AENA deja sin ayuda en Barajas a una discapacitada que pidi¨® asistencia

Alicia Kier llevaba tiempo preparando su viaje a Espa?a en avi¨®n. Y no un viaje cualquiera: la mujer, de 75 a?os, y su hija, Patricia Mart¨ªnez, de 45 y con discapacidad intelectual, iban a dejar definitivamente su Argentina natal para instalarse en Granada, donde vive su hijo.

Al miedo tremendo a volar de Alicia se un¨ªa la dificultad de viajar con su hija. Por eso, para evitar cualquier tropiezo, su hijo Fabi¨¢n, de 40 a?os, les solicit¨® desde Granada el servicio de asistencia a personas con movilidad reducida de AENA, la entidad gestora de los aeropuertos. Y se lo concedieron. Pero ayer en el aeropuerto de Barajas nadie acudi¨® a ayudar a las mujeres para desembarcar y hacer la conexi¨®n con un vuelo de Iberia a Granada. El viaje se sald¨® con un timo de 100 euros y cinco horas de autob¨²s, cargadas con las maletas, hasta Granada, seg¨²n relata la mujer.

El vuelo de Alicia, operado por la compa?¨ªa Air Comet, aterriz¨® en Barajas a las 7.30 de ayer. Alicia esperaba en el avi¨®n a que alguien la asistiera. "Le pregunt¨¦ a una azafata si ten¨ªa que esperar sentada. Y ella me pregunt¨® si usaba silla de ruedas. 'Yo no uso ninguna silla', le dije, y entonces me indic¨® que bajara y esperara la asistencia en tierra", cuenta Alicia por tel¨¦fono, ya desde Granada. Pero en tierra nadie acudi¨® en su ayuda.

AENA confirm¨® ayer que no asistieron a la mujer, a pesar de existir una solicitud aceptada. "No se la identific¨® en el avi¨®n y a¨²n no sabemos por qu¨¦", adujo un portavoz. Nadie busc¨® a la due?a de esa solicitud de asistencia, y la ayuda qued¨® sin prestar. AENA insiste en que otras cinco personas de ese mismo vuelo s¨ª obtuvieron la ayuda solicitada.

Hasta hace 10 d¨ªas, el servicio de asistencia a personas que no pueden valerse por s¨ª mismas (excepto ni?os) depend¨ªa de las compa?¨ªas a¨¦reas. Pero desde el 26 de julio, una normativa de la Uni¨®n Europea obliga a que los aeropuertos lo faciliten (es gratuito). En Barajas, el servicio est¨¢ subcontratado a una uni¨®n temporal de empresas, formada por Iberia y Eulen.

El personal de AENA s¨ª indic¨® a Alicia c¨®mo coger un autob¨²s desde la T-1 hasta la T-4, de donde part¨ªa su vuelo de Iberia a Granada. Ya en el mostrador, la mujer supo que ten¨ªa que pagar exceso de equipaje. "Y ah¨ª empez¨® el calvario", relata Alicia. No supo hacer la gesti¨®n y perdi¨® el vuelo. Eran las 11.30. "Nadie me ayud¨®", afirma. A excepci¨®n de un supuesto m¨¦dico, que la engatus¨® para acompa?arlas a la estaci¨®n de autobuses de M¨¦ndez ?lvaro y una vez all¨ª desapareci¨® con los 100 euros que Alicia le dio para que comprara los billetes a Granada. "El hombre me rob¨®", lamenta.

El hijo de Alicia, Fabi¨¢n, culpa a AENA de lo ocurrido. "Nadie me dio una soluci¨®n en las 11 llamadas que hice para que asistieran a mi madre y a mi hermana cuando me llamaron para decirme que estaban solas". "Les podr¨ªa haber pasado algo todav¨ªa peor que perder el vuelo y sufrir el robo de 100 euros".