El espect¨¢culo de los redentores
La selecci¨®n de Estados Unidos, con Bryant y James a la cabeza, desata la pasi¨®n en el Centro Internacional de Prensa
Un pasillo de voluntarios y trabajadores de las empresas chinas que patrocinan los Juegos recibi¨® en la sala de conferencias del Centro Internacional de Prensa a los jugadores del equipo de baloncesto de Estados Unidos, hist¨¦ricos gritos de emoci¨®n incluidos. Cientos de periodistas, m¨¢s de 500, esperaban, expectantes y c¨®modamente sentados en los asientos de color anaranjado, a que el jefe de prensa iniciara el turno de preguntas. Fue Mike Krzyzewski, el seleccionador, quien tom¨® la palabra. "Es un honor para todos nosotros estar aqu¨ª representando a un gran pa¨ªs en China, otro gran pa¨ªs que ama el baloncesto como lo amamos nosotros. S¨®lo esperamos dar un buen espect¨¢culo", dijo. Efectivamente, lo dieron. Bast¨® con que el jefe de prensa anunciara que los jugadores atender¨ªan a los medios repartidos por la sala y que en la mesa principal se quedar¨ªan sentados el seleccionador, Kobe Bryant y LeBron James para que la pasi¨®n se desatara.
El partido contra China tiene todos los visos de batir un r¨¦cord mundial de audiencia
Periodistas y aficionados se abalanzaron sobre la tarima pisoteando las plantas que la adornan y haciendo in¨²til el esfuerzo de los voluntarios encargados de mantener el orden, a los que empujaron sin miramientos. Impasibles, las dos estrellas de la NBA se dejaron rodear y en segundos desparecieron durante casi una hora bajo una multitud de periodistas y mit¨®manos en busca de una firma mientras sus compa?eros se repart¨ªan por la sala. Los hubo que abandonaron la montonera exhaustos, sudorosos y felices. Como Wu Tao, t¨¦cnico acreditado para los Juegos Ol¨ªmpicos por la Panasonic, que, con l¨¢grimas en los ojos, besaba la camiseta blanca en la que Bryant hab¨ªa garabateado algo parecido a su nombre. "Es el d¨ªa m¨¢s feliz de mi vida", repet¨ªa, sollozante.
La locura desatada en el Centro Internacional de Prensa precedi¨® a uno de los momentos m¨¢s esperados en China, el partido que disputar¨¢ su selecci¨®n, con Yao Ming, contra el equipo estadounidense. El partido tiene todos los visos de batir un r¨¦cord mundial de audiencia televisiva y en la prensa china ha sido comparado a la diplomacia del tenis de mesa, como fueron calificados en 1971 los intentos de distensi¨®n pol¨ªtica entre ambos pa¨ªses.
Si en Barcelona 1992 la selecci¨®n norteamericana fue bautizada como el Dream Team (Equipo de Ensue?o), en Atenas 2004 se gan¨® el sobrenombre de Nightmare Team (Equipo Pesadilla) tras ser eliminada por Argentina. Ahora, con indudable acierto, los periodistas estadounidenses han bautizado a su selecci¨®n como Redeem Team (Equipo de la Redenci¨®n) en un ¨¢gil juego de palabras del que todos, Bryant a la cabeza, trata de escapar. "S¨®lo esperamos dejar un buen sabor de boca a nuestros seguidores ganando el oro para nuestro pa¨ªs", dijo la figura de los Lakers, que aguant¨® el asedio de manera muy profesional; "somos embajadores de un pa¨ªs y un deporte a los que amamos y debemos estar a la altura de lo que se espera de nosotros".
"Estamos listos para afrontar el partido contra China. Ser¨¢ el¨¦ctrico", avis¨® James, que, pese al agobio que supon¨ªa estar rodeado permanentemente por un grupo de 20 personas, tuvo arrestos para echarse unas risas. "?El rival a batir? ?Los Wizzards, como siempre!", asegur¨®. Tambi¨¦n ¨¦l dijo conocer la asistencia de George Bush al partido. Ser¨¢ la primera vez que un presidente de Estados Unidos presencie un partido de la selecci¨®n fuera del pa¨ªs. "Ser¨¢ un d¨ªa hist¨®rico para ¨¦l, para el baloncesto y para nosotros y queremos estar a la altura", anunci¨® el jugador de los Cavaliers.
Cerca, taponando el acceso a las cabinas de los traductores, que miraban la escena perplejos, Jason Kidd daba por favorito a Argentina -"es el campe¨®n, ?no?"- y apostaba por un partido complicado ante China. "Sabemos que el p¨²blico chino es muy caliente porque hemos jugado antes aqu¨ª, as¨ª que esperamos un ambiente infernal", reconoc¨ªa en una de las escaleras de la sala el base de los Mavericks ante diez periodistas. Y se negaba a aceptar que el equipo estadounidense sea un grupo de estrellas. "En la selecci¨®n no hay m¨¢s estrellas que las de la bandera. De lo que se trata es de ser un equipo", asegur¨®, y puso como ejemplo a Espa?a: "Juega bien porque, verdaderamente, es un equipo".
A una chica italiana que dijo llamarse Soledad se le escap¨® rodando por la escalera un bal¨®n de baloncesto sobre el que instaba a los jugadores a dejar su firma. El ruido que hizo al caerse el armatoste que serv¨ªa de fondo a las entrevistas con Carmelo Anthony distrajo a Chris Bosh mientras explicaba que la derrota ante Puerto Rico en los Juegos de Atenas de hace cuatro a?os le pill¨® saliendo de la Iglesia: "Fue un domingo, s¨ª, lo recuerdo perfectamente. Sal¨ªa y me dijeron: 'Hemos perdido'. Me gir¨¦ y pens¨¦: Dios, ?c¨®mo puede ser eso? Luego, comprend¨ª: s¨®lo es baloncesto".
Viendo la pasi¨®n desatada que ayer despert¨® su presencia, muchos dir¨ªan que es algo m¨¢s. John Walker, t¨¦cnico del Canal Ol¨ªmpico de Estados Unidos, lo relativiz¨®: "Siempre es igual. Son los chicos de la NBA. Ellos y nosotros estamos acostumbrados". A su lado, un c¨¢mara de televisi¨®n chino se daba de bruces contra el suelo mientras trataba de acercarse, caminando entre cables, al grupo que rodeaba a Jerry Colangelo, el manager del equipo norteamericano.
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