"?China vencer¨¢!"
Cientos de miles de personas se concentran en las calles de Pek¨ªn para gozar del acontecimiento entre grandes medidas de seguridad
No hubo pantallas gigantes de televisi¨®n con las que seguir la ceremonia de apertura, pero s¨ª cientos de miles de personas, un n¨²mero equivalente de polic¨ªas y militares y un calor tan h¨²medo y pegajoso como una noche de pesadillas. La plaza de Tiananmen, en el centro de Pek¨ªn, recibi¨® a los Juegos Ol¨ªmpicos con una ristra de fuegos artificiales verdes que arranc¨® a las 20.03 y fue explotando a lo largo del cielo de la ciudad hasta encender la Gran Muralla pasadas las once de la noche. El fuego del cielo ilumin¨® durante s¨®lo tres segundos a las ancianas que se afanaban en recoger botellas de pl¨¢stico para revenderlas y compiti¨® con miles de flashes levantados desde el suelo. Al primer chispazo, las frentes se giraron hacia el tapiz gris¨¢ceo que es la noche pekinesa y mostraron las m¨¢ximas b¨¦licas atadas a sus cabezas. "?Qu¨¦ quiere decir esto?", le preguntaron a un joven se?al¨¢ndole el rojo pa?uelo de letras doradas. "?China vencer¨¢!", contest¨® apretando el pu?o y marcando m¨²sculo. "?Vamos, China!", agreg¨®.
El Gobierno puso toda su maquinaria al servicio de la seguridad: el temor a las manifestaciones de protesta y a las aglomeraciones ya fue expresado antes de los Juegos. M¨¢s a¨²n cuando se trata de un lugar con el tr¨¢gico historial de la plaza de Tiananmen. Desde las cinco de la tarde, tres horas antes de la ceremonia y del cercano paso de la antorcha, militares y polic¨ªas vaciaron la plaza y se extendieron en posici¨®n marcial y a intervalos de diez metros por cada acera de la ciudad. No es una exageraci¨®n. El plan de control se ide¨® a escala china. Y en China todo se cuenta por millones. En cada intersecci¨®n, un moderno Passat o un viejo Volkswagen. Todos, veh¨ªculos militares y de la polic¨ªa, que se present¨® desarmada. Todos, con las luces de alarma. Todos, firmes como en una fotograf¨ªa fija.
Lleg¨® la noche, se arremolinaron los vecinos en las aceras ante los televisores y estallaron los juegos de agua y luces. Tambi¨¦n se ilumin¨® el cartel de los Juegos y su lema, en ingl¨¦s, Un mundo, un sue?o, entre murmullos de sorpresa.
Sobr¨® el intento de comunicaci¨®n con los extranjeros. La presencia de espectadores occidentales fue m¨¢s que excepcional. Los no chinos fueron tratados como una minor¨ªa distinguida: con la mayor¨ªa de las avenidas cortadas y los chinos encerrados como si fueran ganado en aceras incomunicadas por vallas y polic¨ªas, s¨®lo la acreditaci¨®n ol¨ªmpica abri¨® el paso por los pasillos subterr¨¢neos que conectan la plaza. A los occidentales les vacilan llam¨¢ndoles con t¨¦rminos que son de todo menos cari?osos. Ayer, no. Centenares de chinos buscaban un barbudo con el que fotografiarse.
Las calles se inundaron de banderas. El rojo con la estrella dorada china tom¨® los cuerpos en forma de capas, camisetas y bandanas. Gritaron las vendedoras mientras intentaban colocar miles de pegatinas y calcoman¨ªas que cubrieron caras con corazones con la bandera china. Y la mezcla no dej¨® a nadie indiferente: bajo la mirada del retrato de Mao, el l¨ªder de la larga marcha, pasaron las camisetas de Converse y de Green Day, bandera del rock comercial yanki. Nadie sali¨® a la calle sin c¨¢mara, deseoso el gent¨ªo de cazar el gran momento. Fueron tres horas de espera para tres segundos de fuegos artificiales. Un petardazo hasta que casi a medianoche el cielo estall¨® lleno de bailes, truenos y p¨®lvora.
Londres 2012, apabullada
La ceremonia inaugural apabull¨® a los organizadores de los pr¨®ximos Juegos, Londres 2012, seg¨²n advirti¨® el diario The Independent. "Ha sido la m¨¢s grande y costosa de la historia y los representantes londinenses ya han admitido que no tienen los recursos para igualarla", dice el peri¨®dico brit¨¢nico.
Los adjetivos grandilocuentes se apoderaron de los grandes peri¨®dicos para calificar la ceremonia. "Espectacular. Bella. Genial. Inspirada", recita el diario italiano La Repubblica mientras que The New York Times habla de un espect¨¢culo espl¨¦ndido y una celebraci¨®n de "la cultura china y del buen deseo internacional". "Los chinos han dado poes¨ªa y gracia a los movimientos de masa y ligereza a su viaje en el tiempo", abunda La Repubblica.
Mientras tanto, un centenar de tibetanos fueron detenidos por la polic¨ªa india despu¨¦s de que intentaran penetrar en la embajada china en Nueva Delhi, seg¨²n Efe. India es el hogar del Gobierno tibetano en el exilio y acoge al l¨ªder espiritual de esta comunidad, el Dalai Lama, adem¨¢s de a 100.000 refugiados. En Pek¨ªn, cientos de simpatizantes de T¨ªbet se manifestaron en el Parque del 28 de Febrero, bajo el lema Recordad al mundo las atrocidades cometidas por el Gobierno comunista chino.
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, volvi¨® a arremeter contra la limitada libertad de expresi¨®n y de culto de China. Antes de sentarse en el palco de autoridades del estadio, reiter¨® que la libertad es la mejor manera de promover la paz y la prosperidad del pueblo chino. Bush record¨® los acuerdos entre ambos pa¨ªses: las negociaciones para desmantelar el programa nuclear de Corea del Norte y la apertura comercial china hacia el mercado libre.
En un desaf¨ªo a las autoridades chinas, la organizaci¨®n Reporteros sin Fronteras emiti¨® ayer en China de manera clandestina un programa de radio sobre la libertad de expresi¨®n.
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