El 'mosquito tigre' ha llegado para quedarse
55 municipios catalanes han detectado la presencia del insecto, que se expande por todo el territorio
Lo llaman mosquito tigre, pero no se parece al felino. De rayas blancas sobre negro, el mosquito tigre del sureste asi¨¢tico (Aedes albopictus) se instal¨® en Sant Cugat del Vall¨¨s en 2004 y se ha expandido ya en 55 municipios catalanes de siete comarcas: Alt Pened¨¨s, Baix Llobregat, Garraf, Maresme, Tarragon¨¨s, Vall¨¨s Occidental y Vall¨¨s Oriental.
"Es un mosquito de segunda residencia, de jard¨ªn, aunque tambi¨¦n habita en los cementerios y vertederos de neum¨¢ticos", explica Jordi Ruiz, jefe del Servicio de Protecci¨®n de la Fauna de la Generalitat.
El insecto ha llegado para quedarse, favorecido por un h¨¢bitat propicio: se acomoda en peque?os estanques de agua. El l¨ªquido que se encharca en una maceta, la lluvia acumulada en un juguete o el agua con la que se mantienen las flores naturales en un cementerio son suficientes para que el mosquito tigre se reproduzca. "En peque?os estanques de agua a m¨¢s de ocho grados, tarda cinco d¨ªas en cerrar su ciclo reproductivo", a?ade Ruiz. Desde su llegada a Sant Cugat, la expansi¨®n ha sido constante y r¨¢pida. Como una mancha de aceite, la especie se ha reproducido masivamente. "Est¨¢ muy adaptado a los entornos urbanos y su erradicaci¨®n es muy complicada", confirma Llu¨ªs Valerio, m¨¦dico de la Unidad de Salud Internacional del Instituto Catal¨¢n de la Salud.
Pese a que la picada del mosquito tigre es inofensiva, la saliva puede provocar molestias: "El cuerpo reacciona con mucha agresividad cuando nunca ha recibido la picada. Hay reacciones al¨¦rgicas, severas pero locales", explica Valerio. Cuando el organismo se acostumbra, el peligro ya ha pasado: "Para nuestros hijos, el mosquito tigre ser¨¢ como un insecto m¨¢s".
Erradicar el mosquito es imposible: matarlo es complicado y requiere equipos antiplaga especializados. "La mejor lucha contra el mosquito tigre es evitar darle condiciones favorables", mantiene Ruiz. Pilar Serrano, jefa de Sanidad Ambiental de la Diputaci¨®n de Barcelona, aconseja: "Hay que evitar peque?as acumulaciones de agua estancada, en macetas, ceniceros o juguetes. Con estas actuaciones se solucionar¨ªa mucho", a?ade. "Debemos evitar una reproducci¨®n masiva del mosquito tigre, que podr¨ªa mutar en otras especias peligrosas", alerta el doctor Valerio.
Los municipios catalanes que han detectado la presencia del mosquito tigre han desarrollado campa?as informativas para concienciar a la ciudadan¨ªa, que en algunos casos incluyen visitas a los vecinos para alertar del peligro que podr¨ªa acarrear su reproducci¨®n masiva. En Sant Cugat, la alarma social que provoc¨® la detecci¨®n del insecto sirvi¨® para concienciar a la poblaci¨®n: "Pese a que el mosquito tigre se ha expandido por toda la ciudad, su incidencia se ha reducido: la gente ha respondido muy bien a las campa?as", apunta Marta Subir¨¤, edil de Medio Ambiente de Sant Cugat.
La prevenci¨®n es la ¨²nica arma contra este molesto mosquito que pica d¨ªa y noche: "Las administraciones deben luchar contra su proliferaci¨®n con el cuidado de la v¨ªa p¨²blica y los ciudadanos deben tomar medidas en sus casas y jardines para evitar que llegue", remacha Jordi Ruiz.
La mosca negra, el azote del Ebro
Aunque a¨²n no ha llegado el mosquito tigre, las tierras del Ebro y Lleida conocen desde 1997 la presencia de un insecto molesto: la mosca negra. "El aumento de poblaci¨®n de este sim¨²lido va ligado a la mejora de la calidad del agua", explica Ra¨²l Escosa, cient¨ªfico del Consorcio de Servicios Agroambientales del Baix Ebre. La mosca negra se desarrolla en las corrientes de los r¨ªos y su presencia se ha detectado en las orillas del Ebro y del Segre.
"La picada de la mosca negra es m¨¢s dolorosa que la del mosquito. Deja herida", asevera Escosa, que, sin embargo, es optimista: tras una severa plaga en 2006, la lucha contra la mosca negra ha ganado en eficacia.
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