"La del 68 fue una generaci¨®n de j¨®venes violentos y corruptos"
Mario Monicelli (Viareggio, Toscana, 1915) tiene 93 a?os, pero sus ojos y su vivacidad siguen siendo los de un adolescente. El inventor de la comedia a la italiana (con su amigo, recientemente fallecido, Dino Risi: "Nuestra broma siempre era qui¨¦n palmar¨ªa antes") es un mito del cine, pero no aguanta ser considerado un genio. "Simplemente trabaj¨¢bamos mucho y segu¨ªamos la vieja estela de la Comedia del Arte", explica.
Autor y guionista de 65 pel¨ªculas, entre ellas muchas obras maestras que en los a?os cincuenta, sesenta y setenta contribuyeron a hacer c¨¦lebre, y mucho m¨¢s divertido, el neorrealismo italiano, Monicelli utiliz¨® una inteligencia muy aguda para convertir la cotidianidad, la desesperaci¨®n, el fracaso y la miseria en humor y farsa. Su finura para utilizar la iron¨ªa como bistur¨ª social; su compromiso siempre generoso con los perdedores; su esp¨ªritu de artesano cl¨¢sico y disciplinado y su mirada siempre atenta al gesto y el detalle hilarante, le convirti¨® en favorito de todas las estrellas italianas: de Tot¨® y Aldo Fabrizi, a Vittorio Gassman y Marcello Mastroianni, Sophia Loren y Gina Lollobrigida, Alberto Sordi, Monica Vitti o Ugo Tognazzi.
"Simplemente trabaj¨¢bamos mucho y segu¨ªamos la vieja estela de la Comedia del Arte"
"El humor es la forma m¨¢s penetrante de mirar las cosas"
"La cultura rural fue b¨¢sica en el neorrealismo. Ven¨ªamos de ah¨ª"
"La aspiraci¨®n de ganar m¨¢s que el otro no era la cultura dominante"
"Era el tiempo de la picaresca ingenua. Acab¨® cuando asesinaron a Moro"
Tras comenzar dirigiendo media docena de filmes de Tot¨®, Monicelli dej¨® una lista de t¨ªtulos inolvidables: Guardias y ladrones (1951), Rufuf¨² (I soliti ignoti, 1958), La gran guerra (1959), I Compagni (1963), La Armada Brancaleone (1966), La chica con la pistola (1968), Amici miei (1970) o Un burgu¨¦s peque?o peque?o (1978). Todas ellas, y muchas m¨¢s, podr¨¢n verse en el pr¨®ximo Festival de San Sebasti¨¢n, que este a?o le dedica un homenaje y una retrospectiva de 41 filmes. "Estuve all¨ª hace 50 a?os y gan¨¦ un premio, ya no s¨¦ si con I soliti ignoti o con Il m¨¦dico e lo stregone (fue la primera, obtuvo la Concha de Plata). Se estaba bien all¨ª, era una ciudad bella y peque?a".
Casi ciego, pero a¨²n ferozmente l¨²cido, Monicelli vive en un modesto primer piso del barrio m¨¢s viejo de Roma, Monti. Es su casa de siempre, llena de personalidad y gracia, atributos que siguen caracteriz¨¢ndole.
Tras dirigir Las rosas del desierto en 2006, declara cerrado el grifo de su talento ("me parece que ha sido suficiente"). Y sigue defini¨¦ndose tan comunista como siempre: "El Gobierno Berlusconi dice que la lucha de clases no existe, pero s¨®lo hace falta ver c¨®mo hemos convertido a los gitanos en el chivo expiatorio para saber que es mentira".
Pregunta. ?C¨®mo anda de amigos?
Respuesta. Hay ya pocos vivos. Dos guionistas, Scarpelli y Cechi D'Amico, dos directores, Risi [la entrevista se hizo antes de la muerte de Risi] y Mortaldo. Nos vemos alguna vez. Antes siempre est¨¢bamos juntos. Ahora menos.
P. ?Tiene familia?
R. Tengo dos hijas casadas, y otra que tiene 20 a?os y estudia en Bolonia...
P. Veinte a?os. Vaya. ?Y todav¨ªa le siguen atrayendo las mujeres?
R. Contin¨²an interes¨¢ndome, pero no sexualmente, no soy un viejo verde. Me han gustado mucho las mujeres, pero no ten¨ªa l¨ªos con estrellas. Siempre eran de fuera del cine. Trabajar y relacionarte con la misma gente es muy aburrido.
