Carteles
Unas cuantas p¨¢ginas en Internet comentan el detalle promocional de la pel¨ªcula de Sony Hancock. En todo el mundo, la imagen central del cartel es la misma, el rostro del h¨¦roe (con muy mala pata) del filme. Pero en sus gafas no se refleja la misma ciudad. En Valencia est¨¢ mirando a la Ciutat de les Arts; en Madrid, las torres KIO, y en Barcelona, la Sagrada Familia. Los internautas coinciden en aplaudir la simp¨¢tica astucia de mercadotecnia para acercar el personaje al p¨²blico local. La elecci¨®n del monumento barcelon¨¦s no ha despertado, que haya visto, la f¨¢cil iron¨ªa sobre qu¨¦ intenciones tendr¨ªa Hancock ante la Sagrada Familia. ?Salvarla del AVE? ?Salvarla de los aditamentos con que la hacen crecer?
La cartel¨ªstica cinematogr¨¢fica ha perdido el encanto artesano de anta?o, aunque un buen photoshop no es f¨¢cil. El de Hancock no es el primer, ni ser¨¢ el ¨²ltimo, cartel que se modifica, aunque el repertorio de cambios hist¨®ricamente obedece m¨¢s al miedo de los censores que a una gentileza publicitaria. Una de las v¨ªctimas habituales de la oficina censora de la Espa?a franquista fue el cartelista Macario G¨®mez, premio Sant Jordi de cine de este a?o. En la sede digital de la Filmoteca Espa?ola (www.mcu.es/cine/docs/) se explica, por ejemplo, que dibuj¨® a Brigitte Bardot con un escote que los censores consideraron excesivo. Tuvo que repetirlo, "pero se neg¨® a firmarlo". En el de Operaci¨®n: Londres llama a Polo Norte, "hab¨ªa colocado a los pies del ¨¢guila una cruz gamada que se vio obligado a sustituir por una cruz de hierro".
Pero no hay que remontarse tan atr¨¢s. En Estados Unidos, otro caso, el cartel de la pel¨ªcula Saw 2 fue censurado porque mostraba un par de dedos cortados. En su lugar se distribuy¨® otro en el que s¨®lo se ve¨ªan unas asquerosas falanges. Aqu¨ª podr¨ªa hablarse de supuestos escr¨²pulos est¨¦ticos, pero hay otros episodios m¨¢s preocupantes. A la MPPA, la patronal del cine, no le gusta que sean visibles los presos encapuchados que Estados Unidos tiene en Guant¨¢namo. Retir¨® el cartel de Camino de Guant¨¢namo, de Michael Winterbottom, porque mostraba uno, y lo volvi¨® a hacer con el cartel del documental, ganador del Oscar de este a?o, Taxi al lado oscuro. Alex Gibney, su director, protest¨® in¨²tilmente; la imagen es ofensiva, dijo, "pero resulta que es real". Parece ser que demasiado.
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