Festival chino
Las chicas suman otro oro, el primero de su historia por equipos
Cuando Cheng Fei enfilaba su ¨²ltima diagonal resopl¨® y lanz¨® una mirada desafiante. En sus manos estaba una victoria hist¨®rica. Salv¨® la ¨²ltima dificultad, la m¨²sica se apag¨® y lo celebr¨® cerrando los pu?os con fuerza antes incluso de que los jueces dieran la nota. Varias veces. Un gesto poco habitual en las gimnastas chinas.
La campeona del mundo de suelo y salto, la ¨²nica superviviente del equipo chino de Atenas 2004, la gran capitana que hab¨ªa puesto poco antes en peligro el t¨ªtulo al caerse de la barra, salud¨® al p¨²blico. Se abraz¨® a sus entrenadores. Casi con rabia. Y esper¨® con sus compa?eras, m¨¢s ani?adas, con menos experiencia, algunas llorando como peque?as mu?ecas, hasta que el marcador confirm¨® el primer triunfo de la gimnasia femenina china por equipos. Un triunfo que vale doble porque la derrotada es Estados Unidos, la campeona del mundo que ha llegado a Pek¨ªn con dos estrellas -Shawn Johnson y Nastia Liukin son las grandes favoritas para el t¨ªtulo individual- y porque rompe la leyenda que habla de la excelencia del programa chino y de su inconsistencia en las grandes competiciones.
Las campeonas fueron interrogadas sobre su edad, cuestionada por medios de EE UU
Chinas y americanas est¨¢n hoy a a?os luz de rumanas -bronce ayer, campeonas hace cuatro a?os- y rusas, que luchan desde 1993 por recuperar la gloria que les rob¨® la descomposici¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Las americanas, m¨¢quinas que cuentan sus ejercicios por clavadas, fallaron esta vez m¨¢s de la cuenta. Alicia Sacramone se cay¨® en la entrada de la barra y acab¨® una de las diagonales sentada. Liukin y Johnson se salieron del tapiz. Pero no regalaron el oro, sino que se lo robaron seis chicas prodigiosas que, como sus antecesoras, destacan sobre todo en paralelas -aquel oro de Ma Yanhong en Los ?ngeles 1984 o de Li Lu en Barcelona 1992- y barra, pero que han aprendido en los ¨²ltimos a?os a hacerse fuertes en salto y suelo. Cheng, con sus t¨ªtulos mundiales, es el mejor ejemplo de ello.
La diferencia al final fue de dos puntos (188,900 por 186,525) tras una competici¨®n vibrante que no se decidi¨® hasta el ¨²ltimo momento.
Pero tras las formales felicitaciones entre las m¨¢ximas rivales, en la sala de prensa pocos quisieron hablar de gimnasia. Las campeonas afrontaron una bater¨ªa de preguntas sobre su edad, cuestionada por The New York Times y otros medios estadounidenses antes de que empezara la competici¨®n. "?Eres consciente de que la gente piensa que tienes menos de 16 a?os [edad que deben cumplir las gimnastas en 2008 para competir en los Juegos]?", le preguntaron a He Kexin, seg¨²n la agencia Reuters. "?C¨®mo celebraste tu 15? cumplea?os?". "?Qu¨¦ signo del zodiaco eres?", interrogaron a otra compa?era.
He, un prodigio de las paralelas, respondi¨®: "Tengo 16 a?os. No me importa lo que digan". Y cerr¨® el interrogatorio, Lu Shanzhen, responsable de la gimnasia china y ayer el hombre m¨¢s exultante del mundo: "Compru¨¦benlo con el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) y la Federaci¨®n Internacional de Gimnasia (FIG)". El s¨¢bado la FIG hab¨ªa hecho un comunicado aclarando que el COI le hab¨ªa confirmado que "todos los pasaportes son v¨¢lidos". El Times mostraba sus dudas sobre la edad de tres de las gimnastas chinas bas¨¢ndose en informaci¨®n contradictoria encontrada en Internet.
Es un debate f¨¢cil. Cheng Fei tiene 20 a?os, mide 1,53m y pesa 42 kilos, seg¨²n su ficha de la FIG. Nadie cuestiona su edad. Como tampoco cuestionan la de la diminuta Shawn Johnson, campeona del mundo, y sin altura y peso oficiales. Pero s¨ª lo hacen con Jiang Yunyuan -16 a?os, 1,40m y 32 kilos-. La pol¨¦mica est¨¢ abierta en un deporte protagonizado por ni?as desde los a?os 70, pero que es de los pocos que limitan la edad para competir.
Lo que no deber¨ªa, al menos sin pruebas contundentes, es empa?ar un triunfo hist¨®rico.
Estados Unidos prepara la revancha
China es un gigante. Estados Unidos tiene dos estrellas. Son lecciones de la final por equipos que anuncian un duelo a muerte por el t¨ªtulo individual (viernes, 5.15 de la ma?ana, hora peninsular), la que decide la reina de los Juegos.
Para ese d¨ªa los expertos vaticinan un duelo fratricida entre las americanas Shawn Johnson, una hormiga at¨®mica en manos del chino Liang Chow desde los tres a?os, y Nastia Liukin, hija del campe¨®n ol¨ªmpico sovi¨¦tico Valery Liukin, que es su entrenador.
Ni su f¨ªsico ni su gimnasia pueden ser m¨¢s diferentes.
Johnson, 16 a?os, es menuda y explosiva, de piernas cortas, sonrisa permanente y car¨¢cter imperturbable. Su estreno en una gran prueba, en 2007, acab¨® coron¨¢ndola campeona del mundo. La chica de Iowa destaca en salto y barra.
Liukin, 18 a?os, es alta y estilizada -m¨¢s de 1,60m-, de m¨²sculo alargado, gimnasia pausada y elegante. Y tambi¨¦n le va la barra, aunque donde reina es en las paralelas. En este aparato logr¨® la nota m¨¢s alta de la competici¨®n (16,900, que con el actual sistema roza la perfecci¨®n). Pero Liukin, que perdi¨® su primer mundial en 2005 por 0,001 puntos, no ha tenido suerte. Ha pasado un par de lesiones importantes y tiene un punto flaco: un salto que no est¨¢ a la altura de una campeona. El duelo est¨¢ servido. Con permiso de las chinas.
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