El juez imputa homicidio a dos cirujanos pl¨¢sticos de M¨¢laga

Un juez de M¨¢laga ha imputado un presunto delito de homicidio por imprudencia profesional a dos cirujanos del hospital privado Pascual, donde se oper¨® de una liposucci¨®n y reducci¨®n de pecho una mujer ceut¨ª de 44 a?os que muri¨® a los cinco meses debido a las lesiones que sufri¨® durante la intervenci¨®n. El abogado de la acusaci¨®n, Javier Cabillas, sostuvo ayer en el juzgado n¨²mero 13 de M¨¢laga que los profesionales incurrieron en una negligencia continuada, tras "un c¨²mulo de desprop¨®sitos" y "decisiones err¨®neas" que le costaron la vida a Encarnaci¨®n Salazar, que ten¨ªa dos hijos de 17 y 8 a?os.

Encarnaci¨®n sufri¨® dos perforaciones intestinales durante la intervenci¨®n

Seg¨²n el abogado, el m¨¦dico cirujano pl¨¢stico que la oper¨®, Carlos Bueno, reconoci¨® ante el magistrado que la paciente sufri¨® al menos dos perforaciones en el intestino durante la liposucci¨®n, pero mantuvo que el tratamiento que recibi¨® a continuaci¨®n fue el correcto. El otro cirujano imputado, Basualdo Arnedo, de origen argentino, se acogi¨® a su derecho de no declarar. El hospital declin¨® ayer hacer declaraciones a este peri¨®dico sobre el caso.

Encarnaci¨®n Salazar hab¨ªa ingresado el pasado 6 de noviembre en la cl¨ªnica para someterse a la doble cirug¨ªa. Las intervenciones rondaban los 10.000 euros, una amiga le hab¨ªa recomendado el centro. A los seis d¨ªas, comenz¨® a sentirse mal y tuvo que ser operada de urgencia de una reducci¨®n intestinal porque los doctores intu¨ªan que durante su primera operaci¨®n sufri¨® una perforaci¨®n. Su martirio m¨¦dico continu¨® y el 5 de diciembre le extirparon el resto del intestino delgado, del que apenas dejaron 60 cent¨ªmetros. El 20 de marzo ingres¨® en la UCI del hospital p¨²blico Carlos Haya, donde muri¨® el 1 de abril por un fallo multiorg¨¢nico.

El caso a¨²n se encuentra en fase de instrucci¨®n, el informe m¨¦dico forense determinar¨¢ las causas exactas de la muerte. La autopsia que se le realiz¨® al d¨ªa siguiente del fallecimiento no explicaba las causas de la muerte. "Muerte indeterminada", reza el escrito. Un informe anat¨®mico forense previo (sirvi¨® para reactivar el caso) determina la relaci¨®n entre la operaci¨®n de est¨¦tica y la muerte de Encarnaci¨®n. Falta el definitivo, que determinar¨¢ si hubo mala praxis.

El hermano de Encarnaci¨®n, Manuel Salazar, cree que la gesti¨®n del hospital ha sido "oscura". ?l denunci¨® su muerte y asegura que de las cuatro operaciones a las que se someti¨® Encarnaci¨®n en apenas un mes s¨®lo existen informes patol¨®gicos de tres de ellas. Dos encima no coinciden con las operaciones realizadas. El informe forense revela, adem¨¢s, que fue sometida a una laparatom¨ªa de colon. Esta intervenci¨®n no fue consultada ni con ella ni con sus familiares. "Nos hemos enterado despu¨¦s, se hizo en secreto y sin comentarlo con mi hermana. Aprovecharon que estaba sedada para intervenirle", explica Manuel.

"Los m¨¦dicos nos tuvieron cinco meses enga?ados, dec¨ªan que todo iba bien. Si hubiesen dicho la verdad...", lamenta la puerta de los juzgados, mientras mira de reojo la entrada para ver la cara de los imputados.

Manuel se queja de las instalaciones del hospital. En diciembre, su hermana sufri¨® una insuficiencia renal, pero la cl¨ªnica no contaba con un nefr¨®logo. "Ni tags, ni nada. Este hospital no estaba preparado. Si lo sab¨ªan, ?por qu¨¦ no la trasladan antes al hospital p¨²blico?", se pregunta.

Encarnaci¨®n quer¨ªa ser incinerada al morir, detestaba la idea de permanecer en un nicho para siempre. Ten¨ªa claustrofobia. "No quer¨ªa ser inhumada y yo sufro por no haber podido cumplir su deseo", dice Manuel. ?l quiere que todo acabe cuanto antes y su hermana, una persona vitalista y muy conocida en Ceuta, descanse en paz de una vez por todas.