Madera de estrella
El mundo de la m¨²sica cl¨¢sica necesita alimentarse continuamente de nuevos talentos para seguir fascinando al p¨²blico. Cada generaci¨®n alumbra sus propios mitos, y los j¨®venes talentos que aspiran a suceder en el futuro a los viejos maestros reclaman con fuerza su propio espacio en el competitivo circuito internacional. Algunos, muy pocos, se convertir¨¢n en int¨¦rpretes de leyenda; otros se quedar¨¢n en el camino, hundidos por la presi¨®n del mercado, las exigencias de las agencias art¨ªsticas, la avaricia de las multinacionales del disco o sus propios errores. Eso s¨ª, viven el presente con ¨ªmpetu juvenil, derrochan energ¨ªa en el escenario y contagian su entusiasmo por la m¨²sica: son los nuevos maestros del siglo XXI en el ¨¢mbito del piano, el viol¨ªn y el violonchelo, los tres instrumentos que reinan sin discusi¨®n en los auditorios desde que los grandes virtuosos rom¨¢nticos pusieron de moda el culto al int¨¦rprete como atracci¨®n mel¨®mana.
Sol Gabetta: "Rostrop¨®vich o Casals ten¨ªan un carisma ¨²nico. La nueva generaci¨®n se mueve por valores mucho m¨¢s superficiales"
Hilary Hahn: "No hay nada comparable a la experiencia del concierto, donde todo depende de la magia del momento"
Lang Lang: "No me afecta la presi¨®n. La fama tiene este precio. El p¨²blico me exige cada vez m¨¢s y estoy dispuesto a complacerlo"
La violinista Janine Jansen se ha convertido en la reina de las descargas digitales colocando a Bach en el reino del iPod
Tres violonchelistas emergentes -Sol Gabetta, Daniel M¨¹ller-Schott y Marie-Elisabeth Hecker- pertenecen a esa nueva generaci¨®n de instrumentistas con madera de estrella, en la que comparten filas con las violinistas Hilary Hahn, Janine Jansen y Julia Fischer y los pianistas Lang Lang, Rafal Blechacz, Alexei Volodin y Javier Perianes. Algunos apenas han cumplido veinte a?os y vienen pegando fuerte; otros acaban de entrar en los treinta y disfrutan de una envidiable posici¨®n, solicitados por directores y orquestas de prestigio y arropados, en la mayor¨ªa de los casos, por una industria del disco que, a pesar de la crisis, o quiz¨¢ a causa de ella, sigue buscando desesperadamente nuevas estrellas para tentar a los mel¨®manos. No son los ¨²nicos valores al alza en el mundo cl¨¢sico, pero hay que contar con ellos para trazar un perfil de una generaci¨®n en marcha, la generaci¨®n del relevo, cada vez m¨¢s presente en las temporadas de los auditorios y las orquestas espa?olas.
La naturalidad es una poderosa arma de seducci¨®n que la violonchelista argentina Sol Gabetta (C¨®rdoba, 1981) maneja sin atisbos de impostura. Transmite frescura, encanto y pasi¨®n por la m¨²sica, tanto en el escenario como en la distancia corta. Vive en la localidad suiza de Olsberg, cerca de Basilea, donde tiene su propio festival de m¨²sica de c¨¢mara. En sus a?os de formaci¨®n destacan intensas etapas en Berl¨ªn y Madrid, en la Escuela Superior Reina Sof¨ªa de Madrid. Mucho ha cambiado su vida desde su espectacular debut, en 2004, en el Festival de Lucerna, con la Orquesta Filarm¨®nica de Viena y Valeri Gergiev, una de las grandes batutas, como Leonard Slatkin, que apoyan su carrera: ahora viaja sin cesar por todo el mundo -su agenda incluye este a?o nada menos que 130 conciertos- y realiza una brillante carrera discogr¨¢fica de la mano de Sony-BMG, con frutos tan jugosos como las Variaciones rococ¨®, de Chaikovski, que ha tocado en varias ciudades espa?olas, el primer concierto de Saint-Sa?ns y una inmersi¨®n barroca con instrumentos de ¨¦poca en los conciertos de Vivaldi junto al conjunto Sonatori de la Gioiosa Marca.
