Adi¨®s al gran 'pecho pollo'
Van den Hoogenband se despide con la grandeza de un campe¨®n
"Odio nadar". El destino tiene extra?os gui?os, as¨ª que aquel ni?o que ten¨ªa berrinches en la piscina se despidi¨® ayer en Pek¨ªn tras una carrera extraordinaria, con un puesto vitalicio en la cofrad¨ªa de los grandes velocistas de la historia. A sus 30 a?os, Pieter Van den Hoogenband, triple campe¨®n ol¨ªmpico, le dijo adi¨®s a la competici¨®n tras ser quinto en la final de 100 metros libres en la que se impuso el franc¨¦s Alain Bernard, el mismo que en marzo pasado pulverizara su fabuloso r¨¦cord mundial en esta distancia, fijado en Sidney 2000, cuando VDH se convirti¨® en el primer nadador en bajar de 48 segundos (47,84s). De alguna forma, aquel registro de Bernard agudiz¨® en VDH su idea de la retirada. Bernard, a la cabeza de una nueva y brillante generaci¨®n de sprinters, bati¨® su marca en los Europeos de Eindhoven. En esa ciudad holandesa comenz¨® la leyenda de Van den Hoogenband, que lleg¨® a ser reconocido como una estrella pop en su pa¨ªs, el ¨²nico capaz de discutir la jerarqu¨ªa del f¨²tbol oranje.
Hijo de Cornelius, cirujano traumat¨®logo del PSV Eindhoven, y de Astrid Velver, subcampeona de Europa de 800 libre en los setenta, Pieter claudic¨® ante los deseos maternos y fue zambullido a la piscina desde que era un cr¨ªo. Tanto a su padre como a ¨¦l les tiraba el f¨²tbol del PSV, donde se acunaba por entonces uno de sus grandes amigos de siempre, Ruud Van Nistelrooy.
Finalmente, Pieter complaci¨® a sus dos progenitores y se dedic¨® al waterpolo, agua y bal¨®n. Result¨® que era un gran nadador y un p¨¦simo pasador de la pelota. Con ese panorama, no hubo m¨¢s remedio que atender los deseos maternos. Astrid convenci¨® a su marido para que aprovechara sus contactos en el PSV y pudiera crear en Eindhoven una escuela de nataci¨®n. El club y algunos de sus patrocinadores entregaron a la causa 35.000 d¨®lares y Pieter encontr¨® un escenario cualificado para lanzar su carrera dirigido por Jacco Verhaeren, novio de la otra gran nadadora holandesa de comienzos de siglo, Inge de Bruijn.
Con 18 a?os, VDH fue cuarto en Atlanta 96. Eran los tiempos en los que reinaba un mito de la velocidad, Alexander Popov. Frente a la excelencia del extraordinario nadador ruso, que se comportaba como un zar en la piscina, el holand¨¦s despuntaba no s¨®lo por sus marcas, accesibilidad y simpat¨ªa, sino por su morfolog¨ªa. Pieter ten¨ªa una extra?a concavidad a la altura del estern¨®n, por lo que sus compa?eros y adversarios le apodaban Pecho Pollo. "Gracias a ese hundimiento le resbala mejor el agua", sosten¨ªa su madre. Tras unos a?os en los que intent¨® compaginar el deporte con los estudios, VDH regres¨® como un turbo en 1999, cuando en los Europeos de Estambul destron¨® a Popov, en los 100 y 50 metros. Un anticipo de su explosiva e inolvidable participaci¨®n en los Juegos de Sidney de 2000.
En Australia, meca de la nataci¨®n, el holand¨¦s se proclam¨® campe¨®n en 100 y 200 metros libre, superando a Popov y al ¨ªdolo local, Ian Thorpe, al que hasta esa fecha se ten¨ªa por invulnerable. En ambas distancias, VDH bati¨® el r¨¦cord del mundo y caus¨® un estupor general entre la apasionada e ilustrada afici¨®n aussie. Pese al disgusto, el p¨²blico le despidi¨® con una gran ovaci¨®n. En dos a?os, el holand¨¦s hab¨ªa sepultado a dos iconos como Popov y Thorpe. Algunos incr¨¦dulos quisieron indagar en aspectos tenebrosos. Cornelius, el padre de Pieter, cort¨® el asunto de ra¨ªz tras ser acorralado en Sidney por unos cuantos periodistas: "Si mi hijo se dopara le partir¨ªa las piernas". En aquellos Juegos, VDH tambi¨¦n se colg¨® el bronce en los 50 metros y en el relevo 4x200 libre. Cuatro a?os despu¨¦s, en Atenas, repiti¨® el oro en los 100 y fue plata en 200 y 4x100.
En Pek¨ªn, ayer, dijo basta. Lleg¨® a la final con la tercera mejor marca, pero no pudo resistir el ritmo de Bernard y el australiano Eamon Sullivan, dos cuchillos sobre el agua que en las semifinales, con cinco minutos de diferencia, hab¨ªan batido una vez cada uno el r¨¦cord mundial. En la final, VDH dio el giro a los 50 metros con el peor tiempo (23,25s), pero en el segundo tramo fue el m¨¢s r¨¢pido (24,50s), por delante incluso de Bernard (24.68). "Hay una nueva y gran generaci¨®n; es el momento de retirarse", dijo VDH al salir de la piscina. En estos tiempos de v¨¦rtigo natatorio, Pieter ya ha ganado con creces el jubileo. De ni?o odiaba la nataci¨®n, quiz¨¢ ahora la a?ore.
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