Dentro de la maquinaria china
Cientos de ni?os se forjan como futuros atletas en las 221 escuelas de ¨¦lite del pa¨ªs asi¨¢tico
"Los futuros campeones del mundo vienen de aqu¨ª". El eslogan, escrito con caracteres blancos en una gran pancarta roja, preside la enorme sala junto a la bandera china. Bajo ¨¦l, media docena de ni?as juegan al tenis de mesa ante la mirada atenta de las entrenadoras. Por el suelo ruedan multitud de pelotas blancas. Li Wenxi, una peque?a de 10 a?os, se vuelve, levanta sus ojos despiertos y dice convencida: "Cuando sea mayor, quiero ser campeona del mundo, como Guo Yue".
Li est¨¢ en el sitio adecuado. El Centro Nacional de Entrenamiento de Alto Nivel Shichahai, en el coraz¨®n del Pek¨ªn hist¨®rico, es una de las 221 escuelas de formaci¨®n de deportistas de ¨¦lite con que cuenta China dentro de una estructura m¨¢s amplia de 3.000. Son la base de la pir¨¢mide de la poderosa maquinaria del deporte chino, que, aunque ha sido criticada por su dureza, es el secreto del ¨¦xito deportivo del pa¨ªs.
Los chicos son tra¨ªdos por ojeadores o padres deseosos de que sean estrellas
Los m¨¢s peque?os se entrenan entre dos horas y media y tres horas al d¨ªa
Los alumnos llegan a este templo del deporte porque han sido localizados por ojeadores de talentos o tra¨ªdos por padres deseosos de hacer de sus reto?os unos campeones. Pero para llegar a emular a ¨ªdolos como Guo Yue, una de las tres integrantes del equipo femenino de tenis de mesa, Li tendr¨¢ que trabajar a fondo durante muchos a?os. "Los estudiantes m¨¢s peque?os se entrenan entre dos horas y media y tres horas al d¨ªa. Los mayores [a partir de 16 a?os] tienen 12 horas de estudios generales a la semana y el resto del tiempo lo dedican al deporte", explica Shi Fenghua, subdirectora de Shichahai.
Vistos desde la calle, los edificios de Shichahai son bastante anodinos. Pero en el interior de sus pabellones late una organizaci¨®n perfectamente estructurada. En sus cuidadas instalaciones, decenas de chicos y chicas practican las diferentes especialidades. En la sala de voleibol, j¨®venes espigados saltan y rematan la pelota por encima de la red. En la de taekwondo, una veintena de adolescentes calienta los m¨²sculos ante la mirada de Liu Huasheng, el entrenador.
"Lo m¨¢s interesante de este trabajo es ver crecer a los chicos, pero lesionarse les afecta mucho emocionalmente", dice Liu. A su lado, uno de sus alumnos, Zhou Peng, de 20 a?os, sue?a tambi¨¦n con la gloria. "Llevo aqu¨ª seis a?os y espero llegar a ser campe¨®n del mundo. Si entras en el equipo de Pek¨ªn, es posible. Pero s¨®lo seleccionan a cinco", desliza.
Shichahai, que fue establecida en 1958, acoge a 600 estudiantes, distribuidos entre nueve disciplinas deportivas, como tenis de mesa, gimnasia, voleibol, taekwondo y badminton. De sus aulas han salido 32 campeones mundiales y seis ol¨ªmpicos, entre estos ¨²ltimos el gimnasta Teng Haibing y Zhang Yining, que tambi¨¦n forma parte del equipo ol¨ªmpico femenino de tenis de mesa. Sus fotos adornan los pabellones y pasillos del centro. Los alumnos m¨¢s peque?os, los gimnastas, tienen seis a?os mientras que los mayores llegan a los 27 en disciplinas como el kung-fu y el taekwondo.
"Durante los primeros dos a?os detectamos si el cuerpo tiene buena reacci¨®n al ejercicio y durante los siguientes tres o cuatro buscamos qui¨¦nes son los buenos. Los mejores pasan al equipo de Pek¨ªn con 10 o 12 a?os", afirma Zhao Genbo, un t¨¦cnico de gimnasia. A su alrededor, un grupo de ni?as hace cabriolas: "Los m¨¢s complicado es lograr que se concentren porque a¨²n son muy peque?as".
La mayor¨ªa de los chicos viven internos, aunque los fines de semana pueden regresar a casa de sus padres. Aproximadamente, la mitad paga su estancia en el centro -el coste asciende a unos 30.000 yuanes (2.775 euros) al a?o- mientras que los otros son financiados por el Estado tras haber superado unas duras pruebas de acceso. Cada a?o se celebran concursos para reclutar nuevos atletas que sustituyan a aqu¨¦llos que no han logrado pasar de nivel, as¨ª como para permitir a los representantes del equipo provincial y el nacional localizar potenciales figuras. China tiene 23.000 deportistas financiados por el Estado.
