Los due?os de las olas

No hay mejor lugar para practicar kitesurf en Europa que en Tarifa (C¨¢diz). El municipio gaditano se ha consolidado en los ¨²ltimos a?os como el referente de los deportes acu¨¢ticos y su principal aliado ha sido el viento. "En ning¨²n otro lugar sopla de forma tan constante", explica Jerome Clausse, propietario de una de las 35 escuelas que han proliferado en la localidad en la ¨²ltima d¨¦cada. "Fuimos los pioneros pero ahora somos un mont¨®n", reconoce. En s¨®lo pocos d¨ªas estos centros de formaci¨®n prometen a sus nuevos alumnos las nociones b¨¢sicas para dominar las olas sobre una tabla y una cometa. Es lo que se conoce como kitesurf, la modalidad de mayor auge y m¨¢s f¨¢cil de aprender para los principiantes.

Clausse y sus tres socios llegaron a Tarifa hace siete a?os para montar la Kitesurfing Tarifa School, el primer centro que en esta ciudad, acostumbrada a recibir a deportistas acu¨¢ticos, se dedic¨® exclusivamente a vender productos para surcar las olas con tabla y cometa y a formar a futuros dominadores del mar. "Entonces no hab¨ªa competencia. Ten¨ªamos el atractivo de la novedad y de que era un deporte en auge. Generamos mucho inter¨¦s porque cont¨¢bamos con profesores titulados y algunos campeones del mundo", explica el due?o. La fama de los maestros es uno de los alicientes de estas escuelas. Aurelia Herpin cre¨® este invierno su propia escuela, despu¨¦s de haber celebrado en 2006 su m¨¢ximo ¨¦xito como campeona del mundo en velocidad. Con s¨®lo 28 a?os ha dejado su carrera de deportista profesional pero sigue ligada al sector con su tienda.

Clausse y Herpin son franceses. Llegaron a Tarifa sabedores de que aqu¨ª hab¨ªa negocio. "Es el sitio ideal. Tiene la mayor cantidad de viento de toda Europa", explica el hombre. "Hay m¨¢s oportunidades de dar cursos durante m¨¢s d¨ªas que en cualquier otro sitio", a?ade ella. A estos centros de formaci¨®n se acerca todo tipo de p¨²blico. Desde ni?os de apenas siete a?os hasta ancianos de casi 80. "La cometa es algo que todo el mundo ha podido tener. Ha sido un juguete tradicional", detalla Clausse. Aprender kitesurf es, seg¨²n estos expertos, m¨¢s f¨¢cil que cualquier otro deporte acu¨¢tico como el surf o el windsurf. "Es m¨¢s f¨¢cil de aprender y de transportar. La cometa y la tabla caben en un coche o a la espalda cuando vas montado en bici", agrega.

Un curso de ocho horas puede llegar a costar entre 150 y 200 euros. Las primeras lecciones se basan en la seguridad, el control y la autonom¨ªa. "Seg¨²n la afici¨®n y la pr¨¢ctica, el manejo se asegura m¨¢s pronto o m¨¢s tarde pero en dos d¨ªas puedes estar navegando sin problemas" relata Clausse. Lo malo es cuando esos saltos verticales se transforman en horizontales. "Algunos se meten unas leches incre¨ªbles", bromea el profesor.

La empresa de Jerome Clausse es el ejemplo de veteran¨ªa. Est¨¢ aqu¨ª desde que el kitesurf comenz¨® a atraer a gente hacia Tarifa. Ambos reconocen que la crisis les ha restado demanda, mientras que la oferta sigue siendo muy numerosa. "Supongo que, al final, quedaremos los que resistamos", reconoce Clausse. Tambi¨¦n en tierra hay que saber dominar las olas de las leyes del mercado.