Sencilla y comunicativa, habla de m¨²sica con una sinceridad y una claridad de ideas poco com¨²n entre los m¨²sicos de su edad. En los medios centroeuropeos la llaman "el hada del violonchelo", ejemplo de cursiler¨ªa publicitaria que no acaba de convencerle. "Conviene andarse con cuidado en estos temas. Cuando grab¨¦ mi primer disco me hicieron unas fotos en un campo de girasoles, como si fuera una ni?a de 12 a?os, y no quise aceptar el juego publicitario porque, sencillamente, no me reconoc¨ªa en ellas. Lo primero que debe averiguar un joven artista es hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar para conseguir el ¨¦xito. En mi caso, el respeto al arte es lo m¨¢s importante".
Arte, temperamento y simpat¨ªa a raudales. Hab¨ªa que verla paseando por la concurrida playa de Sitges (Barcelona) con el estuche del violonchelo a cuestas, para pasmo de ba?istas: fue el inusitado preludio del magn¨ªfico recital que ofreci¨® el pasado fin de semana en el Festival Internacional de M¨²sica Concerts de Mitjanit junto a la joven pianista rumana Mihaela Ursuleasa. Tiene carisma, encanto expresivo, y su sonido -toca un violonchelo Guadagnini de 1759, de asombrosa belleza- es pura energ¨ªa, un volc¨¢n de temperamento y emoci¨®n, capaz de pasar de los m¨¢s delicados y suaves matices a la m¨¢s rotunda plenitud.
Su colega, el alem¨¢n Daniel M¨¹ller-Schott (M¨²nich, 1976), que toca otro maravilloso instrumento, un Matteo Goffriller de 1700, tambi¨¦n es un ejemplo de temprana madurez y plenitud sonora con el que comparte pasi¨®n por la m¨²sica rusa. La prensa especializada brit¨¢nica se ha deshecho en elogios ante su "superlativa" grabaci¨®n de los dos conciertos de Dmitri Shostak¨®vich, con la Sinf¨®nica de la Radio de Baviera dirigida por Yakov Kreizberg, en el sello Orfeo, donde ha grabado obras de Haydn, Bach, Elgar y Walton. Int¨¦rprete sereno y profundo, ajeno a campa?as publicitarias, ha contado con el apoyo de m¨²sicos del calibre de Anne-Sophie Mutter y Andr¨¦ Previn -con ellos grab¨® deliciosos Tr¨ªos con piano de Mozart (Deutsche Grammophon)- y se le disputan las mejores orquestas del planeta.
Asombrosa es tambi¨¦n la jovenc¨ªsima violonchelista alemana Marie-Elisabeth Hecker (Zwickau, 1987). Con s¨®lo 21 a?os, triunf¨® esta temporada en el Auditori de Barcelona tocando el concierto de Dvor¨¢k, uno de los mihuras del repertorio, con la Sinf¨®nica de Viena y Fabio Luisi. Posee un sonido bell¨ªsimo, una l¨ªnea de exquisita elegancia y un lirismo arrollador. Nada de efectismos ni falsos trances para engatusar al p¨²blico: lo suyo es musicalidad y talento sin malear, en estado puro.
La imagen, naturalmente, es muy importante, y lo sabe cualquier aspirante a estrella, pero, como afirma Gabetta, "lo ¨²nico que realmente importa es la personalidad, lo que eres en el escenario, tu capacidad de emocionar al p¨²blico, porque en este oficio, nadie se mantiene por una buena fotograf¨ªa".
Lo que nadie pone en duda es que, hoy como ayer, cuando una multinacional se empe?a en publicitar a un joven artista con una poderosa maquinaria medi¨¢tica, su cotizaci¨®n sube como la espuma, como demuestra el imparable ascenso del pianista chino Lang Lang (Shenyang, 1982), hasta adquirir categor¨ªa de aut¨¦ntico fen¨®meno medi¨¢tico. Arras¨® en su pa¨ªs como ni?o prodigio, pulveriz¨® r¨¦cords al ganar m¨¢s de treinta concursos en China, Jap¨®n y Alemania y complet¨® su formaci¨®n en Estados Unidos, donde reside desde 1997. Con 20 a?os se consagr¨® con un recital en el Carnegie Hall de Nueva York, ciudad donde vive, que Deutsche Grammophon grab¨® en directo como trampol¨ªn de su carrera.
