P¨¢ginas arrancadas de un libro
Qu¨¦ corta es la memoria del ser humano y cu¨¢nto puede cambiar la historia del pasado tal como lo concebimos hasta ahora! Y, sobre todo, qu¨¦ mal hemos sabido respetar los indicios que las antiguas civilizaciones desaparecidas dejaron, para poder interpretarlos y conocerlas mejor. Si hay unos sentimientos que han dominado a los estudiosos de las culturas precolombinas en Am¨¦rica Latina son la indignaci¨®n y la impotencia ante el expolio sistem¨¢tico y la destrucci¨®n que han sufrido los yacimientos arqueol¨®gicos durante siglos. S¨®lo la puesta en valor de esos vestigios del pasado est¨¢ impulsando a los actuales gobiernos a proteger el patrimonio cultural con algo m¨¢s de celo.
En las ¨²ltimas semanas han saltado a la prensa las noticias de importantes hallazgos arqueol¨®gicos tanto en M¨¦xico como en Per¨². Ambos, cerca de lugares estudiados y conocidos desde hace tiempo. La m¨¢s reciente, a poca distancia de las imponentes ruinas de Chich¨¦n Itz¨¢, en la pen¨ªnsula de Yucat¨¢n, un enclave muy visitado por el turismo. Seg¨²n el arque¨®logo mexicano Jos¨¦ Osorio Le¨®n, encargado de campo del proyecto, lo que han encontrado a menos de un kil¨®metro de Chich¨¦n Itz¨¢ podr¨ªa ser la construcci¨®n m¨¢s temprana del lugar, una ciudadela habitada por la ¨¦lite maya, de una antig¨¹edad entre 800 y 1000 despu¨¦s de Cristo, con un palacio y diversas construcciones ceremoniales.
Hace menos de un mes, se daba tambi¨¦n la noticia del descubrimiento de lo que podr¨ªa ser la ciudad m¨¢s antigua de Am¨¦rica, construida hace 5.500 a?os, en el complejo arqueol¨®gico de Sech¨ªn, en la costa norte de Per¨², llevado a cabo por un grupo de arque¨®logos alemanes y peruanos, encabezado por Peter Fuchs. "Ha habido mucho expolio durante siglos. Los huaqueros (saqueadores de tumbas) venden los objetos valiosos a los coleccionistas y a?os m¨¢s tarde muchas piezas terminan en los museos o en subastas. Lo que nos duele a los arque¨®logos es que el objeto, al quedar separado del yacimiento, pierde todas las posibilidades de asociaci¨®n. Son como las p¨¢ginas arrancadas de un libro. Se puede leer algo, pero no se sabe de qu¨¦ totalidad forma parte", afirma el arque¨®logo Federico Kaufmann Doig, actual embajador de Per¨² en Alemania. ?l fue uno de los encargados de dar una buena noticia en Berl¨ªn hace poco m¨¢s de un mes (el 12 de julio), el descubrimiento en Sech¨ªn.
Se calcula que en Per¨² hay cerca de 100.000 sitios arqueol¨®gicos y sigue habiendo hallazgos continuamente. S¨®lo en 2005 se encontraron restos en 5.000 localizaciones nuevas. Despu¨¦s del descubrimiento de El Se?or de Sip¨¢n, en 1987, se ha revitalizado la arqueolog¨ªa en Per¨². Tras siglos de saqueo descontrolado, se encontr¨® la tumba intacta de un gobernante, con todos sus tesoros y su parafernalia. Desde entonces hay mayor conciencia social de que no s¨®lo vale descubrir objetos sino todo lo que est¨¢ detr¨¢s. El arque¨®logo Walter Alva, su descubridor, sigue en racha. Contin¨²a las excavaciones en Huaca Rajada y hace menos de un mes encontr¨® la pieza del puzle que faltaba. "Desde 1987 a 2000 encontramos a tres de los cuatro personajes de la alta jerarqu¨ªa: el gran se?or, el sumo sacerdote y la sacerdotisa. Faltaba uno, que es el que hemos hallado ahora en un valle m¨¢s al sur, el jefe guerrero. Es una tumba menos suntuosa que las anteriores, pero tambi¨¦n est¨¢ en buen estado. Estamos en un momento de gran expectativa", afirma.
"El Se?or de Sip¨¢n tuvo en Per¨² un efecto equivalente al descubrimiento de la tumba de Tutankam¨®n en Egipto", reconoce Alva. "Fue el primer yacimiento arqueol¨®gico en el Per¨² visitado por un presidente de la naci¨®n. Ahora empieza a haber mayor apoyo del Estado, por primera vez han entrado en los presupuestos dotaciones para la conservaci¨®n e investigaci¨®n", se?ala. Aunque se est¨¦n dando los primeros pasos, el pa¨ªs andino est¨¢ muy atrasado en la pol¨ªtica muse¨ªstica sobre su patrimonio. Ni siquiera Machu Picchu tiene un museo en condiciones. "Lo m¨¢s importante de todo esto es que la gente se empieza a dar cuenta de que ser coleccionista de arte antiguo no significa ser m¨¢s culto, ni que eso te da prestigio. Hay que mantener una lucha constante contra el tr¨¢fico de obras para que no se destruya por completo el patrimonio", concluye Walter Alva.
