Un 'Don Giovanni' tedioso y un banal 'Romeo y Julieta'

Los extremos se tocan. Don Giovanni, de Mozart, y Romeo y Julieta, de Gounod, son dos apuestas con vocaci¨®n de ¨¦xito de la actual edici¨®n del Festival de Salzburgo. Ninguna de las dos ha llegado a convencer. Don Giovanni es la nueva producci¨®n mozartiana. Claus Guth, el enfant terrible de la direcci¨®n de escena en Alemania, prosigue con su ciclo Mozart-Da Ponte en Salzburgo, del que ha dejado unas interesant¨ªsimas Bodas de F¨ªgaro los dos ¨²ltimos a?os y que culminar¨¢ en la pr¨®xima edici¨®n con Cos¨¬ fan tutte.

Es un director inteligente que ha salido airoso en una gama de autores que van de Wagner a Berio, pasando evidentemente por Mozart. Don Giovanni est¨¢ ambientado ¨ªntegramente en un bosque, una ocurrencia que da lugar a un ejercicio de estilo brillante, pero en el que la m¨²sica de Mozart queda, como m¨ªnimo, distante. Trata, supongo, de utilizar un espacio simb¨®lico, integrando a la naturaleza como fuente original generadora de conflictos, bajando a la selva oscura del alma e intentando hacer una lectura teatralmente descarnada y actual.

Si el sexteto de la reconciliaci¨®n final no encaja en la atm¨®sfera creada, se quita y basta, acabando la ¨®pera en la muerte de don Juan. Si la figura del seductor es demasiado ambigua para los tiempos que corren, pues se traza un Don Giovanni hortera y violento, con lo que todo queda m¨¢s claro a fuerza de perder matices. Las emociones desaparecen y Guth, a fuerza de mirarse el ombligo con sus genialidades, olvida a Mozart.

La direcci¨®n orquestal de Bertrand de Billy no solamente no ayuda, sino que entorpece con una lectura plana y espesa que hace irreconocible a la Filarm¨®nica de Viena. ?Y pensar que sucede en esta ¨®pera a Harnoncourt, Maazel, Barenboim y Muti! El reparto es correcto, aunque no brillante, ni mucho menos. En fin, un espect¨¢culo sopor¨ªfero.

Con Romeo y Julieta, de Gounod, el festival ha querido repetir la f¨®rmula de ¨¦xito Netrebko-Villaz¨®n, que tan buenos resultados econ¨®micos obtuvo en La Traviata hace unos a?os. Cancel¨® Anna Netrebko y ha habido que buscar chica guapa y joven que adem¨¢s cante bien.

La elecci¨®n recay¨® en la georgiana Nino Machaidze, que se desenvuelve adecuadamente pero sin el carisma de Netrebko. Una direcci¨®n de escena elemental de Bartlett Sher, propia de comedia musical, enmarca la representaci¨®n de una ¨®pera poco adecuada al esp¨ªritu de exigencia de Salzburgo, pero en la que se luce el tenor mexicano Rolando Villaz¨®n, con su magn¨ªfica l¨ªnea de canto y su punto permanente de histrionismo.

Dirige con ¨ªmpetu el joven canadiense Yannick N¨¦zet-S¨¦guin a la voluntariosa Orquesta del Mozarteum de Salzburgo. ?Las emociones? Se quedaron en el congelador.

Entre los experimentos con gaseosa en Mozart y la b¨²squeda del ¨¦xito a cualquier precio en Gounod, el Festival de Salzburgo contin¨²a con su pol¨ªtica art¨ªstica de bandazos. Se est¨¢ poniendo tan dif¨ªcil una buena tarde de ¨®pera como una corrida de toros. Incluso si la ¨®pera es en Salzburgo.