P. Pero en el cine hab¨ªa mujeres impresionantes...
R. ?Y tambi¨¦n fuera! Las tres o cuatro que tuve eran muy guapas y con una ventaja: no tocaban tanto los cojones como las actrices.
P. ?Le daban la lata?
R. A m¨ª me molestaban poco. Era muy autoritario, no les daba ocasi¨®n de hablar. Le¨ªan el gui¨®n, y si aceptaban, sab¨ªan que no se hac¨ªan cambios.
P. Pero amigos s¨ª tuvo muchos en el cine.
R. Sordi, Gassman, la Vitti, Giuliana de Sio, Tognazzi, la Mangano, Mastroianni... Gente muy simp¨¢tica, ingeniosa e inteligente. Se pasaba bien con ellos fuera del plat¨®, eran muy agradables.
P. ?Y eran conscientes de la importancia del cine que estaban haciendo?
R. Ahora sabemos que era importante, entonces no. Era cine para italianos. S¨®lo despu¨¦s, con los festivales y los premios, se convirti¨® en importante.
P. ?Ahora le parece que era cine bueno?
R. Todav¨ªa no se puede saber. Hace falta esperar 300 a?os para saber si era bueno de verdad. Entonces era un trabajo. Como ten¨ªamos ¨¦xito, hab¨ªa mucho trabajo. Pero lo hac¨ªamos a gusto porque el p¨²blico respond¨ªa. Entonces la cuota de pantalla nacional era del 75%, ahora es del 30% como mucho. A los italianos les gustaba m¨¢s entonces su cine, y hab¨ªa un ej¨¦rcito de directores, guionistas, actores... Luego se empez¨® a conocer fuera. Los premios a Fellini, a Tornatore, a De Sicca, Cannes...
P. ?Se ganaban bien la vida?
R. Se ganaba bien y era m¨¢s barata.
P. ?Pero era la dolce vita?
R. Era una vida de trabajo duro. Los horarios no eran como ahora. No hab¨ªa sindicatos, siempre te levantabas al alba, te ibas fuera a rodar y volv¨ªas tarde. Poco a poco cambi¨®. En los a?os cincuenta y sesenta trabajabas de siete a siete, y no hab¨ªa cestino (catering). Llev¨¢bamos pan con salami y eso com¨ªamos. Despu¨¦s empezaron a darnos dinero para la comida y ten¨ªas que ir a compr¨¢rtela.
P. ?De d¨®nde sal¨ªan las historias?
R. Muchas eran reales, otras sal¨ªan de libros, de cuentos que se o¨ªan, de historias antiguas. Pescabas de todas partes: sucesos, tertulias... Se invent¨® todo: el cine negro, el spaguetti-western, las series mitol¨®gicas... ?ramos mil personas en total, siempre est¨¢bamos juntos, ¨ªbamos a los mismos caf¨¦s y restaurantes, y all¨ª cambi¨¢bamos ideas y pareceres. Hab¨ªa fantas¨ªa y ganas de hacer cosas. El pa¨ªs era peque?o y hab¨ªa que inventar mucho.
P. Italia era entonces la vanguardia cultural de Occidente.
R. Durante 15 a?os fuimos el centro de la creatividad, dur¨® un par de generaciones. De los cincuenta o sesenta a los setenta. Luego la creatividad pas¨® a otros. Am¨¦rica, la nouvelle vague, el cine iran¨ª... Estados Unidos renov¨® el star system, y como potencia industrial fue el primero siempre.
P. ?Siempre le gustaban sus pel¨ªculas?
R. Entre 65 no todas me gustan. Pero algunas que fracasaron me gustaban.
P. Empez¨® dirigiendo a Tot¨®. Supongo que ser¨ªa una gran escuela.
R. Era muy particular. Un gran mimo, mov¨ªa todo el cuerpo adem¨¢s de la cara. Los grandes actores recitan con el cuerpo, trabajan la entonaci¨®n y el cuerpo. Keaton, Chaplin, Lewis...
