La teatralidad como superpoder
En ?Menuda historia tengo que contaros!, de Shojiro Nishimi, corto que abre Batman. Guardi¨¢n de Gotham -antolog¨ªa de piezas animadas, lanzada directamente en DVD, que rellena el hueco entre Batman begins (2005) y El caballero oscuro (2008)-, un grupo de j¨®venes skaters comparte historias sobre el enigm¨¢tico superh¨¦roe. Cada uno de ellos ha percibido el personaje de forma distinta: como sombra intangible, murci¨¦lago monstruoso, robot implacable o h¨¦roe rotundamente humano. Quiz¨¢s el personaje creado por Bob Kane sea el superh¨¦roe m¨¢s susceptible de ser sometido a lecturas personales y, ante todo, divergentes. Batman, en otras palabras, puede ser lo que cada creador (o espectador) quiere que sea.
EL CABALLERO OSCURO
Direcci¨®n: Christopher Nolan.
Int¨¦rpretes: Christian Bale, Heath Ledger, Aaron Eckhart, Maggie Gyllenhaal, Morgan Freeman, Michael Caine.
G¨¦nero: ciencia-ficci¨®n. EE UU, 2008.
Duraci¨®n: 152 minutos.
En Batman begins, Christopher Nolan quiso dar forma al Hombre Murci¨¦lago m¨¢s grave y autoconsciente en la f¨¦rtil galer¨ªa de interpretaciones del personaje: un h¨¦roe (Christian Bale) capaz de disertar sobre la necesidad de teatralizar sus apariciones antes de entrar en acci¨®n. Cuando Bale se ce?¨ªa el uniforme de Batman, engolaba la voz, dentro de su razonado sentido de la teatralidad. A Christopher Nolan le pasa lo mismo que a su actor: cuando habla de superh¨¦roes tiende a la pompa y a la circunstancia. Versi¨®n corregida y aumentada de su primera aproximaci¨®n al personaje, El caballero oscuro bien podr¨ªa ser la pel¨ªcula de h¨¦roes enmascarados m¨¢s hipertr¨®fica de la historia. Tambi¨¦n es la m¨¢s pagada de s¨ª misma.
El caballero oscuro quiere ser una disecci¨®n, en clave de pesadilla, de las mec¨¢nicas del caos y los equilibrismos entre la legalidad visible y la ilegalidad invisible (o las negociaciones entre el poder y sus cloacas) en un infierno urbano golpeado por el ejercicio arbitrario del horror. Podr¨ªamos estar ante una revisi¨®n apocal¨ªptica de El doctor Mabuse, aunque Nolan se empe?a en pensar, equivocadamente, en El padrino II: hay secuencias poderosas, Heath Ledger borda una aut¨¦ntica creaci¨®n con el personaje del Joker, pero a Nolan le pierden las grandes palabras y la obsesi¨®n por inflamar el sustrato filos¨®fico del asunto, desatendiendo los m¨¢s relevantes detalles de la carpinter¨ªa causal de su gui¨®n.
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