos pero sus personajes no evolucionan, a m¨ª me interesa la evoluci¨®n emocional". Cuenta m¨¢s de 50 t¨ªtulos y su web indica que ha vendido 20 millones de ejemplares en todo el mundo. "?Es que me encanta escribir!", aduce como ¨²nica clave de su grafoman¨ªa. Perry sonr¨ªe y se arregla un mech¨®n que le ha desordenado la brisa del Cant¨¢brico, sentada en la terraza del hotel Don Manuel, en Gij¨®n, adonde ha acudido a la 21? Semana Negra. Presenta sus dos nuevos t¨ªtulos publicados en Espa?a, Un crimen en Buckingham Palace (Ediciones B), la 25? aventura de Pitt (900.000 ejemplares), y Las trincheras del odio (Plaza y Jan¨¦s), cuarta entrega de una serie sobre la I Guerra Mundial. Declina la invitaci¨®n del desayuno. Ni t¨¦ ni caf¨¦. "Mi religi¨®n no me permite bebidas estimulantes". Perry, que reside desde hace m¨¢s de 30 a?os en la localidad escocesa de Portmahomack rodeada de gatos, es mormona. Ya trabaja en su nueva obra. "?Sabe que las pistolas se inventaron en el siglo XIII? Asombroso". La Edad Media, su nueva pasi¨®n, ser¨¢ el escenario de su libro.
La gran escritora a¨²n huye del cap¨ªtulo m¨¢s oscuro de su vida: el asesinato que cometi¨®
?sa es Perry hoy, pero hubo un tiempo en que Anne Perry fue Juliet Hulme, una ni?a enfermiza de origen ingl¨¦s emigrada a Nueva Zelanda. Y es all¨ª donde sucedi¨® lo que la marc¨® para siempre. En 1954, Hulme conoci¨® a una amiga, Pauline Parker, y poco despu¨¦s las dos, de 15 a?os, mataron a la madre de Pauline a golpes. Fueron condenadas por asesinato, aunque la edad las libr¨® de la muerte. Cumplieron cinco a?os en prisi¨®n. "?Por el amor de Dios, eso sucedi¨® hace medio siglo!", exclama Perry, contrayendo el rostro en un gesto de amargura. Recordar la incomoda. Podr¨ªa negarse a contestar o poner fin a la entrevista. Pero no lo hace. Responde angustiada, como en una confesi¨®n en voz alta. "?Qui¨¦n quiere que le est¨¦n recordando siempre el peor momento de su vida?", se pregunta, "?Por qu¨¦? ?Qu¨¦ sentido tiene? Todos tenemos cosas que nos gustar¨ªa que nunca hubieran sucedido". Y concluye: "?Es que una persona es tan s¨®lo sus errores?"
Tras cumplir la condena, Hulme emigr¨® a EE UU. Adopt¨® una nueva identidad asumiendo el apellido de su padrastro (Walter Perry, casado con su madre, Marion) e inici¨® su carrera literaria. Y as¨ª hasta que se estren¨® una pel¨ªcula en 1994. Criaturas celestiales, de Peter Jackson, recre¨® el suceso de las dos j¨®venes asesinas. Alguien tir¨® del hilo y averigu¨® que Perry era Hulme. Y ya no pudo escapar de su pasado. "Esa pel¨ªcula es ficci¨®n". ?Por qu¨¦ no escribe su propia historia? "?Para qu¨¦? La autobiograf¨ªa es s¨®lo la verdad como t¨² la ves. No me interesa". ?No cree que siempre alguien le recordar¨¢ lo que pas¨® en 1954? "No, excepto los periodistas, la gente olvida".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.