"Amo los cabellos tanto como a las mujeres"
Raffel Pages posee la mejor colecci¨®n del mundo de objetos de peluquer¨ªa
"Amo los cabellos tanto como a las mujeres, me excitan, me provocan y quiero poseerlos". Esto es lo que Raffel Pages (Barcelona, 1942) intenta -en el caso de los cabellos- desde hace medio siglo, cuando comenz¨® a trabajar en una peluquer¨ªa a los 14 a?os. Hoy 115 establecimientos llevan su nombre en Espa?a (104 en Catalu?a), Francia e Italia, y en las ¨²ltimas cuatro d¨¦cadas ha reunido m¨¢s de 5.000 objetos relacionados con el cabello, su historia y sus tratamientos. Su colecci¨®n se considera la mejor del mundo en su g¨¦nero.
"Yo quer¨ªa ser m¨¦dico o artista, pero mi padre me oblig¨® a trabajar en su peluquer¨ªa", afirma Raffel Pages. "El ruido de los secadores, los tintes y los rulos no me atra¨ªan". Pero todo cambi¨® a ra¨ªz de una "oportunidad de oro". La peluquer¨ªa parisiense de las hermanas Carita le cuadruplic¨® el sueldo al ficharlo para trabajar en el centro que abr¨ªa en Barcelona. Con apenas 17 a?os viaja a Par¨ªs para aprender. "All¨ª descubr¨ª el estilismo y la importancia de un buen peinado", confiesa Pages. Al regresar, su hermano estaba desmontando la peluquer¨ªa del padre y se qued¨® con muchos de los objetos, como un secador de casco el¨¦ctrico de 1930 que ahora expone junto a otros 30 (casi todos con aspecto de instrumento de tortura). "Los objetos de mi padre son el origen de la colecci¨®n, aunque no la consider¨¦ como tal durante a?os".
Desde entonces, Pages ha recorrido mercadillos como el de los Encantes en Barcelona, el Rastro de Madrid o las Pulgas de Par¨ªs en busca de objetos para su colecci¨®n. "Ahora cada vez son m¨¢s escasos, pero en los Encantes he comprado objetos muy interesantes". Y se?ala un secador de mano de 1830 que funciona a manivela y mecha de alcohol, y un r¨®tulo luminoso de principios del siglo XX de una peluquer¨ªa de se?oras.
En los 10 ¨²ltimos a?os la colecci¨®n ha vivido un gran impulso, sobre todo tras abrirse en 2000 el Museo de la Peluquer¨ªa en la Rambla de Catalunya, junto a uno de sus salones. All¨ª expone 800 piezas en una sala de unos 150 metros cuadrados. Las vitrinas est¨¢n repletas de los objetos m¨¢s diversos. Pueden encontrarse todo tipo de secadores, hornillos, tenacillas, productos capilares, navajas, maquinillas y bac¨ªas de barbero, peines, tijeras, cepillos... Tambi¨¦n hay una selecci¨®n de su biblioteca especializada, un apartado de mobiliario, como un tocador de los zares Romanov, sillones de barbero y lavacabezas. Entre las cosas curiosas figura una escultura de la Sagrada Familia hecha con 35.000 metros de pelo, ?ah¨ª es nada!, obras de arte, joyas y cuadros realizados con pelo natural y cabellos de personajes hist¨®ricos y famosos. De todas conoce Pages la situaci¨®n, la historia y muchas an¨¦cdotas. Como la de un pasador romano que compr¨® en Par¨ªs. "Buscaba pelo de Mar¨ªa Antonieta en el Boulevard des Antiquaires y lo vi. Cuando pregunt¨¦, el due?o me dijo que estaba reservado para un 'peluquero loco de Barcelona", cuenta con una sonrisa. "Se refer¨ªa a m¨ª. Ahora somos grandes amigos y me proporciona muchas piezas".
En 2006, en el marco de la Mondial Coiffure Beaut¨¦ de Par¨ªs, la feria m¨¢s prestigiosa vinculada al sector de la peluquer¨ªa, la colecci¨®n fue premiada como la mejor del mundo. "Existen otras colecciones, como la de la casa L'Or¨¦al y la de Wella, pero s¨®lo de sus productos, no son tan completas como ¨¦sta", manifiesta orgulloso Pages.
Ahora dedica el 80% de su tiempo a la colecci¨®n y tan s¨®lo el 20% al negocio, que ha dejado pr¨¢cticamente en manos de sus dos hijas. Su afici¨®n es conocida por muchos, por lo que recibe cientos de proposiciones cada semana de toda Europa. "Contesto a todos los correos electr¨®nicos", afirma el peluquero. Adem¨¢s le gusta ir a subastas, donde acaba siendo el protagonista. Como le ha ocurrido varios a?os en la Fira del Col¡¤leccionista de Girona al adquirir algunos de los cabellos de famosos que ahora exhibe. En 2001 compr¨® por 931 euros cinco pelos del mism¨ªsimo Napole¨®n que su familia dio para investigar su posible envenenamiento. Al a?o siguiente uno de Marilyn Monroe por 1.680 euros y en 2003 uno de George Harrison. En 2004 lo intent¨® con uno de John Lennon, pero al final gano la puja alguien de Hong Kong que se lo llev¨® por 3.460. Adem¨¢s guarda en sus vitrinas cabellos de John F. Kennedy, Paul McCartney, Dal¨ª y Elvis Presley, y un postizo de la actriz y princesa Grace Kelly elaborado con su pelo (tiene 10 m¨¢s, pero est¨¢n hechos con pelo de otras personas). De todas formas, Pages se declara poco mit¨®mano y defiende estas compras por estar en sinton¨ªa con la colecci¨®n; "son unas piezas m¨¢s", asegura.
?Y en cuanto al n¨²mero de visitantes? "En este mundo hay muy poca cultura, mucha envidia y mucho egoc¨¦ntrico", afirma, sin aclarar si es en el mundo en general o en el de la peluquer¨ªa en particular. "Los visitantes son pocos, la mayor¨ªa extranjeros y casi todos profesionales". De todas formas, afirma que busca un local junto a Santa Maria del Mar donde la colecci¨®n se muestre completa y sea m¨¢s accesible.
Preguntado por la pieza que le gustar¨ªa adquirir para su museo, no lo duda un momento: el vaciado en bronce de una de las manos del peluquero Antoine de Par¨ªs (que Pages asimila con dise?adores como Balenciaga y Chanel) que mand¨® hacer Alexandre, otro peluquero, tras comprar la mano aut¨¦ntica de su maestro y amante a sus herederos. "La obra fue propiedad de Alexandre, pero al fallecer se perdi¨® su rastro".
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