P. Antes de dedicarse al cine, ?qu¨¦ hizo?
R. Viv¨ª mi periodo pol¨ªtico. El fascismo y la guerra. Fui movilizado a Yugoslavia... En caballer¨ªa, aunque nunca luch¨¦. Milit¨¦ en el Partido Socialista, despu¨¦s en el Comunista. Lo met¨ª en una pel¨ªcula, I compagni. Era un filme marxista, pero con iron¨ªa.
P. ?Y c¨®mo le dio por la comedia? ?Siendo comunista no era una herej¨ªa?
R. Era un humor natural. Nuestra mirada era ¨¦sa. Sarcasmo, iron¨ªa. El humor es la forma m¨¢s penetrante de mirar. Un bistur¨ª que va al fondo de las cosas. Pero para bromear sobre algo hay que conocerlo muy bien. Y meditar mucho para llegar al humor.
P. ?As¨ª que el neorrealismo naci¨® de la reflexi¨®n?
R. No naci¨® por azar. Fue la maduraci¨®n de la historia del pa¨ªs y de sus individuos. Naci¨® con una dictadura en la que muchos no se reconoc¨ªan. Antisocial, racista, inhumana. ?ramos socios de los nazis. La gente de la cultura ten¨ªa otra mirada. Zavatini, Rossellini, De Sicca, Calvino, Parise crearon una nueva forma de mirar. Italia estaba sometida al nazismo, ten¨ªamos razones para querer cambiar nuestra relaci¨®n con la realidad. Por eso se fund¨® esa nueva forma de ver la realidad, el neorrealismo.
P. Y enseguida lleg¨® la comedia. A la italiana.
R. Se llamaba as¨ª porque naci¨® aqu¨ª, tambi¨¦n ven¨ªa de esa historia terrible, singular y dram¨¢tica. Surgi¨® al contar argumentos muy dram¨¢ticos con humor. Esa mezcla era ins¨®lita. Hab¨ªamos vivido una historia horrible, tambi¨¦n ins¨®lita, y por razones que tambi¨¦n eran hist¨®ricas, desde la Comedia del Arte y el Renacimiento ten¨ªamos una vena c¨®mica. Eso fue lo que hizo nacer esa forma de mirar con humor.
P. La gran guerra es el mejor ejemplo.
R. El argumento era muy dram¨¢tico, s¨ª. Fusilamientos, muertos... Hab¨ªa tonos tr¨¢gicos donde hac¨ªan falta, y c¨®micos tambi¨¦n. La vida de la gente es as¨ª, no es siempre divertida o siempre dram¨¢tica. Rufuf¨² ensay¨® otra v¨ªa: intentan cambiar su condici¨®n con un golpe, les va todo mal, fracasan. ?sa no es la regla de la comedia. Y as¨ª hab¨ªa muchos haciendo lo mismo: Germi, Risi, Comencini, Steno...
P. ?Era una forma de hacer pol¨ªtica?
R. Sin que naciera de ah¨ª, lo era. Se contaba una historia y como la gente era inteligente, se daba cuenta de que hab¨ªa detr¨¢s una idea pol¨ªtica.
P. ?El neorrealismo ayud¨® a cambiar el pa¨ªs?
R. Parece, dicen que s¨ª. Cont¨¢bamos sin fingimientos, un poco brutalmente, la historia del pa¨ªs. C¨®mo se viv¨ªa, cu¨¢l era la humanidad, c¨®mo se relacionaba la gente con la realidad, qui¨¦n de manera solidaria, qui¨¦n de forma ego¨ªsta. Intent¨¢bamos sacar fuera las contradicciones de nuestra historia, las supersticiones y las costumbres anticuadas, ridiculiz¨¢ndolas. No s¨¦ si cambi¨® a la gente. Creo que no hemos cambiado mucho.
P. La ternura de entonces, la inocencia, ?siguen existiendo?
R. Respecto a la generaci¨®n de la posguerra, todo cambi¨® mucho. Aquella era gente muy solidaria y comprometida. Hab¨ªa un sentimiento colectivo de pa¨ªs, quer¨ªamos sacar a Italia de una guerra est¨²pida y hacerla entrar en Europa, modernizarla, industrializarla. Despu¨¦s entregamos el pa¨ªs a la generaci¨®n siguiente, que se corrompi¨® r¨¢pidamente. Empez¨® a mandar el mercado, que es la ley menos piadosa que existe, que no perdona ni tiene caridad, y las cosas fueron empeorando.
