"Lavapi¨¦s es el mejor pueblo de Espa?a"
"Hazme simp¨¢tico si puedes; s¨¦ que es dif¨ªcil", suplica medio en broma Ian Gibson (Dubl¨ªn, 1939) al fot¨®grafo que le retrata en la plaza de Lavapi¨¦s. Se equivoca. Es facil¨ªsimo congeniar con el historiador y bi¨®grafo de personajes como Garc¨ªa Lorca y Dal¨ª. Un d¨ªa antes, al tel¨¦fono, se hizo un poco de rogar. "Es que me vas a preguntar por el libro en el que estoy trabajando y no puedo hablar de ¨¦l". Una mentira piadosa —"no, no, hablaremos del verano y otras cosas intrascendentes"— y Gibson ya ha aceptado. Tiene que ser en Lavapi¨¦s, el barrio donde vive desde hace cinco a?os. Despu¨¦s de las fotos se acerca al bar Er G¨¹ishi. "A ver si est¨¢ abierto. Sirven molletes de Antequera". Est¨¢, y adem¨¢s lo regenta un periodista que tambi¨¦n ha escrito una biograf¨ªa de Lorca. "Por supuesto cit¨¢ndole a usted todo el rato", piropea al hispanista.
El autor est¨¢ acabando su ¨²ltimo libro, un ensayo del que no da pistas
Pregunta. Con lo fresquito que estar¨ªa usted en Dubl¨ªn...
Respuesta. Cuando voy all¨ª ya no conozco a nadie. La gente me pregunta si echo de menos Dubl¨ªn, y no, porque lo tengo dentro. Releo constantemente a Joyce y tengo su Dubl¨ªn muy metido en la cabeza y en los sentimientos. Pero all¨ª me siento perdido; cuando voy sufro.
P. Antes vivi¨® en un pueblecito granadino. ?Qu¨¦ le trajo aqu¨ª?
R. La Biblioteca Nacional, que es casi donde vivo, me quedaba muy lejos. Yo realmente soy madrile?o y tengo que estar aqu¨ª; necesito a Madrid.
P. Las fiestas de Lavapi¨¦s le habr¨¢n aliviado el agosto.
R. No he salido mucho. No me gusta la muchedumbre, el ruido. No soy hombre de masas, pero no por esnobismo, sino porque me asusta un poco. Adem¨¢s, estoy obsesionado con lo que estoy haciendo. Pero s¨ª que salgo a veces y tomo una copa o voy a restaurantes con mi mujer.
P. ?Y las otras noches?
R. Voy al cine o veo pel¨ªculas en casa, porque estoy trabajando en una biograf¨ªa de Luis Bu?uel. No s¨®lo sus 32 filmes, sino todo el mundo cinematogr¨¢fico que le rode¨®: Fritz Lang, Lubitsch, c¨®micos como Buster Keaton, Chaplin, Harold Lloyd... Es algo nuevo, porque yo he sido sobre todo de lecturas. Es un poco vergonzoso, pero hay muchas pel¨ªculas que no vi en su tiempo. No vi El ¨²ltimo tango, que es de mi ¨¦poca. ?Qui¨¦n no la ha visto!
P. ?Qu¨¦ tiene Lavapi¨¦s?
R. Vine porque quer¨ªa estar al lado del Reina Sof¨ªa, poder ir a pie. De vez en cuando le pregunto en broma a mi mujer si vamos a Madrid. Lo grande de Lavapi¨¦s es que es un pueblo, el pueblo que m¨¢s me gusta de Espa?a, porque est¨¢ en Madrid. Y subir por estas pendientes fabulosas. Es como el Montmartre espa?ol.
P. Recomiende un sitio que nadie deber¨ªa perderse.
R. El cementerio civil, que no conoce nadie. Es un sitio peque?o, recoleto, con sombra. Hay que ver la tumba de Salmer¨®n, con su inscripci¨®n: "Dej¨® la presidencia por no firmar una sentencia de muerte". Ah¨ª est¨¢ toda la gente de la Primera Rep¨²blica, de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza, los jud¨ªos, los rojos y los masones. Es el libro de historia m¨¢s fabuloso para leer en agosto.
P. Deme alguna pista sobre ese libro sobre el que le dije que no le preguntar¨ªa.
R. Ah, no, no puedo. S¨®lo que es un ensayo.
P. Lo simultanea con la biograf¨ªa de Bu?uel.
R. Siempre trabajo en dos o tres proyectos a la vez. Con Bu?uel llevo un a?o y me va a ocupar otros dos.
P. En 15 d¨ªas entrega el ensayo. Y luego, ?vacaciones?
R. Voy 10 d¨ªas a Huelva. Mis vacaciones suelen estar relacionadas con el trabajo. Tendr¨ªas que hablar con mi mujer. Est¨¢ hasta aqu¨ª de estar casada con un bi¨®grafo. Voy a ver la casa de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez en Moguer porque quiero ver un papel all¨ª.
P. No es usted de playa.
R. Odio las playas. No me gusta ense?ar los michelines que he acumulado delante del ordenador. Siempre digo que en septiembre empiezo el gimnasio, pero no lo hago. Tengo que hacer algo. Si estoy casi medio muerto. Tengo casi 70 a?os. Yo cre¨ªa que no me pasar¨ªa nunca a m¨ª. A los dem¨¢s s¨ª, pero a m¨ª no. Es un asco; es horroroso.
Se r¨ªe a carcajadas y dirige la vista a la barra. "Bueno, vamos a comer estos molletes".
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