Pianista de apabullante potencia y seguridad t¨¦cnica, discutido en cuestiones estil¨ªsticas por la parroquia mel¨®mana -convenci¨® en su grabaci¨®n de los conciertos de Chaikovski y Mendelssohn bajo la direcci¨®n de Daniel Barenboim; no ha corrido la misma suerte su primera incursi¨®n en el mundo concertante de Beethoven, dirigido por Christoph Eschenbach-, pero adorado por el gran p¨²blico, Lang Lang se ha convertido en una estrella medi¨¢tica que soporta sin pesta?ear la presi¨®n del mercado en su vertiginosa carrera, afrontando giras agotadoras, sin tiempo para profundizar la relaci¨®n con orquestas y directores. "Los viajes cansan mucho, y cada vez me gustan menos, pero disfruto tanto cuando toco el piano que al instante se me pasan las penas. No me afecta la presi¨®n, porque siempre he vivido con ella. La fama tiene este precio. S¨¦ que el p¨²blico me exige cada vez m¨¢s y yo estoy dispuesto a complacerlo", asegura con una sonrisa.
La presi¨®n forma parte del oficio. "La carrera de un solista es dura y solitaria, nos obsesiona la perfecci¨®n, tocar cada d¨ªa mejor, estar a la altura de las expectativas que generan tus grabaciones, y no es f¨¢cil compaginarla con la vida familiar, pero la felicidad que sientes en el escenario al compartir la m¨²sica es una experiencia ¨²nica", explica Gabetta. "Lo importante es llegar a la gente, emocionarla, por eso no hay nada comparable al concierto, al contacto directo con el p¨²blico. Los discos est¨¢n muy bien, son un documento, una tarjeta de presentaci¨®n, pero donde se mide la calidad y el talento de un artista es en directo".
La misma opini¨®n expresa una de las violinistas m¨¢s perfectas del mundo, la estadounidense Hilary Hahn (Lexington, Virginia, 1980), cuyo aplomo y seguridad t¨¦cnica dejan al p¨²blico con la boca abierta. "El disco y el concierto son mundos muy diferentes. No hay nada comparable a la experiencia del concierto, donde todo depende de la magia del momento. Pero hay que tener cuidado con las grabaciones en directo, porque, al dejarte llevar por la inspiraci¨®n del instante, puedes llegar a hacer cosas que nunca dejar¨ªas en una grabaci¨®n. El estudio te permite lograr la m¨¢xima perfecci¨®n, es un mundo en el que me siento c¨®moda y segura", comentaba la superdotada violinista antes de su ¨²ltima actuaci¨®n en Barcelona.
Desde que salt¨® a la fama -su debut en Alemania, en 1995, tocando con apenas quince a?os el emblem¨¢tico concierto de Beethoven con Lorin Maazel y la Sinf¨®nica de la Radio de Baviera, fue retransmitido a toda Europa-, Hahn colecciona ¨¦xitos por todo el mundo. Es la nueva estrella violin¨ªstica de Deutsche Grammophon -ha grabado conciertos de Bach, Elgar, Paganini y Spohr-, donde todav¨ªa reina Anne-Sophie Mutter, quien, por cierto, tambi¨¦n se dio a conocer con 15 a?os tocando el concierto de Beethoven bajo la direcci¨®n de su mentor, el todopoderoso Herbert von Karajan. Antes, Hahn firm¨® cinco discos con Sony, en los que grab¨® obras de Brahms, Mendelssohn, Beethoven, Stravinski, Bernstein, Barber y el concierto que escribi¨® para ella Edgar Meyer.
