Adi¨®s al 'balonmano champagne'
El franc¨¦s Richardson, un central de otra ¨¦poca, certifica el cambio de estilo de juego
Espa?a gan¨® por 30-29 a Polonia -remont¨® en los ¨²ltimos 12 minutos una desventaja de cinco goles- y, terminado el partido, jugadores y t¨¦cnicos exhalaron un suspiro de alivio, se abrazaron y botaron en pi?a sobre la pista como si hubieran ganado una final. Tampoco habr¨ªa pasado nada si hubiesen perdido, salvo un golpe a la moral, una gota de duda m¨¢s sobre su potencial, una privaci¨®n del placer de la victoria que alimenta la mentalidad ganadora, la famosa din¨¢mica de ¨¦xito.
"Tal como se organizan estos torneos, el partido m¨¢s importante es el del cruce de cuartos y, dada la igualdad entre media docena de equipos, Francia, Dinamarca, Alemania, Croacia, Polonia, Espa?a..., nunca se sabe qu¨¦ es mejor". Quien habla as¨ª, explicando por qu¨¦ es posible ir de derrota en derrota hasta la victoria final -principio tan caro a los italianos, por ejemplo- es Jackson Richardson, que no es italiano, sino franc¨¦s de la isla de Reuni¨®n, que tiene 39 a?os y que durante m¨¢s de una d¨¦cada fue el mejor jugador del mundo.
"Espa?a est¨¢ m¨¢s organizada en la defensa, pero debe ir al m¨¢ximo"
"Ahora se juega m¨¢s deprisa, m¨¢s al choque, quiz¨¢s con menos poes¨ªa"
Richardson, que a¨²n mantiene las rastas que se convirtieron en su imagen de marca, est¨¢ en Pek¨ªn junto a un equipo de televisi¨®n haciendo reportajes para Canal +, viendo todo el balonmano que puede y derramando su mirada entre l¨²cida, pragm¨¢tica y resignada sobre un deporte que contribuy¨® a revolucionar desde su puesto de central, desde su juego intuitivo, genial y f¨ªsico a la vez. Estuvo viendo a Espa?a contra Polonia, salud¨® alegremente a sus antiguos compa?eros y rivales de la Liga Asobal, en la que estuvo entre 2000 y 2005 en el Portland; apreci¨® algunas cosas del juego del equipo de Juan Carlos Pastor -"ha subido bastante su nivel las ¨²ltimas semanas", dice; "est¨¢ mucho m¨¢s organizado en la defensa y en el ataque, pero s¨®lo ha jugado as¨ª 20 minutos y un equipo que quiera ser campe¨®n ol¨ªmpico debe jugar al m¨¢ximo los 60"- y comprob¨®, viendo c¨®mo los centrales y laterales espa?oles y polacos jugaban como martillos percutores contra un muro, buscando abrir huecos a la fuerza en las defensas a un ritmo siempre igual, sin cambios, que el juego ha cambiado desde sus tiempos de esplendor.
"Ha cambiado. Como todo", dice; "hay m¨¢s dinero, m¨¢s tiempo, m¨¢s cosas qu¨¦ hacer y se quiere hacer todo m¨¢s r¨¢pido, consumo inmediato. Y, as¨ª, todos los deportes. En el balonmano el nivel f¨ªsico ha subido much¨ªsimo, se juega m¨¢s deprisa, se juega m¨¢s al choque, quiz¨¢s con menos poes¨ªa". Cuando habla de poes¨ªa, Richardson -no podr¨ªa ser menos proviniendo de Francia- habla de la exaltaci¨®n del gesto t¨¦cnico, del pase bien dado, del manejo del tempo del juego por encima del mero esfuerzo f¨ªsico: "Es lo que llamaban en Francia el balonmano champagne". El balonmano que Richardson llev¨® a dos t¨ªtulos mundiales (1995 y 1991) y a un bronce ol¨ªmpico (1992).
Frente a las burbujas, que actualmente parece s¨®lo capaz de mantener a gran nivel la Croacia de Ivano Balic -los jugadores grandes como armarios capaces de moverse con elegancia y ligereza de pies de bailarines al ritmo genial de Balic, el Drazen Petrovic del balonmano-, quienes desean sobrevivir en los infernales ciclos competitivos actuales hablan de otras cosas. De "trabajo y orden", por ejemplo, los dos conceptos que quiere tatuar en el cerebro de sus chicos Pastor, quien desea seguir construyendo su equipo desde la defensa. "Nos han metido 29 goles los polacos, pero cuatro o cinco los han logrado no por una cuesti¨®n de defensa, sino por balones que hemos perdido en el ataque", explica; "en cuanto arreglemos ese problema, nos quedaremos en 25, que ser¨ªa lo ideal".
"Espa?a juega mucho", refrenda Richardson, "y eso que se nota la baja de Ur¨ªos, el mejor pivote del mundo. Pero yo no veo tan grave el problema de que se jueguen excesivos partidos al a?o. Cada vez son m¨¢s profesionales los jugadores, cada vez se preparan y se entrenan mejor. Veremos al final del torneo si Espa?a y Alemania, las dos Ligas m¨¢s fuertes, sufren ese problema, pero, a diferencia de los Mundiales, en los que los partidos son diarios, aqu¨ª son cada dos d¨ªas, lo que da m¨¢s tiempo para la recuperaci¨®n. Creo que cuando se notar¨¢ el cansancio ser¨¢ en el oto?o, cuando comiencen las Ligas nacionales".
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