P. ?C¨®mo vivi¨® el 68?
R. Fue el primer movimiento que tom¨® ese testigo. Esa generaci¨®n de veintea?eros tom¨® Italia y pensaron poder revolucionarla entera cambiando lo que hac¨ªan sus padres, ridiculiz¨¢ndonos, trat¨¢ndonos como a viejos que hab¨ªa que dejar de lado. Cre¨ªan que lo pod¨ªan hacer todo de nuevo, sin piedad, eligiendo su nueva vida. Fue una generaci¨®n de violentos y corruptos. Ese tanto de corresponsabilidad colectiva se perdi¨®. La gente se volvi¨® individualista y empez¨® a pensar en imponerse al vecino.
P. ?El cine cambi¨® tambi¨¦n?
R. Era demasiado burgu¨¦s para ellos, pura decadencia. Quer¨ªan un nivel de vida m¨¢s alto, sin solidaridad. No era macho ni moderno participar, cada uno afrontaba la vida solo y sin titubeos, era un corte con la cultura de los padres, que en Italia era muy rural, muy campesina. ?ramos un pa¨ªs de analfabetos que se alfabetiz¨® en los a?os treinta y cuarenta, pero ten¨ªamos una cultura c¨ªvica de participaci¨®n y tolerancia. Eso se dej¨® de lado.
P. ?Lo rural fue un elemento m¨¢s del neorrealismo urbano?
R. La cultura rural fue b¨¢sica en el neorrealismo. Ven¨ªamos de ah¨ª, ten¨ªamos la humanidad del campesino. Los personajes de Sordi eran terribles, prepotentes, listos para cometer cualquier bajeza con tal de medrar, oscuros. Nosotros cont¨¢bamos eso, y los italianos se re¨ªan pensando que no eran ellos. Esa cultura se perdi¨®, la visi¨®n del otro como un compa?ero y no como un adversario se perdi¨®. Pero eso es la cultura. Lo otro es incultura.
P. ?Eso explica tambi¨¦n las tres victorias de Berlusconi?
R. Cuando finge ser un tolerante, Berlusconi est¨¢ haciendo comedia a la italiana para llegar a presidente de la Rep¨²blica.
P. Italia parece hoy atenazada por el miedo, sobre todo del extranjero.
R. Eso pasa siempre en los tiempos de crisis, se busca fuera un chivo expiatorio. Entonces ¨¦ramos una fraternidad, hac¨ªa falta reconstruir el pa¨ªs, ten¨ªamos todo por hacer y todos nos ayud¨¢bamos. El nivel de vida era bastante pobre, con muy pocas diferencias. Hab¨ªa un 10% de arist¨®cratas y el otro 90% ¨¦ramos todos igual de pobres. Pero quer¨ªamos poner de pie a Italia. La cultura serv¨ªa para divertir y hacer pensar. Se trataba de entretener a la gente haci¨¦ndola pensar. ?ramos vivaces, ¨ªbamos en Lambretta, ten¨ªamos autopistas, y la aspiraci¨®n de ganar m¨¢s que el otro no era la cultura dominante. Era el tiempo de la furbizia (picaresca) ingenua.
P. ?Cu¨¢ndo acab¨® la inocencia?
R. Quiz¨¢ con el asesinato de Aldo Moro. Hab¨ªa una esperanza cierta y cercana de que el comunismo pod¨ªa llegar al poder por la v¨ªa democr¨¢tica, pero para evitar esa cosa que todos tem¨ªan tanto mataron a Moro. ?Qui¨¦n? La derecha, los americanos.
P. Su padre se suicid¨® en pleno fascismo...
R. Ten¨ªa yo 23 a?os. Mi padre hab¨ªa dirigido un peri¨®dico en los a?os veinte. Era antifascista, se puso contra Mussolini y lo echaron, no le dejaron escribir m¨¢s. Estuvo muchos a?os sin poder hablar, viendo a sus amigos adaptados al fascismo. Pens¨® que cuando acabara Mussolini podr¨ªa volver, pero se hab¨ªan olvidado de ¨¦l. Esa amargura pudo con ¨¦l. Yo era un soldado, estaba reci¨¦n regresado de la guerra, y entend¨ª perfectamente que se suicidara.
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