Toca un famoso viol¨ªn, el Cannon Guarneri, y sus discos son sin¨®nimo de perfecci¨®n deslumbrante, a veces un tanto fr¨ªa, pero asombrosa en la pericia t¨¦cnica, el gusto en el detalle y el control del sonido. Tiene tanto gancho que incluso ha sido capaz de obtener grandes cifras de ventas con su ¨²ltimo disco, que incluye el maravilloso, pero nada comercial, concierto de Sch?nberg. "No me gusta encasillarme, prefiero contemplar mi carrera como un viaje en el que vas descubriendo afinidades con determinadas obras. Y el concierto de Sch?nberg, al que el gran p¨²blico deber¨ªa perderle el miedo de una vez por todas, es una obra de enorme lirismo y belleza".
Si algo tienen claro las nuevas estrellas es que no tiene sentido imitar a las grandes leyendas. "Siento fascinaci¨®n por pianistas como Vladimir Horowitz, Arthur Rubinstein o Arturo Benedetti-Michelangeli, pero nunca se me ocurrir¨ªa intentar imitarlos. Adem¨¢s, es imposible, porque cada uno tenemos nuestro propio sonido. Puedes inspirarte en ellos, pero has de buscar siempre tu propio camino", reconoce Lang Lang, ejemplo del imparable proceso de cambio que acabar¨¢ convirtiendo a los pa¨ªses asi¨¢ticos en grandes potencias musicales.
Ha cambiado, adem¨¢s, el peso de los grandes mitos de la m¨²sica cl¨¢sica en nuestra ¨¦poca, como se?ala, no sin cierta a?oranza, Sol Gabetta. "Pablo Casals o Mstislav Rostrop¨®vich ten¨ªan un carisma ¨²nico, una trascendencia social y pol¨ªtica basada en su firme actitud de defensa de los derechos humanos; por eso eran figuras de extraordinaria trascendencia, m¨¢s all¨¢ de los l¨ªmites del mundo de la m¨²sica. Desgraciadamente, la nueva generaci¨®n ha perdido esa riqueza pol¨ªtica, social y cultural, se mueve por otros valores menos espirituales y comprometidos, mucho m¨¢s f¨¢ciles y superficiales".
El respaldo de un gran director suele abrir muchas puertas en el circuito internacional. El ruso Valeri Gergiev, por ejemplo, respalda de forma muy especial a su compatriota Alexei Volodin (San Petersburgo, 1977), un s¨®lido pianista que combina talento, t¨¦cnica y sensibilidad, muy brillante en el repertorio ruso -Rachmaninov, Prok¨®fiev- y actualmente inmerso en Beethoven, con especial dedicaci¨®n a sus cinco conciertos para piano, que planea llevar de gira por Espa?a y otros pa¨ªses europeos.
En el caso de la violinista alemana Julia Fischer (M¨²nich, 1983), el apoyo de un sello independiente, Pentatone, ha sido un factor clave en la difusi¨®n de su nombre y su imagen de joven prodigio. Sorprende su flexibilidad, capaz de grabar con aplomo e impecable t¨¦cnica las Sonatas y partitas para viol¨ªn solo de Bach, encantar en sus incursiones mozartianas y brillar tambi¨¦n en el repertorio rom¨¢ntico, como prueba su ¨¢lbum Brahms, donde comparte protagonismo con Daniel M¨¹ller-Schott en el Doble concierto. Su cotizaci¨®n est¨¢ subiendo como la espuma y acaba de fichar por una multinacional.
Otra violinista de excepcional talento es la holandesa Janine Jansen (Utrecht, 1978), curtida en la m¨²sica de c¨¢mara, de t¨¦cnica perfecta y sonido suntuoso: claro que tiene la inmensa suerte de tocar un Stradivarius Barrere de 1727, que potencia su seductora sonoridad. Hace dos a?os fich¨® por Decca y apost¨® por la gloriosa tradici¨®n rom¨¢ntica para su primera grabaci¨®n, los conciertos de Mendelssohn y Max Bruch con la m¨ªtica Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig y su titular, Ricardo Chailly. Ahora ha logrado un peque?o milagro: convertirse en la reina de las descargas digitales colocando a Bach en el reino del iPod con su ¨²ltima grabaci¨®n, que re¨²ne Partitas e Invenciones del genial compositor barroco. El barroco parece traerle suerte, porque su ¨¢lbum con Las cuatro estaciones de Vivaldi tambi¨¦n fue un ¨¦xito de ventas en iTunes.
