El ¨²ltimo int¨¦rprete de las noticias

Ha muerto el quiosquero de mi barrio. As¨ª, de repente. Por la ma?ana y acompa?ado de su mujer. Alfonso sab¨ªa m¨¢s que los juntaletras, como sol¨ªa llamar a los periodistas. Su oficio era un arte y cada ma?ana descifraba como nadie cu¨¢l de las versiones de "realidad" que venden los peri¨®dicos era la cierta. Hab¨ªa prudencia en sus consejos pero era en¨¦rgico contra los tiranos. Sus recuerdos estaban grabados con un n¨²mero bajo la piel en su antebrazo izquierdo.

Yo compro siempre el mismo peri¨®dico, pero ahora me faltar¨¢ el comentario socarr¨®n de Alfonso, el ¨²ltimo int¨¦rprete de las noticias. Sus hijos y Adela, su mujer, son quienes pierden de verdad, pero siguen manteniendo por generaciones la dignidad de un oficio diario, como los peri¨®dicos que vend¨ªa.