El 'caso Madeleine' bajo la lupa
Tres sospechosos, 700 testigos y un mont¨®n de contradicciones en el sumario de la polic¨ªa
Los habitantes y turistas de Praia da Luz, un peque?o pueblo del Algarve portugu¨¦s, recordar¨¢n la noche del 3 de mayo de 2007 como una de las m¨¢s inquietantes de su vida. M¨¢s de 20.000 folios, fotograf¨ªas, an¨¢lisis y reconocimientos recogidos durante 15 meses no han podido aclarar lo que sucedi¨®. Tampoco las m¨¢s de 700 personas que interrog¨® la polic¨ªa arrojan luz sobre qu¨¦ le ocurri¨® a la peque?a Madeleine McCann. ?Fue secuestrada por una red ped¨®fila? ?Muri¨® accidentalmente y su cuerpo fue ocultado? ?Sali¨® de la casa por su pie? Nada se sabe de la ni?a brit¨¢nica que desapareci¨® de un apartotel de ese pueblo costero. EL PA?S revisa el sumario del caso y analiza los detalles que permanec¨ªan ocultos.
Nada ha logrado desvelar el paradero de la peque?a Maddie
Hace dos semanas, la fiscal¨ªa portuguesa decidi¨® archivar el caso
?Fue secuestrada por una red ped¨®fila? ?Muri¨® accidentalmente?
Ninguna de las hip¨®tesis de la polic¨ªa pudo probarse
Maddie McCann fue vista por ¨²ltima vez por alguien que no fuera de su familia a las 17.00 de aquel d¨ªa. Lo que ocurri¨® hasta las 22.00, cuando Kate, su madre, dio la voz de alarma de su desaparici¨®n, es un misterio. Un enigma que empieza por las contradicciones que hay, seg¨²n la polic¨ªa, en los testimonios de sus padres. Los dos aseguran que salieron a cenar con unos amigos sobre las 19.30. Cuentan que dejaron a sus tres hijos durmiendo. Los mellizos Sean y Amelie (de un a?o y medio) acostados en sus cunas, y Maddie en la cama. Kate cont¨® que hab¨ªa dejado a la ni?a tapada. Gerry, el padre, sostiene que la ni?a dorm¨ªa sobre las mantas agarrada a su peluche preferido.
Los McCann, como todas las noches desde su llegada el 28 de abril a Praia da Luz, quedaron con Russel O'Brien y Jane Tanner, Mattew Olfield y Rachel Manpilly, y David Payne, su esposa Fiona y la madre de ¨¦sta. Todos dejaron a sus hijos (en total, ocho menores de cuatro a?os) durmiendo en sus apartamentos. Ten¨ªan reservada mesa en Tapas, uno de los restaurantes del complejo tur¨ªstico donde se hospedaban. El grupo cont¨® a la polic¨ªa que, "a falta de alguien que vigilara a los ni?os", idearon un sistema de turnos para verificar que todo iba bien en los apartamentos.
As¨ª comenz¨® el baile de sillas. A las 21.00, Matthew Olfield fue a ver a su hija. Escuch¨® junto a las habitaciones del resto de los ni?os y volvi¨® a la mesa. Entre 5 y 10 minutos despu¨¦s, Gerry McCann hizo lo mismo. Sostiene que sus hijos dorm¨ªan. Explic¨® a los investigadores que la puerta que va del sal¨®n al dormitorio estaba entreabierta. "Pens¨¦ que Madeleine se hab¨ªa levantado y vuelto a la cama", dijo. Fue al ba?o y volvi¨® a salir. Se encontr¨® con un vecino. Hablaron un rato, y volvi¨® al restaurante.
Lo que Gerry no percibi¨® es que a las 21.15 Jane Tanner fue a ver a sus hijos. Tanner sostiene que vio a Gerry y su vecino. Pero vio algo m¨¢s: a unos 10 metros, un hombre pas¨® llevando a una ni?a en brazos. La peque?a iba en pijama y descalza. Sin embargo, seg¨²n explic¨® a la polic¨ªa, lo ¨²nico que le extra?¨® es que la chiquilla no fuera tapada.
A las 21.30, Mattew Olfield volvi¨® a hacer la ronda. Pas¨® por el apartamento de los McCann. Los mellizos estaban durmiendo. Pero no mir¨® la cama de Madeleine. Olfield dijo a la polic¨ªa que la persiana estaba levantada. A las 22.00, fue el turno de Kate. La puerta y la ventana del cuarto estaban abiertas. Sean y Amelie dorm¨ªan. Madeleine hab¨ªa desaparecido.
"La versi¨®n de que alguien del grupo iba a los apartamentos para verificar que todo estaba bien cada 15 o 30 minutos cae por tierra", dice la polic¨ªa en el sumario. Seg¨²n sus declaraciones, hubo un momento de la cena en el que dos o tres faltaron de la mesa. Pero ning¨²n camarero lo recuerda. "Las declaraciones de todos resultan incoherentes, por lo que se verifica f¨¢cilmente que mienten", sostienen los investigadores. Pero nunca se pudo probar esa tesis policial.
?Persiana subida o bajada? ?Ventana abierta o cerrada? Kate y Gerry no se ponen de acuerdo. La mujer no recuerda haber abierto la ventana por la que, seg¨²n la polic¨ªa, hubiera entrado el posible raptor. Sin embargo, las ¨²nicas huellas que aparecen en ella son suyas. Pudieron quedar del d¨ªa anterior. La madre pudo tocarla la noche antes, cuando Gerry y Kate se pelearon, y la mujer durmi¨® en el cuarto de los ni?os.