No s¨®lo los ladrones de tumbas han dispersado el patrimonio hist¨®rico y cultural. En octubre pasado un tribunal reconoci¨® la propiedad del Estado peruano sobre las cerca de 4.000 piezas extra¨ªdas en 1916 de Machu Picchu, por su descubridor, el norteamericano Hiram Bingham. Se prestaron esos objetos a la Universidad de Yale por 18 meses, ya que contaban con mejores equipos de investigaci¨®n, pero siempre se negaron a devolverlos, hasta la sentencia. Seg¨²n el acuerdo, Yale y Per¨² realizar¨¢n una exposici¨®n itinerante para exhibir unas 350 piezas de la colecci¨®n y construir un nuevo museo en la zona, donde ser¨¢n instaladas las piezas que ser¨¢n devueltas a Per¨² a fines de 2009.
M¨¦xico es el otro gran polo de la arqueolog¨ªa precolombina. Con una pol¨ªtica de protecci¨®n al patrimonio mucho m¨¢s avanzada, es tambi¨¦n objeto de expolios sistem¨¢ticos. Seg¨²n datos recientes, han sido saqueados 10.485 sitios arqueol¨®gicos de los m¨¢s de 35.000 localizados en su territorio, antes de que pudieran acceder a ellos los investigadores del Instituto Nacional de Antropolog¨ªa e Historia (INAH). El escritor venezolano Fernando B¨¢ez acaba de publicar en M¨¦xico un ensayo titulado El saqueo cultural de Am¨¦rica Latina. De la conquista a la globalizaci¨®n (Debate). En ¨¦l se afirma que M¨¦xico es el pa¨ªs m¨¢s saqueado en toda Latinoam¨¦rica y que, posiblemente, en los pr¨®ximos 50 a?os habr¨¢ perdido la mitad de su patrimonio. El actual director de la Biblioteca Nacional de Venezuela relata que la investigaci¨®n fue muy arriesgada. "Ciertamente, existen mafias semejantes a las del tr¨¢fico de drogas", explica a trav¨¦s de un correo electr¨®nico. "Am¨¦rica Latina ha sido considerada como la m¨¢s confiable despensa de bienes culturales. El tercer delito m¨¢s rentable en la regi¨®n, seg¨²n la Interpol, es el tr¨¢fico il¨ªcito de obras de arte, libros antiguos, fotograf¨ªas, piezas religiosas y objetos arqueol¨®gicos: una agresi¨®n que aprovecha la falta de seguridad en museos, bibliotecas y asentamientos, y responde a un mercado clandestino de compradores inescrupulosos interesados en cualquier muestra fundamental de las culturas prehisp¨¢nicas. En su busca, los traficantes han destruido monumentos, tumbas e iglesias en Ecuador, Colombia, Belice y Honduras. Los asentamientos recuerdan los paisajes lunares que hemos visto gracias a los telescopios. En Amazonas, roban las urnas de las tribus; en Costa Rica y Panam¨¢, trafican con ¨¢guilas colgantes de oro. No hay un museo arqueol¨®gico que no haya sido robado con sa?a y bajo la astuta complicidad de los vigilantes. Los pecios, localizados bajo las aguas con los restos de barcos que transportaban oro y plata o minerales a Espa?a, hoy atraen a cientos de piratas modernos que utilizan buzos y submarinos especiales para saquear estos hallazgos que, por falta de presupuesto, son explorados sin continuidad".
En todo caso, si bien la responsabilidad de los gobiernos de cuidar patrimonios tan extensos exigir¨ªa presupuestos y decisiones pol¨ªticas que a¨²n no se han abordado, hay algunas iniciativas que est¨¢n siendo positivas. Una de ellas es la de las grandes exposiciones. Felipe Sol¨ªs Olgu¨ªn, director del Museo de Antropolog¨ªa de M¨¦xico DF, fue el comisario de la exposici¨®n Aztecas, que se expuso en 2005 en el Guggenheim de Bilbao, y ahora prepara otra sobre Teotihuac¨¢n. En su sede recibir¨¢ pr¨®ximamente la exposici¨®n espa?ola Encrucijada de civilizaciones. "Mientras m¨¢s nos conozcamos tendremos mejores relaciones entre los pueblos. Se despierta tambi¨¦n la curiosidad por viajar y conocer esos pa¨ªses", dice. "Todos los pa¨ªses somos una encrucijada de civilizaciones. Vamos hacia una sociedad multi¨¦tnica sin fronteras, ?c¨®mo convivir en armon¨ªa sin conocer nuestras ra¨ªces? La discriminaci¨®n que sufren muchos inmigrantes proviene en gran parte de la incomprensi¨®n y el desconocimiento del otro. Las exposiciones son la mejor manera de acercarse a nuevos p¨²blicos".
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