Fuego sahariano en Quevedo
Incendia la ola de aire africano media Europa y, en consecuencia, tambi¨¦n echa chispas la glorieta de Quevedo, el escritor madrile?o que ha albergado m¨¢s volcanes en su pecho. Arden las calles de Bravo Murillo, Arapiles, San Bernardo, Fuencarral y Eloy Gonzalo, que confluyen en la glorieta de Quevedo, y en el n¨²mero 124 de la calle de Bravo Murillo, estimulado, sin duda, por la memoria del autor de El Busc¨®n, caigo en la cuenta de que estoy ante una zapater¨ªa cuyo nombre -La Factory- es puro spanglish. Esta mezcla, en este caso, de castellano -La- y de ingl¨¦s -Factory- es la mejor prueba de que el ingl¨¦s se nos ha colado hasta en las suelas de los zapatos.
En el escaparate de La Factory veo unos zapatos de la marca Fluchos fabricados en Arnedo (La Rioja) y al instante siento una punzada en el coraz¨®n al recordar que, dos d¨ªas antes, he asistido en el cementerio de la Almudena a la incineraci¨®n de Leopoldo Alas, excelente poeta y brillante cultivador de otros g¨¦neros literarios que falleci¨® en Madrid el 1 de agosto. Para decirlo con frivolidad pop, que ¨¦l con tanto talento cultiv¨®, tambi¨¦n habr¨ªa que a?adir que el riojano Leopoldo Alas naci¨® en la patria de los Fluchos y de otras c¨¦lebres marcas de zapatos. Me viene a la mente el verso quevediano "hay en mi coraz¨®n furias y penas" y aplico las furias -aunque con moderaci¨®n: la indignaci¨®n no es para agosto- al monumento de Quevedo, inaugurado en 1902, y aplico las penas a la muerte de Leopoldo Alas, fallecido a los 45 a?os. Leopoldo Alas comparte su signo astrol¨®gico, virgo, con Quevedo, nacido en la, en su d¨ªa, calle del Ni?o, que hoy se llama calle de Quevedo, pegada a las calles de Cervantes y de Lope de Vega. A dos pasos se encuentran el convento de Trinitarias y la milagrosa iglesia de Jes¨²s de Medinaceli. Quevedo vivi¨® en una casa en la que ha lanzado al mundo sus libros la editorial El Magisterio Espa?ol. En el n¨²mero 5 de esta calle naci¨® Jos¨¦ Echegaray, un gran matem¨¢tico y un dramaturgo que fue nuestro primer premio Nobel.
Una carta escrita por el autor obliga a adelantar tres d¨ªas la fecha de su nacimiento
El monumento a Quevedo se erigi¨® con motivo de la mayor¨ªa de edad del rey Alfonso XIII. Su autor fue el escultor Agust¨ªn Querol. Figuras aleg¨®ricas en alto relieve -la Poes¨ªa, la S¨¢tira, la Historia, la Prosa-, decoran el pedestal, en cuyo cuerpo inferior se homenajea a algunas obras de Quevedo. El monumento, seg¨²n escribi¨® el gran madrile?ista Jos¨¦ Montero Alonso, fue inaugurado por Alfonso XIII el 5 de enero de 1902. El monumento a Quevedo, como todo Madrid, hierve estos d¨ªas. Y el S¨¢hara es, sobre todo, perceptible en el asfaltado de calles y carreteras que hace estallar los term¨®metros. Los trabajadores que asfaltan ahora las calles de Madrid trabajan con asfalto o aglomerado en caliente, que, seg¨²n leo -o sue?o que leo- en El sue?o del infierno, de Quevedo, tienen que estar a entre 165 y 170 grados: si el asfalto o aglomerado est¨¢n por debajo de los 140 grados la compactaci¨®n se va a fre¨ªr churros de san Gin¨¦s: unos churros que, por otra parte, prestan un gran servicio al p¨²blico trasnochador en sus desayunos.
Se revuelve furioso don Francisco de Quevedo en su estatua, que ha tenido en Madrid varios emplazamientos, y, este verano, este hombre que quiz¨¢ am¨® la pol¨ªtica incluso m¨¢s que la literatura, por una carta escrita a un amigo y recientemente descubierta, logra ser noticia. La biograf¨ªa del autor del verso "mir¨¦ los muros de la patria m¨ªa", referidos a la muralla ¨¢rabe de Madrid seg¨²n Jos¨¦ Manuel Blecua, sufre un aut¨¦ntico vuelco: ya sabemos que Quevedo naci¨® en Madrid tres d¨ªas antes de lo que cre¨ªamos. Hasta ahora cre¨ªamos que Quevedo hab¨ªa nacido el 17 de septiembre de 1580. Pero Jos¨¦ Luis Rivas, presidente de la Fundaci¨®n Francisco de Quevedo, acaba de declarar que una carta escrita por Quevedo a su amigo Sancho de Sandoval obliga a adelantar tres d¨ªas la fecha de su nacimiento. En la carta que Quevedo escribi¨® en Madrid a su amigo el 31 de mayo de 1639 le dec¨ªa que su nombre de pila, Francisco, le hab¨ªa sido impuesto "por haber nacido el d¨ªa de sus Llagas", refiri¨¦ndose a la impresi¨®n milagrosa de las llagas divinas de san Francisco de As¨ªs, acaecida en la madrugada del 14 de septiembre de 1224. Resulta c¨®mico que Quevedo, que fue una especie de skinhead con un talento verbal prodigioso, lleve el nombre de Francisco de As¨ªs, un precursor de los pac¨ªficos hippies. ?A que es verdad que, como dec¨ªa en Chamber¨ª el poeta latino Horacio, el tiempo huye, de Madrid a Arnedo, irreparable?
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