Y, ?qui¨¦n era el hombre que vio Jane Tanner con una ni?a en brazos? La mujer no supo describir al individuo. "S¨®lo despu¨¦s de saber los colores del pijama, Jane concluy¨® que la ni?a era Madeleine", dice la polic¨ªa. Adem¨¢s de ella, otras tres personas avistaron al mismo individuo en las cercan¨ªas del Ocean Club. M¨¢s de una semana despu¨¦s, Tanner identific¨® al hombre como Robert Murat, un anglo-portugu¨¦s de 33 a?os que vive con su madre cerca del apartotel de los McCann. Murat ayudaba a las autoridades y actuaba como traductor de la polic¨ªa. Tanner no es la primera en comentar sus sospechas sobre Murat. El 8 de mayo, una llamada an¨®nima a la polic¨ªa informaba de que el raptor de la peque?a se llamaba Robert, que hablaba un portugu¨¦s fluido y que estaba ayudando a las autoridades. La denunciante alertaba de que el tal Robert "encriptaba" sus correos electr¨®nicos y frecuentaba chats de "contenido sexual".
Un d¨ªa despu¨¦s de esa inquietante llamada fue una periodista brit¨¢nica quien coment¨® sus sospechas sobre Murat. "Se le ve demasiado colaborador, curioso y cercano", dijo. La redactora record¨® a la polic¨ªa un caso similar en el que el secuestrador hab¨ªa colaborado con la polic¨ªa.
El anglo-portugu¨¦s continu¨® trabajando para la polic¨ªa hasta el 9 de mayo, escuchando y traduciendo m¨¢s de una veintena de testimonios que pudieron ser clave para la investigaci¨®n -la polic¨ªa dijo entonces que no prescindieron de Murat para no despertar sus sospechas-. Al final, se le declar¨® arguido [sospechoso]. A la declaraci¨®n de Tanner, que asegur¨® que le hab¨ªa visto ayudar en la b¨²squeda de Maddie la noche del 3 de mayo, se a?aden la de otros tres amigos de los McCann. Murat, en cambio, sostiene que esa noche no sali¨® de casa. Nadie m¨¢s dice haberle visto.
Si el hombre misterioso no era Murat, ?qui¨¦n era? Tres testigos -el irland¨¦s Martin Smith y sus hijos Aoife y Peter- le identificaron despu¨¦s ante las autoridades brit¨¢nicas como Gerry McCann. Pero, ?c¨®mo pudo ausentarse de la cena el padre de Madeleine sin que el resto del grupo se diera cuenta?
La polic¨ªa baraj¨® varias hip¨®tesis: el rapto de la ni?a, que la peque?a saliese sola y se perdiese -estas dos primeras ideas empezaron a perder fuerza unos meses despu¨¦s- o que hubiera muerto accidentalmente en el seno de la propia familia, que habr¨ªa ocultado el cad¨¢ver. La fiscal¨ªa ech¨® por tierra esta ¨²ltima tesis. "Aunque se pudiera tomar como sospechosos a los padres, a¨²n quedar¨ªa por probar c¨®mo, d¨®nde, cu¨¢ndo, con qu¨¦ medios, con ayuda de qui¨¦n y c¨®mo se libraron del cuerpo de la ni?a", dijeron.
Ninguna de las otras teor¨ªas pudo probarse. Centenares de personas llamaron diciendo que hab¨ªan visto a la peque?a. B¨¦lgica, Holanda, Espa?a, Marruecos, Indonesia, M¨¦xico... Siempre la misma descripci¨®n: una chiquilla rubia con una mancha caracter¨ªstica en un ojo. El sumario detalla centenares de esas posibles Maddies. La polic¨ªa asegura que investig¨® todas ellas.
En junio de 2007, empieza a cobrar fuerza la tesis de que Madeleine est¨¢ "probablemente muerta", y de que falleci¨® en el apartamento. El sumario precisa una veintena de b¨²squedas por playas, barrancos y descampados cercanos a Praia da Luz. Una de las hip¨®tesis m¨¢s desarrollada es que Maddie pudo haber sido arrojada al mar. Tambi¨¦n que su cuerpo pudo haber sido incinerado en un peque?o crematorio de animales, propiedad de Hoos Evert Hendrik, un holand¨¦s que lleva a?os en Portugal. Todo es investigado. Nada se concluy¨®.
En septiembre, la polic¨ªa se centra en la tesis de que la peque?a falleci¨® por un accidente dom¨¦stico o una negligencia. Estudi¨® si los padres pudieron suministrarle somn¨ªferos. Ese mes, Kate y Gerry son declarados arguidos. La polic¨ªa detalla que no descarta usar "mecanismos de presi¨®n" para lograr una confesi¨®n. Someten a la madre a un interrogatorio de 13 horas. La mujer se niega a contestar a una serie de preguntas -"?Tomaba Madeleine alguna medicaci¨®n?", "?Cu¨¢les eran sus h¨¢bitos de sue?o?", "?Suministraron a la ni?a alg¨²n sedante?"-, pero aguanta los ataques.
Hace dos semanas, diez meses despu¨¦s de esa declaraci¨®n, la fiscal¨ªa portuguesa decide archivar el caso. Ninguna pista, ninguna prueba -ni siquiera los famosos an¨¢lisis del ADN encontrados por perros-, ninguno de los cabos sueltos estudiados ha servido para desvelar el paradero de la peque?a. Seg¨²n los fiscales, ninguna de las hip¨®tesis de la polic¨ªa puede probarse. Se levanta por tanto la condici¨®n de arguidos de los tres sospechosos (los padres y Murat). El caso, sin embargo, no se cierra. Seg¨²n la legislaci¨®n portuguesa, puede permanecer abierto hasta 2022. Cualquier nueva pista podr¨ªa reabrirlo. Los avistamientos de la peque?a, con la caracter¨ªstica mancha marr¨®n en su ojo azul, contin¨²an.
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