China vuela entre fuegos de artificio
La inauguraci¨®n condens¨® la historia del pa¨ªs con refinamiento y le dijo al planeta: esto fuimos, esto hicimos y esto somos
El s¨¦xtuple medallista de gimnasia Li Ning, de 45 a?os, dio la vuelta al estadio colgado del cielo a 70 metros de altura. Dando pasos como si corriera por el aire, lleg¨® al inmenso pebetero colocado sobre el techo del Nido de P¨¢jaro, acerc¨® la llama y un reguero de fuego subi¨® en espiral disparando una enorme llama que ilumin¨® el cielo de Pek¨ªn. Los Juegos de la XXIX Olimpiada hab¨ªan quedado inaugurados. Eran poco m¨¢s de las 12 de una noche t¨®rrida y h¨²meda en la que China entr¨® en ¨¦xtasis tras 100 a?os -seg¨²n hab¨ªa declarado el presidente chino, Hu Jintao- esperando el momento. Fuegos artificiales, m¨²sica, danza, artes marciales y un recuerdo emocionado a las v¨ªctimas del terremoto de Sichuan en la figura de un ni?o superviviente, de nueve a?os, protagonizaron un acto espectacular.
La p¨®lvora, el papel, la br¨²jula y la imprenta hicieron las delicias de un p¨²blico entregado
Todo funcion¨® como si fuera un desfile militar o un ejercicio de nataci¨®n sincronizada
La ceremonia dej¨® boquiabiertos a los 91.000 espectadores presentes, que agitaban linternas de colores entregadas por la organizaci¨®n, estallaban continuamente en aplausos y gozaron con el momento de gloria tan esperado.
China quiso trasladar un mensaje de unidad. "T¨² y yo, de un mundo, somos una familia", hab¨ªa escrito el responsable art¨ªstico, el director de cine Zhang Yimou. Pero el mensaje fue mucho m¨¢s all¨¢: condens¨® los 5.000 a?os de historia china con refinamiento para decirle al planeta: esto fuimos, esto hicimos y esto somos.
Zhang, autor de pel¨ªculas como La linterna roja o H¨¦roe, concibi¨® un espect¨¢culo a la medida de su cine reciente: visual, moderno y elegante, s¨®lo con un m¨ªnimo regusto a las populistas galas televisivas del A?o Nuevo chino, pero algo fr¨ªo y excesivamente centrado en el pasado milenario y poco en el presente. ?ste vino simbolizado, en particular, por el vuelo de dos astronautas sobre el estadio. Aseguran los chinos que para construir el futuro hay que mirar al pasado y esto hizo Pek¨ªn.
La ceremonia comenz¨® con una emocionante cuenta atr¨¢s con el Nido de P¨¢jaro en penumbra. A continuaci¨®n, estall¨® el rugir de 2.008 tambores. Los m¨²sicos golpeaban los instrumentos, cuyo origen se remonta 3.000 a?os atr¨¢s, mientras hac¨ªan movimientos de artes marciales al un¨ªsono y cantaban: "Los amigos han venido de lejos, qu¨¦ contentos estamos". Una referencia al fil¨®sofo Confucio, cuyo pensamiento forma la base de muchas ideas chinas y vive un renacer.
Despu¨¦s lleg¨® un refinado despliegue de fuegos artificiales en forma de pasos gigantes que cruzaron el cielo desde la plaza Tiananmen hasta el estadio. China invent¨® la p¨®lvora y la coheter¨ªa acompa?¨® la ceremonia desde el principio hasta el final. P¨®lvora, papel, br¨²jula e imprenta son cuatro de los grandes inventos que la civilizaci¨®n china ha aportado a la humanidad e hicieron las delicias de un p¨²blico entregado.
Hasta 14.000 j¨®venes actuaron en el despliegue, 9.000 de ellos miembros del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n, lo que explica, en buena medida, que todo funcionara como si fuera un desfile militar o un ejercicio de nataci¨®n sincronizada. Tambi¨¦n hubo escenas de ¨®pera china, con marionetas y figurantes vestidos con el color dorado imperial, y bailarines que escrib¨ªan con tinta china seg¨²n se deslizaban por el suelo. La Ruta de la Seda y las exploraciones marinas ocuparon un papel estelar en una coreograf¨ªa en la que se suced¨ªan el verde, el azul, el rojo y el amarillo fosforescente evocando los festivales de color de algunas de las majestuosas escenas de las ¨²ltimas pel¨ªculas de Zhang. Muy distintas de aquellas primeras que, a menudo, provocaron la ira de los censores del Gobierno por sus crudos retratos de la sociedad china
Un millar de bailarines, cubiertos con luces centelleantes, representaron la paloma de la paz y otros tantos, vestidos de blanco, entregaron un recital de artes marciales. Poco despu¨¦s desfilaron los deportistas de los 205 pa¨ªses participantes. Tras las palabras del presidente del Comit¨¦ Organizador de los Juegos de Pek¨ªn, Liu Qi; del presidente del COI, Jacques Rogge, y del presidente chino, Hu Jintao, era izada la bandera ol¨ªmpica. Minutos despu¨¦s entraba la antorcha en el estadio y, tras un relevo entre ocho atletas chinos, le llegaba el turno a Li Ning, que gan¨® tres medallas de oro, dos de plata y una de bronce en Los ?ngeles 1984. Un total de 2.008 caras hab¨ªan iluminado las paredes interiores el estadio.
Fue una ceremonia brillante. Volar siempre ocup¨® el imaginario colectivo chino y muchos fueron los actores que volaron en la ceremonia, de cuatro horas. Como vuelan los h¨¦roes de las pel¨ªculas de artes marciales, a las que tan aficionados son los chinos. Como vol¨® Li Ning, que encendi¨® la llama. Y el fuego subi¨® al cielo.
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