La galer¨ªa de los nuevos maestros se cierra con un fant¨¢stico pianista que a¨²n no ha cumplido los 23 a?os y va camino de convertirse en una referencia en la moderna interpretaci¨®n de Chopin, el polaco Rafal Blechacz (Naklo nad Noticia, 1985). Hace dos a?os, arras¨® en el c¨¦lebre Concurso Chopin de Varsovia, trampol¨ªn de leyendas del teclado como Maurizio Pollini, Martha Argerich y Krystian Zimerman. Asegura en las entrevistas que ha nacido para tocar la m¨²sica de su genial compatriota -"Chopin es mi vida, tocando sus obras me siento como en mi casa y soy inmensamente feliz"-. Fichado por un sello que acumula en su escuder¨ªa a las mayores estrellas del teclado, Deutsche Grammophon, debut¨® con una reveladora grabaci¨®n de los Preludios, en la que luce un sentido po¨¦tico sin concesiones sentimentales, una t¨¦cnica fenomenal y un sonido luminoso. Ha consagrado su segundo disco, que aparecer¨¢ en oto?o, al clasicismo vien¨¦s, reuniendo sonatas de Haydn y Mozart.
Para algunos de ellos, el camino hacia la leyenda no ha hecho m¨¢s que comenzar. Se les pide ahora lo mismo que se les pidi¨® hace apenas una d¨¦cada a colosos actuales como Yevgeni Kissin, Arcadi Volodos, Gil Saham, Midori, Truls Mork, Maxim Vengerov, Vadin Repin, Han-Na Chang o Joshua Bell. Pero ellos afrontan el envite con ilusi¨®n y energ¨ªa. "Cuando lleguemos a los cuarenta, si todo sale bien, ser¨¢ el momento de buscar nuevas metas, que ser¨¢n distintas. Es ley de vida", afirma Sol Gabetta, insistiendo en que lo m¨¢s hermoso es "vivir el presente con la felicidad de compartir el amor por la m¨²sica, algo que no tiene precio". -
Diez discos para el futuro
Rafal Blechacz. Chopin: 24 Preludios, opus 28. Deutsche Grammophon.
Julia Fischer. Bach: Sonatas y partitas para viol¨ªn solo. Pentatone.
Sol Gabetta. Chaikovski: Variaciones Rococ¨® / Saint-Sa?ns: Concierto n¨²mero 1 / Ginastera: Pampeana n¨²mero 2. Orquesta de la Radio de M¨²nich. Ari Rasilainen. Sony BMG.
Hilary Hahn. Sch?nberg / Sibelius: Conciertos para viol¨ªn. Orquesta Sinf¨®nica de la Radio de Suecia. Esa-Pekka Salonen. Deutsche Grammophon.
Marie-Elisabeth Hecker. Aunque no tiene discograf¨ªa, su p¨¢gina web (www.marie-elisabethhecker.com) permite descargar piezas de Brahms y Schumann grabadas en directo por Radio France en 2006.
Janine Jansen. Mendelssohn / Bruch: Conciertos para viol¨ªn. Orquesta de la Gewandhaus de Leipzig. Ricardo Chailly. Decca.
Lang Lang. Chaikovski / Mendelssohn: Conciertos para piano. Orquesta Sinf¨®nica de Chicago. Daniel Barenboim. Deutsche Grammophon.
Daniel M¨¹ller-Schott. Shostak¨®vich: Conciertos para violonchelo n¨²meros 1 y 2. Orquesta Sinf¨®nica de la Radio de Baviera. Yakov Kreizberg. Orfeo.
Javier Perianes. Schubert: Impromptus, opus 90, D 899 y D 946. Harmonia Mundi.
Alexei Volodin. Beethoven. Sonata, opus 111 / Prok¨®fiev: Sonata n¨²mero 7, opus 8 / Rachmaninov: Seis Momentos musicales. Live Classics.
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