?Le han robado un 'picasso'?
El FBI busca a los propietarios leg¨ªtimos de 300 obras de un oscuro coleccionista
El FBI no s¨®lo busca criminales. Desde el lunes tambi¨¦n se interesa por los leg¨ªtimos propietarios de una serie de obras de arte -desde picassos a morandis- que pertenec¨ªan al neoyorquino William Kingsland y que han resultado ser piezas robadas.
Este misterioso coleccionista, c¨¦lebre en los c¨ªrculos art¨ªsticos de Nueva York pero con un oscuro pasado que le llev¨® a acumular m¨¢s de 300 obras sin que nadie supiera bien c¨®mo, falleci¨® hace dos a?os sin dejar herederos.
Como suele ocurrir en estos casos, el administrador de Nueva York decidi¨® poner la colecci¨®n a la venta a trav¨¦s de las casas de subastas Christie's y Stair Galleries. Pero al catalogar las obras, Christie's descubri¨® que varias de ellas hab¨ªan sido robadas en los a?os sesenta y setenta. Adem¨¢s, uno de los clientes de Stair Galleries descubri¨® que una de las obras que hab¨ªa adquirido por 84.000 d¨®lares (56.400 euros) firmada por John Singleton y procedente de la colecci¨®n de Kingsland, tambi¨¦n estaba en la lista negra de obras robadas.
El descubrimiento puso en marcha la investigaci¨®n del FBI, que de pronto se encontraba frente a m¨¢s de 300 obras de dudosa procedencia de artistas como Alberto Giacometti o Picasso. "Debido al tama?o de esta colecci¨®n y a la complejidad de las investigaciones sobre el origen de los cuadros, hemos decidido hacer p¨²blicas las obras para poder encontrar antes a sus due?os", afirma el FBI en un comunicado colgado en su web, que acompa?a de las fotograf¨ªas de 140 obras que pertenec¨ªan a Kingsland y que la agencia sospecha que tambi¨¦n podr¨ªan haber sido adquiridas por el coleccionista de forma ileg¨ªtima.
De Kingsland apenas se sabe nada. Su colecci¨®n se encontr¨® abigarrada en el interior de su peque?o apartamento tras su muerte hace dos a?os. Pese a tener muchos conocidos, pr¨¢cticamente nadie hab¨ªa entrado all¨ª mientras ¨¦l viv¨ªa. Su verdadero nombre era Melvyn Kohn y hab¨ªa crecido en el Bronx. Despu¨¦s, se mud¨® al Upper East Side de Nueva York, donde se hizo c¨¦lebre entre la clase alta de la zona por su gran dominio de los campos del arte, la arquitectura y la literatura.
Curiosamente, su propia colecci¨®n est¨¢ marcada por el robo; uno de los peones que contrat¨® el Ayuntamiento de Nueva York tras su muerte para depositar la colecci¨®n en un almac¨¦n fue acusado de sustraer dos bocetos de Picasso valorados en 30.000 d¨®lares (20.000 euros). Y eso que aqu¨¦lla no era la primera vez que los dibujos cambiaban de manos de forma il¨ªcita. Antes de llegar a la colecci¨®n de Kingsland hab¨ªan sido robados de una galer¨ªa neoyorquina en los a?os sesenta.
Seg¨²n datos del FBI, el robo de obras de arte provoca p¨¦rdidas anuales de 6.000 millones de d¨®lares a escala internacional. La agencia tiene 13 agentes especializados en investigar este tipo de cr¨ªmenes y un archivo de obras robadas que puede ser consultado por las autoridades de todo el planeta. Fue este equipo el que descubri¨® a los autores del robo del goya Ni?os en el carret¨®n, cuya desaparici¨®n desluci¨® la inauguraci¨®n en el Museo Guggenheim de la exposici¨®n Pintura espa?ola: del Greco a Picasso hace ahora casi dos a?os.
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