El d¨ªa que acab¨® el verano
La noche anterior a su muerte, Dennis Wilson durmi¨® en el barco de un amigo. Desde que tuvo que vender el suyo para pagar deudas viv¨ªa de prestado. Hab¨ªa dilapidado millones; 600.000 d¨®lares al a?o, calcul¨® su contable, en fiestas, alcohol, drogas o regalos para sus mujeres. Pero el bater¨ªa de Beach Boys era surfer y sent¨ªa ese desapego por lo material de los de su especie.
The Beach Boys: en apariencia s¨®lo unos chicos sonrientes que cantaban temas intrascendentes sobre chicas, coches y playas. La banda favorita de Ronald Reagan, la cara aceptable del rock, la banda sonora de una generaci¨®n de estadounidenses blancos y de clase media. Todo fachada: si hay una historia que mezcla lo sublime y lo s¨®rdido es la suya.
Dennis era el segundo de los tres hermanos Wilson. Si Brian, el mayor, fr¨¢gil e hipersensible, era el genio, y Carl, el peque?o, el realista; ¨¦l era el guapo, el salvaje, la oveja negra. El ¨²nico aut¨¦ntico surfer, el que convenci¨® a sus hermanos, su primo Mike Love y su amigo Al Jardine para que su grupo escribiera sobre surf. En 1962 publicaban su primer ¨¢lbum, Surfin?safari.
Pero aquel d¨ªa soleado de diciembre de 1983 en California ya no quedaba nada del sue?o del verano sin fin. En las ¨²ltimas fotos de grupo en las que figura, Dennis, el guapo y atl¨¦tico Dennis, con 39 a?os, aparece hinchado y con cara de mal humor, en contraste con la perenne sonrisa del resto. Parece incre¨ªble que hasta su hermano Brian tuviera mejor aspecto. Y eso que Brian pesaba por aquel entonces 150 kilos y era un pelele que llevaba casi dos d¨¦cadas pr¨¢cticamente recluido en su casa desde que en 1964 la presi¨®n por componer ¨¦xitos (en dos a?os hab¨ªan publicado siete ¨¢lbumes) le sumi¨® en una crisis nerviosa. En 1966, liberado de las giras, cocin¨® la obra maestra de los Beach Boys: Pet sounds. Es imposible resumir la trascendencia en la historia del rock de esos 36 minutos que han marcado a generaciones enteras, empezando por The Beatles. El ¨¢lbum al que se han dedicado sesudos estudios y que para muchos, como el diario brit¨¢nico The Times, es el mejor disco jam¨¢s publicado.
A partir de ah¨ª todo fue cuesta abajo. Brian, encerrado, los Beach Boys ganando dinero a espuertas con los directos y los recopilatorios, pero sumergidos en una contin¨²a org¨ªa de chicas y drogas. A mediados de los setenta eran una parodia. Cuando en 1976 publicaron el flojo 15 big ones, Dennis, que llevaba al menos un lustro colando en cada disco peque?as gemas, decidi¨® que era el momento de grabar en solitario.
"Siempre fue menospreciado en la banda", dir¨ªa a?os despu¨¦s su primo Carl. Al principio parec¨ªa un tarugo, un t¨ªo guapo al que se meti¨® en el grupo por la insistencia de su madre. Se le asign¨® la bater¨ªa porque era el puesto vac¨ªo. ?l parec¨ªa contento con ser un figurante, el que viv¨ªa las aventuras que inspiraban las letras. Ni siquiera protestaba cuando para grabar en estudio se le supl¨ªa por profesionales. Hasta que pas¨® lo impensable: se convirti¨® en un artista. Aprendi¨® a tocar el piano, a componer, y eso desemboc¨® en Pacific ocean blue, una pieza de rock californiano, tremendamente compacto, que ha ido ganando reputaci¨®n con el tiempo y que durante a?os hab¨ªa sido una de esas grabaciones dif¨ªciles de encontrar que alimentan el mito de Beach Boys.
El d¨ªa de su muerte,Dennis estaba oficialmente apartado del grupo por sus problemas con las drogas y el alcohol. Al levantarse despu¨¦s de una noche de fiesta se fue a hacer unos recados y a una cita con los abogados por los papeleos de su divorcio. Al volver, al mediod¨ªa, charl¨® con un vecino. Wilson le coment¨® lo dif¨ªcil que estaba siendo su separaci¨®n. "?Qu¨¦ n¨²mero hace?", le pregunt¨®. "La sexta, creo", le contest¨®, para a?adir despu¨¦s: "Estoy solo, siempre estoy solo".
Por la tarde estuvo buceando. El agua estaba muy fr¨ªa, a 14 grados. El velero estaba amarrado en el mismo lugar en el que estuvo el suyo, el Harmony.Su manager le hab¨ªa prometido recuperarlo si se manten¨ªa limpio una temporada. Pero parec¨ªa imposible.
As¨ª que vestido con unos vaqueros cortos y unas gafas se sumerg¨ªa hasta el fondo y volv¨ªa a la superficie con lo que encontraba. La mayor¨ªa de las veces, cosas que el mismo hab¨ªa arrojado por la borda alguna noche de borrachera. Un marco herrumbroso donde hab¨ªa habido una foto suya con su quinta mujer, una caja de herramientas, cuerdas, cadenas... en un momento dado no volvi¨® a salir.
Horas m¨¢s tarde un buceador encontr¨® el cad¨¢ver en el fondo, a pocos metros de donde se hab¨ªa sumergido. El forense diagnostic¨® muerte accidental por ahogamiento. Su cuerpo ten¨ªa grandes cantidades de alcohol. En el funeral, celebrado tres d¨ªas despu¨¦s, las diferencias entre las facciones del clan se hicieron evidentes. Carl, su hermano, quer¨ªa que le enterrasen junto a su padre, un m¨²sico fracasado que les hab¨ªa tratado como a basura y al que Dennis fue el ¨²nico que se atrevi¨® a plantar cara. Su ¨²ltima mujer, que arrojasen sus cenizas al mar, que fue lo que se hizo. Los Beach Boys nunca se recuperaron. Carl muri¨® de c¨¢ncer en 1998. Mike Love tiene el nombre, y Brian Wilson, el prestigio. Cada cual por su lado. Y la memoria de Dennis se recupera d¨ªa a d¨ªa. Documentales, libros y Pacific ocean blue se publica ahora en compacto con el a?adido de las canciones que dej¨® grabadas para Bamboo, su segundo disco, que nunca lleg¨® a editarse. Con 20 a?os hab¨ªa escrito: "Dicen que vivo una vida al l¨ªmite. Quiz¨¢ es porque es lo que quiero. No lo cambiar¨ªa por nada del mundo. No durar¨¢ para siempre tampoco. Pero su memoria s¨ª". Al final, el rebelde ten¨ªa raz¨®n.
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