Un ser humano entre charlatanes
Pese a la impasible y continuada excelencia de su obra de ciencia-ficci¨®n, no es dif¨ªcil suponer que Lem mantuviera ese molesto hormigueo de quien cultiva un g¨¦nero menor. Si en la ¨¦poca m¨¢s f¨¦rtil del escritor polaco, la novela "seria" implicaba la redacci¨®n de melodramas existenciales, y ya era un valor en s¨ª mismo el hecho de servir a una convenci¨®n supuestamente elevada -del mismo modo que, hoy, d¨¢rselas de metaliterario equivale a vestirse en la mejor sastrer¨ªa por mucho que la ropa quede mal-, un verdadero autor como Lem quiz¨¢ se hubiera resentido por la condescendencia de la cr¨ªtica, vuelvo a entrecomillar, "seria". ?se es el origen del famoso art¨ªculo Un visionario entre charlatanes en el que Lem no s¨®lo se propuso indicar que Philip K. Dick era el ¨²nico talento en toda la ciencia-ficci¨®n norteamericana, sino demostrar que ¨¦l mismo pose¨ªa un nivel cr¨ªtico superior a los mandarines acad¨¦micos. Cito: "No se puede descartar que sea un anacronismo la descripci¨®n que Joseph Conrad hace de la literatura, seg¨²n la cual ¨¦sta interpreta la verdad m¨¢s elevada en el universo visible, y que la independencia de la literatura con respecto a la moda y la demanda pueda desaparecer de la ciencia-ficci¨®n, y entonces lo que coseche aplausos inmediatos por sus elevadas ventas se identifique con lo bueno". Dejemos a un lado el certero diagn¨®stico sobre la dictadura del mercado; y tambi¨¦n, y a fin de cuentas, sobran ocasiones para tratar la f¨¢cil vacuidad con que se aplica un criterio cualquiera. Centr¨¦monos en la vuelta de tuerca que Lem hizo de la definici¨®n de Conrad. En todos sus libros, y El hospital de la transfiguraci¨®n no desmiente el aserto, el autor polaco se propuso interpretar la verdad m¨¢s elevada no s¨®lo en el universo visible, sino tambi¨¦n en el invisible. Y lo hizo para susurrar a la soberbia de las nuevas diosas, la T¨¦cnica y la Historia, que cualquier intuici¨®n de verdad superior -exista o no- habr¨¢ de cegarnos sin remedio. Implacable.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.