Esa se?ora que abraza a todos
Nacida por una urgencia, Marijaia ha logrado perdurar como mayor icono festivo
Naci¨® para vivir s¨®lo un a?o, el de 1978, y estos d¨ªas ya cumple la treintena. Ni su propia autora, la artista Mari Puri Herrero, se explica las razones por las que Marijaia, una simple figura de madera de tres metros de altura, se haya arraigado con tanta fuerza en la identidad festiva bilba¨ªna. Probablemente, y m¨¢s all¨¢ de cualquier otra interpretaci¨®n social o art¨ªstica tambi¨¦n v¨¢lida, lo ha hecho porque su imagen, con esos enormes brazos en alto, simboliza el principal impulso que se condensa en la Aste Nagusia: reflejar el car¨¢cter abierto, plural e integrador de la ciudad.
Aquel a?o, la primera comisi¨®n de fiestas de Bilbao, deseosa de encontrar una imagen que extendiese un nuevo concepto de ocio popular y callejero, pidi¨® a Herrero que diese forma al encargo. Le dieron s¨®lo cinco d¨ªas de plazo. En realidad, algunos miembros de la comisi¨®n se hab¨ªan fijado en una risue?a mascarilla que la artista guardaba en su estudio de Leioa. "Era una sorpresa; nadie sab¨ªa qu¨¦ era lo que est¨¢bamos haciendo", rememora Herrero, quien aquel 19 de agosto inaugural llev¨® directamente la talla hasta Bego?a para su bajada, escoltada por los comparseros. "Nadie antes la hab¨ªa visto. No sab¨ªa si iba a aguantar entre tanta gente, y pensaba que se pod¨ªa romper, pero enseguida vi que a la gente le gustaba y que llegaba al Arenal muy bien recibida por todos. La sacaron a bailar, que era para lo que yo la hab¨ªa ideado", dice Herrero, poseedora de una extensa carrera art¨ªstica.
La pintora, quien se confiesa "poco fiestera", encamina sus trabajos a trav¨¦s de un m¨¦todo reflexivo que aquellos d¨ªas no pudo aplicar. "Marijaia surgi¨® sobre la marcha. S¨®lo me dijeron dos cosas: el nombre y que la quemar¨ªan cuando acabase las fiestas".
En aquella Aste Nagusia, donde la ilusi¨®n compensaba las carencias presupuestarias de una celebraci¨®n que arrancaba con muchas inc¨®gnitas, la propia Herrero transport¨® a Marijaia en el coche de su hermana. Su paseo por el recinto festivo se ha convertido en una de sus se?as de identidad. Una estructura de madera, con pelos de esparto recogidos en una pa?oleta, papel engomado y envuelta en un vestido que var¨ªa todos los a?os.
Marijaia ha transitado por todos los n¨²cleos de la fiesta, incluido el coso de Vista Alegre. Adem¨¢s de la bajada de Bego?a, tambi¨¦n ha paseado por la R¨ªa. Su imagen pas¨® a repetirse en carteles, pa?uelos, camisetas y todo tipo de superficies. Se ha transmutado seg¨²n la visi¨®n de cada cual. En los carteles festivos ha aparecido con intermitencia, aunque es fija desde 1997, cuando Kepa Junkera le dedic¨® una canci¨®n. Ha sido sacacorchos, servilleta de papel e incluso, en uno de los carteles m¨¢s ingeniosos (1984) su vestido cobij¨® a todo el Casco Viejo. Este a?o, toma la forma de una figura de Playmobil. Eso s¨ª, siempre con la sonrisa y los coloretes en el rostro. Y todo ello le ha convertido ya en el s¨ªmbolo e imagen festiva mayor.
Herrero sigue empleando cada a?o para construirla los mismos materiales que la primera vez. "No me gusta cambiarle nada". Cada julio, se pone manos a la obra junto a su colaborador, To?o Valdivielso. "Conservo los moldes y a partir de ellos trabajamos por separado, hasta que luego unimos las piezas. Es un proceso muy laborioso. La cara, por ejemplo, debe pintarse en varias capas". Pero no var¨ªa la esencia. "La sigo viendo como aquella se?ora del Casco Viejo que hab¨ªa tenido que esperar muchos a?os para volver a divertirse". Y con ella todo Bilbao.
La creadora
Mari Puri Herrero naci¨® en Bilbao en 1942. Su carrera art¨ªstica abarca m¨¢s de cuatro d¨¦cadas. Complet¨® sus estudios en Madrid, Amsterdam y Par¨ªs en la d¨¦cada de los sesenta. Adem¨¢s de su faceta como pintora, marcada por la presencia del elemento humano y un estilo figurativo, destacan sus grabados. "Ahora estoy pintando intensamente. El verano es muy productivo", asegura.
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