Si todo va seg¨²n sus sue?os, la peque?a Li Wenxi entrar¨¢ con 13 o 14 a?os a formar parte del equipo provincial de tenis de mesa de Pek¨ªn y desde ¨¦l podr¨ªa pasar al nacional. Si no, tendr¨¢ que buscar otra salida profesional, lo que no es f¨¢cil.
Si para atletas como Zhang Yining la participaci¨®n en el equipo nacional y el ¨¦xito traen fama y unos ingresos relativos, para miles que se quedan por el camino el futuro es m¨¢s complicado. Seg¨²n Dong Jiong, medallista de plata de badminton en Atlanta 1996 y antiguo alumno de Shichahai, un alto porcentaje se queda sin suficiente educaci¨®n. Entrenarse seis horas al d¨ªa deja poco tiempo para los libros, especialmente en un pa¨ªs en el que existe una competencia feroz para tener acceso a las mejores universidades.
Shi Fenghua niega que instituciones como Shichahai presionen demasiado a los ni?os y quita importancia al hecho de que vivan separados de sus familias. "Entrenadores y profesores cuidan de ellos. Organizamos fiestas y estudian y juegan con compa?eros de su edad. El entorno es muy saludable", sostiene.
Adem¨¢s, asegura que quienes no llegan a lo m¨¢s alto disponen de alternativas. "El Gobierno tiene pol¨ªticas especiales para ellos. Por ejemplo, si est¨¢n entre los ocho mejores del mundo o los tres mejores de China, pueden entrar en la Universidad sin examen", apunta. Los otros pueden seguir una carrera relacionada con el deporte en alguna asociaci¨®n u organismo, seg¨²n afirma Fenghua.
El fin ¨²ltimo de Shichahai es lograr campeones. En Atenas 2004, China obtuvo 32 medallas de oro, superada s¨®lo por Estados Unidos (36), aunque en el n¨²mero total de condecoraciones fue tercera, con 63, tras Estados Unidos (102) y Rusia (92). En Pek¨ªn, el objetivo es ser el n¨²mero uno, aunque las autoridades no lo dicen abiertamente. "Lo importante no es cu¨¢ntos oros ganan los deportistas chinos, sino difundir el esp¨ªritu ol¨ªmpico y la paz en el mundo", subraya Shi, la subdirectora.
Pero a nadie se le escapa que los atletas chinos -639 competir¨¢n en los Juegos de Pek¨ªn- est¨¢n sometidos a una gran presi¨®n para ocupar la primera posici¨®n y vestir de oro un evento que el mismo Gobierno ha prometido desde hace a?os que ser¨¢ el mejor de la historia.
En los pabellones de Shichahai, el objetivo parece claro. "China est¨¢ creciendo y nuestros deportistas son cada vez m¨¢s fuertes. Queremos muchas medallas en los Juegos ", explica Liu Huasheng, el profesor de taekwondo. Cuando se le pregunta si conseguir¨¢n m¨¢s que Estados Unidos, parece dudar al contestar, pero, finalmente, se decide y, sin abrir la boca, asiente con un gesto decidido de la cabeza.
Censura en Internet
Siete a?os despu¨¦s de que Pek¨ªn fuera designada sede de los Juegos, la situaci¨®n de los derechos humanos y la libertad de prensa se ha "deteriorado", seg¨²n la denuncia de la organizaci¨®n Amnist¨ªa Internacional. "Las autoridades chinas han roto su promesa y traicionado los valores del olimpismo", dice Amnist¨ªa.
La asociaci¨®n asegura que la normativa que garantiza mayor libertad de informaci¨®n a la prensa extranjera no es respetada y no incluye a los periodistas chinos. Muchos corresponsales siguen siendo retenidos cuando cubren noticias consideradas sensibles por las autoridades, y sus asistentes y fuentes son interrogados. Varios periodistas daneses y de Hong Kong fueron maltratados el viernes pasado, y sus equipos rotos, cuando la polic¨ªa intentaba evitar que filmaran la estampida por la venta de entradas.
Los controles en Internet tambi¨¦n se han incrementado y han llegado incluso al centro internacional de prensa, en el que varias p¨¢ginas estaban inaccesibles ayer, incluida la de Amnist¨ªa, a pesar de que Pek¨ªn asegur¨® que no habr¨ªa censura en la Red.
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