Artistas contra el arte
Bastantes artistas siguen, casi al pie de la letra, la constataci¨®n hegeliana de que, en la era de la ciencia, por no hablar de las nuevas tecnolog¨ªas, lo que hasta la fecha hemos venido designando como "arte" es "una cosa del pasado". Esto es evidente, pero no por ello deber¨ªa ser dif¨ªcil asimilar lo que significa: que el arte debe incorporar la reflexi¨®n y, por ende, el pensamiento, la autoconciencia... sin necesidad de suicidarse.
Estas consideraciones de orden filos¨®fico vienen a cuento de una exposici¨®n ciertamente interesante. Su comisario, ?lvaro de los ?ngeles, hasta hace poco director del combativo -y ejemplar- Espai d'Art Contemporani de Castell¨®, ha reunido a tres artistas espa?oles igualmente combativos de tres generaciones como lo son las de Isidoro Valc¨¢rcel Medina, Rogelio L¨®pez Cuenca y Daniel Garc¨ªa And¨²jar. El tema es la relaci¨®n del arte con las instituciones (incluida la que gobierna el PP, en la que tiene lugar esta exposici¨®n) y su mala conciencia.
Herramientas del arte
Sala Parpall¨®
Alboraia, 5. Valencia
Hasta el 30 de septiembre
El primero (Murcia, 1937, premio Nacional de Artes Pl¨¢sticas 2007) es, acaso a su pesar, una aut¨¦ntica instituci¨®n, casi una leyenda en el mundo del arte antiinstitucional. De hecho, Valc¨¢rcel Medina lleva a?os desarrollando una suerte de arte conceptual que algunos consideran enemigo del arte no conceptual. Por fortuna, esto lo ha venido haciendo con inteligencia y honestidad, y con el necesario sentido del humor sin el cual estas cosas no valen la pena. En esta ocasi¨®n, su contribuci¨®n consiste en una serie de estanter¨ªas con cajas de cart¨®n vac¨ªas, etiquetadas con el nombre de museos o centros de arte espa?oles, y acompa?adas de una carta en la que se pide a esas instituciones que colaboren a su financiaci¨®n enviando seis euros a cuenta de la instituci¨®n en donde se exponen. Son pocas las que han respondido. No se entiende, porque la verdad es que seis euros no es mucho. Valc¨¢rcel Medina siempre ha estado del lado de un arte que no sea ni caro ni barato: un arte al margen del mercado. Obviamente, esto es bueno -como idea-, pero no es negocio.
Rogelio L¨®pez Cuenca (Nerja, M¨¢laga, 1959) se ha distinguido por sus preocupaciones por la relaci¨®n entre el arte y la realidad social y pol¨ªtica, sirvi¨¦ndose de im¨¢genes y objetos vinculados a la publicidad y al comercio, pero dando una vuelta de tuerca y present¨¢ndolos en t¨¦rminos cr¨ªticos. Lo m¨¢s interesante de su trabajo es la manera parad¨®jicamente mim¨¦tica en que se empe?a en combatir la brillantez formal de las im¨¢genes y objetos de los que vive el capitalismo. En esta exposici¨®n ha intervenido -junto a Garc¨ªa And¨²jar- seleccionando fotograf¨ªas y v¨ªdeos, documentos vinculados a los aspectos m¨¢s institucionales del arte. Hay fotos de inauguraciones de exposiciones, o de interiores en donde aparece el arte asociado a pol¨ªticos y majestades: don Juan Carlos, do?a Sof¨ªa, Gonz¨¢lez, Zapatero, Aznar y se?ora... y creo que el propio Goebbels (¨¦ste en blanco y negro).
En cuanto a Daniel Garc¨ªa And¨²jar (Almorad¨ª, Alicante, 1966), es un ejemplo eminente de eso que se llama artivista. Su trabajo se funda en las nuevas tecnolog¨ªas (Technologies to the People, TTTP, fue idea suya) y en la convicci¨®n de que el arte debe contribuir a la democratizaci¨®n del mundo atacando las jerarqu¨ªas dominantes. Hay quien piensa que sus portales en internet forman parte de su arte, como sus conferencias. Yo tambi¨¦n lo creo.
Lo peor de esta exposici¨®n, aparte de las absurdas postales de desnudos femeninos, son las in¨²tiles fotocopias de textos de Max Weber, L¨¦vy-Strauss, Bourdieu, Badiou o Enzensberger, etc¨¦tera, con las que se intenta ilustrar al visitante. Y lo mejor: ese librillo sobre una mesa que es un manual de declaraci¨®n de renta para artistas. Porque una cosa es pasar del mercado y otra no pagar impuestos. En definitiva, y teniendo en cuenta que, seg¨²n el comisario, el artista contempor¨¢neo (necesariamente visual, no se sabe por qu¨¦) es "un artesano de ideas", har¨ªa bien preocup¨¢ndose por el destino de los aut¨®nomos. Aunque no creo que -despu¨¦s de tantos siglos de ciencia y de filosof¨ªa- las buenas ideas sean cosa principal de la artesan¨ªa... art¨ªstica.
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