Barcelona intenta acabar con la red de los 'lateros'

Un hombre paquistan¨ª, con camiseta a rayas, estaba el mi¨¦rcoles por la noche en La Rambla, en Barcelona, a la altura de Bon Succ¨¦s, con una bolsa de latas de cerveza. Una pareja de urbanos motorizados asom¨® entonces por la cabeza del paseo y r¨¢pidamente el vendedor coloc¨® el paquete en una papelera, oculta bajo la bolsa de basura. Los guardias giraron entonces en la calle de Tallers y, pasado el peligro, el mismo hombre fue a la tapa de una alcantarilla, abierta porque all¨ª los basureros conectan sus mangueras, y recogi¨® otro paquete de latas. El fen¨®meno de los lateros se ha agudizado este verano en Ciutat Vella y el Ayuntamiento, que ha requisado en dos meses 50.000 latas, est¨¢ dispuesto a combatirlo. El alcalde, Jordi Hereu, dijo ayer que la oferta est¨¢ "presionando mucho", que en algunos puntos es agresiva, y que quiere atajar la ra¨ªz del fen¨®meno.

Los vendedores paquistan¨ªes esconden las latas en cloacas

"Estamos combatiendo el problema para frenarlo desde su origen y localizar a los mayoristas. No nos estamos relajando ni en la playa ni en la plaza de Catalunya, sino todo lo contrario", dijo el alcalde. Desde que se est¨¢ aplicando el dispositivo especial del verano en Barcelona, que abarca el periodo desde el 15 de junio al 30 de septiembre, se han decomisado 50.894 latas (17.330 en las playas). La cifra, seg¨²n Assumpta Escarp, responsable de la V¨ªa P¨²blica, es similar al del mismo periodo del a?o anterior, cuando se retiraron de la calle 45.000. De hecho, en un par de d¨ªas de las fiestas de la Merc¨¨ de 2007 se requisaron 38.000 latas y en todo 2006, 126.000. La venta y el consumo de alcohol en la v¨ªa p¨²blica est¨¢n prohibidos en Barcelona por la ordenanza de civismo.

La cuesti¨®n es que el Consistorio, al que muchas entidades vecinales han acusado de apartar la mirada ante la proliferaci¨®n de vendedores, quiere frenar el problema por varias razones. Primero porque los bares se quejan del descenso de sus ventas y, como subray¨® Hereu, genera un problema de competencia desleal; otro de car¨¢cter vecinal, al implicar que durante toda la noche la gente consuma cerveza, y, tambi¨¦n, de salud p¨²blica, como reconoci¨® Escarp. "Los vendedores esconden las latas bajo las alcantarillas, las ratas orinan encima y luego la gente se las bebe", explic¨® un agente en Las Ramblas, harto de decomisar latas y de la dificultad de frenar un fen¨®meno que alarga la fiesta por un euro.

Las decenas de vendedores act¨²an de dos formas distintas. Por un lado, est¨¢ el paquistan¨ª que va por libre y que compra la media docena de cervezas en un supermercado y, por otro, los que est¨¢n integrados en una red ya organizada. No hace mucho se llegaron a localizar en un falso comercio 14.000 latas y los investigadores est¨¢n en contacto con la casa Damm para que controle sus puntos de distribuci¨®n. Las bebidas tambi¨¦n las almacenan en pisos y naves y las distribuyen, entre otras formas, en bicicleta. Cuando llegan al punto de venta, principalmente en Ciutat Vella -en Gr¨¤cia la venta ha descendido- las esconden en papeleras, contenedores, jardineras de terrazas y en las alcantarillas. La red se ha diversificado tanto que, de madrugada, los vendedores cambian las latas por unas bandejas de cart¨®n en las que ofrecen bocadillos y peque?os cruasanes. "Cada vez tienen menos verg¨¹enza", dice un agente, que reconoce que los polic¨ªas se sienten desbordados ante un problema al que no ven fin.